Entonado por el contexto político, el oficialismo acelera un nuevo intento de reforma de la Constitución provincial, una de las más antiguas de la Argentina (la última enmienda fue en 1962). De hecho, en la Casa Gris confían en aprobar el proyecto que declara la necesidad de modificar la Carta Magna en noviembre próximo. Sin embargo, el catedrático Oscar Blando advirtió sobre los riesgos da encarar un debate a paquete cerrado e instó a evitar que el proceso en ciernes desemboque en “un Pacto de Olivos a la santafesina”.
Respecto del aval político que requiere una reforma de este calibre, Blando, profesor de Derecho Político y Derecho Constitucional, destacó a La Capital que todo indica que en el Senado provincial “están los dos tercios necesarios para avanzar” en ese sentido, mientras que en Diputados “se aproximan” a esa cantidad de votos.
“Desde ese punto de vista, se avanzó de un modo importante. Pero creo que es necesario que la ciudadanía también aporte en las distintas etapas del proceso: la preconstituyente, con la definición de la ley de necesidad de la reforma, y la constituyente, después de las elecciones y la conformación de la Convención, que es la que modificará la Carta Magna”, explicó el especialista.
El exdirector de Reforma Política y Constitucional de Santa Fe, que formó parte del fallido intento registrado durante la administración de Miguel Lifschitz (no prosperaron los acuerdos políticos), se centró también en la posibilidad de incluir la reelección del gobernador en las eventuales enmiendas a la Carta Magna provincial.
“Es parte de la negociación política y no veo inconvenientes en que un gobernador tenga la posibilidad de cuatro años más. Descuento que nadie va a proponerlo de modo indefinido”, razonó.
Es necesario que la ciudadanía también aporte en las distintas etapas del proceso reformista” Es necesario que la ciudadanía también aporte en las distintas etapas del proceso reformista”
De todos modos, le restó dramatismo a la posibilidad de que no haya acuerdo en torno a la reelección del jefe de la Casa Gris: “No nos fue tan mal con una Constitución que no tiene esa herramienta. Siempre es un tema que crea obstáculos”.
“Tal vez sí resulte curioso escuchar algunas voces que, en su momento, le negaron la reelección a Lifschitz y ahora se la otorgan al nuevo gobernador, pero eso es parte de la política”, añadió Blando al rememorar la frustrada movida reformista de años atrás.
El historial santafesino refleja que lo intentaron desde Hermes Binner hasta Omar Perotti y la reelección del mandatario provincial siempre obró como freno de los consensos legislativos.
Punto clave
En ese sentido, Blando posó la lupa sobre la chance de que Maximiliano Pullaro pueda ser reelecto. La UCR santafesina ya deslizó que sumará a la lista de puntos a debatir que gobernador y vice tengan la posibilidad de ir por un nuevo mandato.
De hecho, un sector del PJ provincial, el perottismo, prepara su propio proyecto reformista y propone correr el foco de la discusión de la reelección de Pullaro.
“Primero tiene que expresar su voluntad el actual gobernador y, segundo, el tema es parte del debate. Antonio Bonfatti se autoexcluyó con el argumento de que había jurado por una Constitución determinada y, finalmente, tampoco hubo reforma en la provincia”, subrayó Blando.
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Por eso, llamó a evitar una reforma constitucional “cosmética” y acotada a un pocos tópicos. “No debemos limitarnos a que la Legislatura empiece el 1º primero de marzo, en lugar del 1º de mayo, a una autonomía municipal, pero sin saber muy bien cómo encararla, o al Consejo de la Magistratura, aunque sin decir mucho sobre cómo conformarlo”, enumeró.
“Si bien es el momento, porque la última reforma tiene más de 60 años, hay que contemplar los nuevos derechos que no están en la Constitución provincial. También discutir la organización del poder: ¿seguiremos con la mayoría automática en Diputados, que supone una sobrerrepresentación de las mayorías? ¿Continuaremos con el sistema uninominal en el Senado?”, planteó.
En esa línea, el abogado añadió: “Hay que analizar qué hacemos para limitar, por ejemplo, al propio gobernador. Hoy los mandatarios provinciales son muy poderosos. También que las elecciones sean fechas fijas. Y la renovación de la Corte Suprema de Justicia está dentro de esos parámetros”.
Flanco débil
Sin embargo, Blando advirtió sobre un probable flanco débil de la nueva intentona reformista. “Preocupa algo que venimos escuchando: que la ley de necesidad plantee un núcleo de coincidencias básicas, al que traduzco como un Pacto de Olivos a la santafesina”, alertó con especial énfasis.
Al respecto, indicó que durante el proceso de reforma de la Carta Magna Nacional de 1994 hubo “un núcleo duro —de propuestas— aprobado en la ley de necesidad que, posteriormente, no se podía tratar en la Convención Constituyente y fue criticado por la oposición”.
“Es inaceptable y antidemocrático, en un proceso de este tipo, aprobar simplemente por sí o por no. Porque excluye a las minorías la posibilidad de discutir y abrir todos los temas”, aseveró Blando.