"Abuela, están atacando al viejito". El nieto de Ofelia lanzó el aviso, pero
varios vecinos ya venían escuchando los gritos y gemidos de Francisco Jorge Muñoz, un ex marino
mercante de 79 años, que fue asesinado a puñaladas en su casa de Empalme Graneros. Los homicidas,
una mujer y dos hombres, alcanzaron a escapar con una bolsa de plástico en la que se habrían
llevado el botín a pesar de la reacción de varias personas que comenzaron a arrojarles todo tipo de
objetos y hasta llegaron a perseguirlos. Los investigadores policiales aseguraban ayer que el trío
estaba identificado y que su detención sería inminente.
Casa propia. Muñoz, que era viudo y vivía solo, llegó hace poco más de 4 meses al
barrio tras comprar una casita en Garzón 1410 Bis, en el sector más postergado y humilde de Empalme
Graneros. Se trata de una vivienda a la que se accede por un pasillo de unos diez metros de largo y
que cuenta con un patio delantero de piso de material, una habitación, baño y cocina comedor. La
fachada está prolijamente pintada de verde agua, al igual que las persianas blancas y las rejas
negras. En la parte trasera también tiene un patio de tierra.
De acuerdo a lo que pudieron reconstruir los pesquisas de
la seccional 20ª, el lunes cerca de las 5 de la tarde, Muñoz se había reunido en su casa con dos
personas conocidas. Un hombre y una mujer que al parecer lo ayudaban con algunas tareas de la casa.
El varón, cuyo nombre no trascendió, sufre un problema en la vista y usa en forma casi permanente
lentes oscuros. Esa persona se encargaba de vez en cuando de cortar los yuyos en el patio trasero
de la casa de la víctima.
Según la policía, ese hombre es pareja de una mujer que a
su vez ayudaba a Muñoz con la limpieza interna de la casa. Anteayer, el matrimonio se reunió junto
a don Francisco para tomar algo, cuando a los pocos minutos llegó otro visitante que se sumó a la
rueda.
La agresión se desató cerca de las 10 de la noche. Los
investigadores creen que el trío intentó asaltar a Muñoz y que el jubilado se resistió en forma
tenaz. La víctima recibió una decena de puñaladas. Las más graves estaban ubicadas en el cuello y
el tórax. También tenía algunas heridas en los antebrazos, típicas de quien intenta defenderse de
una agresión así.
El alerta. Los gritos del anciano, además de los ruidos y el desorden propios de
una pelea trascendieron las paredes de la casa. Varios vecinos escucharon los gemidos de Muñoz
mientras peleaba con sus agresores. "Uno de los nenes avisó. Así que salí al patio y agarré primero
una maza y la tiré contra la pared. Después una botella sobre el techo", contó ayer Alfredo, vecino
de Muñoz. Lo mismo hicieron otros habitantes del barrio, que forzaron la huida de los
homicidas.
"Son del barrio. A uno le dicen Cieguito y a la mujer,
directamente Gorda. Salieron corriendo por la puerta de adelante de la casa y algunos vecinos
salieron a correrlos, pero alcanzaron a escapar", contó una chica que también vive muy cerca de don
Muñoz, pero que prefirió no dar su nombre. "Viven acá cerca", se excusó.
El jubilado cayó herido de muerte en la cocina comedor de
su casa, cerca de la puerta principal, bañado en sangre.
Identificados. Fuentes de la comisaría 20ª, que actúa por razones de jurisdicción,
indicaron que los presuntos autores del crimen ya están identificados. "Los fuimos a buscar a sus
domicilios, pero están de vuelo. Calculamos que para después de Navidad vamos a tener novedades",
resumió uno de los investigadores que no pudo precisar qué le robaron a don Francisco.
En las casitas cercanas a la del hombre asesinado ayer se
percibía cierto pesar por el horrible final. "Era un hombre de hablar poco, pero nunca tuvo
problemas con nadie. También era muy confiado, dejaba entrar a mucha gente a su casa. Nosotros lo
ayudábamos con lo que se podía. Lo enganchábamos a la luz y los chicos le daban una mano para sacar
la basura", agregó Alfredo.