Con una cita de Hermes Binner, la corriente socialista Bases salió a despegarse del frente de frentes y a tratar de llevarse parte del capital del Frente Progresista hacia el nuevo espacio que están armando con otros referentes de centroizquierda.
Por Mariano D'Arrigo
"Votar en contra o abstenerse es la manifestación de la pérdida total de rumbo político del partido", señaló el sector que lidera la diputada Balagué.
Con una cita de Hermes Binner, la corriente socialista Bases salió a despegarse del frente de frentes y a tratar de llevarse parte del capital del Frente Progresista hacia el nuevo espacio que están armando con otros referentes de centroizquierda.
“Ya nos lo enseñó Hermes Binner: hay sumas que restan”, disparó la diputada provincial Claudia Balagué en un video que subió este martes a sus redes sociales.
“Después de mucho pensar y mucho discutir colectivamente, entendemos que tenemos que volver. La empatía, la transparencia, la solidaridad y la justicia social son los valores con los que el socialismo demostró que se puede gobernar. Eso tiene que volver a la política santafesina; ahora, no se debe volver a cualquier precio”, señaló la ex ministra de Educación de la provincia.
Los dos grandes espacios del socialismo santafesino tomaron la definición de avanzar hacia una nueva coalición con centro en la UCR, el PRO y Creo, el partido de Pablo Javkin. A ellos se suman todas las fuerzas de Juntos por el Cambio Santa Fe —la Coalición Cívica, UNO, Encuentro Republicano Federal, Ucedé y Unir— y dos del Frente Progresista (FP): GEN y PDP.
Estos grupos del Partido Socialista nuclean por un lado a los herederos políticos del lifschitzsmo —como los diputados provinciales Clara García y Joaquín Blanco, y el presidente provincial del PS, Enrique Estévez— y, por el otro, a quienes se referencian en el ex gobernador Antonio Bonfatti.
Incómodos con la nueva alianza, los dirigentes de Bases están armando un nuevo frente con los diputados provinciales Rubén Giustiniani y Agustina Donnet (Igualdad), Carlos del Frade (Frente Social y Popular) y Fabián Palo Oliver (Alfonsinismo Auténtico).
Además, participan la ex diputada provincial Mercedes Meier (Partido de los Trabajadores y el Pueblo), partidos del FP como SI, Pares y Libres del Sur, y el ex concejal Nire Roldán.
“El espacio viene bien, estamos muy cohesionados. Estamos discutiendo el programa, la organización y el ordenamiento electoral”, indicó el ex diputado provincial Eduardo Di Pollina, también referente de Bases.
Si bien reconocen que la competencia entre el peronismo y el frente de frentes dejará poco margen para terceras fuerzas, quienes motorizan esta coalición leen que el ingreso del PS al gran frente opositor dejará un espacio vacante en la centroizquierda y pretenden ocuparlo.
Por las dudas, Di Pollina remarca que la unidad del PS no está en juego: “No adherimos al proyecto político al que adhiere el oficialismo del partido, pero no nos vamos ni rompemos”, señala.
Los dirigentes que vienen armando el nuevo espacio de centroizquierda
Todavía está en discusión si Balagué permanecerá en el bloque de 14 integrantes que preside Joaquín Blanco o si armarán una bancada propia. El nuevo espacio, adelantaron, sí tendrá un bloque propio a partir de diciembre, con la nueva composición de la Legislatura.
Otra definición es que después de la presentación en sociedad del nuevo espacio de centroizquierda, que será antes de la fecha límite del 7 de mayo, Bases difundirá un documento con su posición política.
Con dirigentes formados en la vieja tradición del PS de tramitar las diferencias puertas adentro, desde la conducción del partido no quieren alimentar la polémica pero también marcan la cancha.
“Tenemos buena relación personal, y si un sector del partido quiere buscar otra expresión electoral, va a tener el congreso del 22 de abril para plantear diferencias. Queremos que sea con respeto y que se acepten las mayorías y las minorías”, indican.
En la mesa chica del PS están convencidos que una clara mayoría del partido se pronunciará a favor del frente de frentes, que avanza en el pulido del programa y se reunirá —si se mantiene el esquema de juntarse cada dos semanas— el próximo miércoles. “Todas las señales son buenas”, interpretan desde la conducción socialista.
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