Un apocalipsis cósmico, provocado por la política tradicional, está formando un enorme agujero negro que se va tragando todo en la Argentina. La única esperanza que puede contrarrestar ese armagedón es la fuerza libertaria que encarnan José Luis Espert, Luis Rosales y Javier Milei. Eso, a grandes rasgos, es lo que dejó el acto público que encabezó el tridente de “Avanza Libertad” en la noche de este miércoles en Rosario, en las escalinatas del Parque de España, con una nube de mosquitos zumbando sobre la multitud y con el marco de una luna llena perfecta reflejada en el Paraná.
La gira nacional “libertaria” recaló ayer en la ciudad, luego de iniciar el recorrido en Mendoza. La misión que tiene esta curiosa fuerza liberal y de derecha ortodoxa es liberar a todo el pueblo argentino de las cadenas con las que la someten “las mafias, los políticos chantas, los empresarios prebendarios y los sindicalistas impresentables”.
Ubicándose en las márgenes de lo tradicional, “Avanza Libertad” pretende congregar a todos aquellos que se sienten fuera de los dos grandes bloques ideológicos con la que se parcela la política argentina: el peronismo del Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Cierto éxito están teniendo, a juzgar por la cantidad de jóvenes que se acercaron al acto para escuchar y vivar el festival de puteadas, proferidas por esa suerte de showman que es Milei.
“Vamos Rosario, vayamos lustrando los zapatos hasta octubre para sacarlos a todos de una patada en el culo”, tronó Milei, megáfono en mano, a ese coro juvenil que le festejaba los insultos como si fuera una platea de Jorge Corona.
Si bien se acercó mucha gente por la suya (unas 1.500 personas), el aparato lo aportó la Ucedé de Rosario, comandada por Gonzalo Mansilla De Souza. El dirigente rosarino insinuó que prepara una candidatura suya por esta fuerza. En su discurso inicial puso el foco en el Concejo Municipal y desparramó un lamento. “No puede ser que en el Concejo haya cuatro concejales marxistas de Ciudad Futura. Esta lleno de socialistas también y no hay ningún liberal”, se quejó.
Antes de llegar a la explanada, “el tridente” (así se hacen llamar) se quedó esperando en un bar del Parque de España. Alguien de la organización mandó un grupo de jóvenes para que los vayan a buscan. “Lleven las banderas y hagan un cordón, porque la gente se les van a tirar encima”, les ordenó. Esa precaución resultó algo excesiva. Salvo un par de selfies reclamadas, nadie les cortó efusivamente el paso. Solo una mujer, que estaba haciendo ejercicio en el césped, atinó a romper la calma. “Chorros”, les gritó, a lo que Milei, sin perder la calma, le respondió: “Vení mujer, vení con nosotros, esclava, que te vamos a liberar de las cadenas”.
Las referencias a las cadenas y a la esclavitud encuentra el contrapeso en el grito de “libertad” repetido. Para este espacio político, la Argentina vive en la “dictadura de la cuarentena” y en todos los atropellos imaginables que cometen la política tradicional. O al decir de Milei, “el Frente de Chorros y Juntos por el Cargo”.
El discurso disruptivo se mixtura con la guarangada llana. De los tres, Luis Rosales intenta no caer en ese terreno. Mendocino de origen, con cierto aire de académico conservador, Rosales le avisa de entrada al auditorio que él no va a decir “malas palabras”. Los contenta enseguida que pronto Milei y Espert calmarán sus deseos puteadores.
“Que lo políticamente correcto se lo metan en el orto”, grita un pibe de unos 20 años. Espert le levanta el pulgar. Milei, ataviado con una campera y con el cuellito levantado a lo Elvis, repite el gesto.
El acto avanzará como quieren los pibes y Milei y Espert les darán el gusto. Insulto va, insulto viene, los muchachos se entretienen.