El frente de una casa y un Audi A3 modelo 98 baleados en la zona de Paunero y Galileo, a una cuadra de la subcomisaría 2ª son la referencia de la ley que parece imperar en Nuevo Alberdi. Vecinos asustados, comentarios de vendedores de droga bajo la tapadera de deliverys de comida, allanamientos fallidos y la sensación de un barrio dominado por los transeros. Nada nuevo para los habitantes que residen en las periferias de la ciudad.
En ese marco, ayer, cinco minutos antes de las cinco la mañana, dos personas a bordo de una moto llegaron hasta las inmediaciones de Galileo y Paunero y desataron en vendaval de plomo contra una de las viviendas de la cuadra. El frente de la casa recibió cuatro impactos y el Audi A3 estacionado enfrente, aparentemente averiado desde hace largo tiempo, fue perforado por otros siete proyectiles en la parte trasera y en la puerta del conductor. En la escena se secuestraron nueve vainas servidas calibre 9 milímetros.
“Mirá, el barrio se puso muy áspero en los últimos seis meses. Aparecieron vendedores de droga, algo que no debería ser una novedad en esta ciudad, pero con los dealers llegaron las casas baleadas y la circulación de gente ajena a la zona, lo que tarde o temprano va a terminar en una guerra por el territorio. Ya pasó en el Municipal (de la zona noroeste), en Empalme Graneros, en Ludueña y en el 7 de Septiembre. ¿Qué es lo que nos hace pensar que acá no va a pasar? Y no podes estar durmiendo con un ojo abierto porque tenes miedo que le peguen a tu casa en lugar de tirarle a la de un transero. No se puede vivir así. Estaría bueno que el gobernador Omar Perotti o el intendente Pablo Javkin se den una vuelta por el barrio y se queden a pasar una noche. Ahí van a entender lo que vivimos”, explicó a asLaCapitalxs un residente de la zona.
“La gente ya está cansada y tiene mucho miedo. Acá hay metida gente pesada. Transeros y policías. Todo huele muy mal. No queremos que esto sea un campo de batalla como leemos que ya pasó en otros barrios. No queremos una guerra acá”, agregó otro vecino de la zona noroeste.
La casa baleada la madrugada de ayer está ubicada a pocos metros de la Parroquia Sagrada Familia, de la Iglesia del Nazareno y de la escuela Nº 133 “20 de Junio”. A 150 metros de la avenida Granel, el viejo ingreso a la ciudad que corre paralelo a la ruta nacional 34, y a 130 metros de la subcomisaría 2ª, la sede policial que hace poco menos de dos años, en junio de 2021, fue allanada y su entonces jefe terminó detenido en el marco de una investigación por la supuesta connivencia con la llamada “Banda de los Colorados”, una violenta organización polirrubro afincada en Nuevo Alberdi a la que se le atribuyen principalmente la usurpación de terrenos y viviendas que luego ponen en alquiler, venta o incluso podrían destinar a bunkers para la venta de droga.
image.jpg
Impactos en una de la ventanas de la casa atacada.
Dos en moto
Según pudo establecerse del diálogo con vecinos de la zona, a las 5 de la mañana de ayer por la puerta de la vivienda pasaron dos motos. Una de ellas giró en “U”, regresó hasta llegar a cercanías de la casa, quien iba como acompañante bajó y comenzó a disparar contra la fachada y el auto estacionado en el frente. Luego subió a la moto y todos desaparecieron en la profundidad de la noche. El tirador, dijeron, habría llevado puesto un casco que ocultaba su rostro.
De acuerdo a registros oficiales, los moviles policiales llegaron unos 20 minutos después del ataque. “Desde el año pasado en esta zona están vendiendo falopa mal. La que maneja todo es una mujer a la que le dicen «Lali» y es la ex pareja de un policía. Están haciendo desastres, se mueven con deliverys. El 18 de noviembre del año pasado llegaron policías a allanar en el barrio y en lugar de dar con el domicilio correcto se metieron dos casas antes. Le erraron de domicilio. ¡Basta loco! La verdad es que nos toman de boludos a todos”, dijo un vecino.
La investigación por el ataque que sacudió la madrugada del barrio quedó en manos de la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía Regional Segunda, quien evaluará si el expediente pasa a otra unidad fiscal.