Matías Ezequiel Ibáñez, de 21 años, fue asesinado al anochecer de este lunes en la zona sudoeste de la ciudad. El joven llegó a su casa a bordo de una moto ajena pero sus familiares no vinculan el hecho con un robo, lo asocian a una discusión que el chico tuvo con gente con la que ya había tenido problemas. La mecánica que se desprende de los partes oficiales y el relato de allegados es compleja: después de una pelea a golpes y al ver que los otros tenían armas, habría tomado una moto para escapar, lo habrían seguido en dos vehículos, habría trepado por los techos de su casa de Pasaje 1876 al 3500 para intentar refugiarse pero ahí mismo lo alcanzó un balazo en el pecho.
Apenas estaba comenzado a oscurecer cuando este lunes Matías Ezequiel Ibáñez junto a su hermano mellizo salieron de su casa del sudoeste rosarino, a metros del cruce de Segui y Provincia Unidas, en lo que se conoce como barrio Triangulo y Moderno. Según relató un familiar a este diario los chicos habían salido a comprar algo de marihuana a unas pocas cuadras de distancia, cruzando Segui en la zona conocida como La Lagunita.
Fue ahí donde los chicos se cruzaron con una banda con la que tiempo atrás Matías había tenido una bronca. Puntualmente, según contaron los familiares, aproximadamente dos años atrás se habían agarrado a las piñas a la salida de un baile. El relato confuso del hecho ocurrido este lunes ubicó a Matías comprándole marihuana a las mismas personas con las que había tenido aquel problema. Tal vez de esa bronca surgió una discusión que fue el puntapié para una nueva pelea.
"Se agarraron a piñas, uno de los chabones estaba armado y él tuvo que agarrar una moto de ellos y se vino para acá", fue como una hermana del joven asesinado narró el momento previo a los balazos. Matías vio que uno de los agresores tenía un arma y para intentar escapar se subió a una moto y arrancó para el lado de su casa.
Al parecer lo siguieron y no fueron más que unos trescientos metros. "Yo no estaba, él vino y le dijo a mi hermana que se encierren todos porque lo habían amenazado", contó la mujer. Uno de los agresores, según los testigos, llegó a bordo de un taxi conducido por uno de ellos y en compañía de otros, mientras que también mencionaron el arribo de otra persona en una moto.
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"Matías estaba arriba de los techos y ahí le tiraron. Lo venían corriendo. Desde arriba él gritaba que llamen a la ambulancia", agregó la hermana del chico. Según aportaron desde la Agencia de Investigación Criminal el joven fue trasladado por un conocido al Policlínico San Martín, donde le diagnosticaron una herida de arma de fuego en el tórax por la cual falleció unos minutos después.
Desde la AIC también plantearon como hipótesis el mismo relato que los familiares del chico: una discusión, la huida de Matías a bordo de una moto ajena y los tiros desde la calle hacia el techo por donde el chico intentaba esconderse.
A su vez desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) indicaron que la investigación, que quedó a cargo de la fiscal de Homicidios Marisol Fabbro, dependerá de lo que pueda surgir de la toma de testimonios y el relevamiento de cámaras públicas y privadas en la zona. Por el momento solo trascendió que en la escena del crimen se levantaron al menos tres vainas servidas.
Presenciar la muerte
El Pasaje 1876 al 3500 había sido noticia por un crimen ocurrido en 2019. Fue en horas de la madrugada del 12 de octubre de aquel año cuando Micael Alexander Ojeda, de 21 años, estaba en una fiesta de cumpleaños. Había salido a la vereda junto a dos hermanos cuando personas que pasaron en una moto abrieron fuego. Micael recibió un balazo en el pecho y murió poco después en el hospital Carrasco. Los otros dos jóvenes también fueron heridos pero pudieron reponerse.
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Suele ocurrir que en barrios signados por la violencia cierto punto sea escenario de distintos crímenes y que incluso pueden no tener que ver uno con otro. En este caso no fue solo una casualidad sino que los chicos víctimas de aquel ataque de 2019 eran amigos de Matías Ezequiel Ibañez, quien incluso estaba presente en aquella fiesta que terminó en tragedia. Por eso a más de un año y medio de aquel hecho entre los familiares de esta nueva víctima de la violencia surgió además el recuerdo de "Mica".
Sobre aquel hecho los primeros trascendidos mencionaron una bronca barrial. Incluso en un artículo de este diario se habló de peleas habituales entre grupos divididos por el cruce de Segui. Si bien los familiares de Matías no vincularon este hecho reciente con aquel de 2019 la sensación es que las broncas son habituales. Incluso a veces, como en estos casos, se vuelven fatales.