"Mi hermano entró al boliche «On Club» sano, limpito y bien cambiado. Y lo sacaron muerto. Queremos saber qué le pasó, queremos justicia por Emiliano". Quince días después de la muerte de su único hermano, Juan Pablo Arri sigue clamando justicia, sigue pidiendo saber qué fue lo que le pasó a su hermano Emiliano Iván, de 39 años, la madrugada del 24 de septiembre en ese boliche de la ciudad de Gálvez (departamento San Jerónimo), a unos 120 kilómetros al norte de Rosario.
"Mi hermano fue al boliche con amigos, salió del baño tranquilo y primero lo agarraron dos patovicas. Después intervinieron tres más y lo llevaron hacia una zona donde todos los que van al boliche saben que es donde les pegan a los revoltosos. Mi hermano murió adentro del boliche porque cuando llegó al sanatorio estaba cianótico por falta de oxígeno. Nosotros somos una familia muy conocida en la ciudad y demoraron cuatro horas para avisarnos", rememoró Juan Pablo.
En ese contexto, el viernes a la noche amigos y familiares de Emiliano Arri se movilizaron por segunda vez frente a "On Club" reclamando justicia. "Esta es una nueva manifestación buscando que se esclarezca el caso. Dimos un paso importante ya que el boliche aparentemente no va a abrir más (tal lo informó el jueves en rueda de prensa el intendente de Gálvez, Mario Fissore). Pero seguimos en la búsqueda de la verdad. El relato de testigos, los elementos que tenemos y la afirmación del médico que estaba de guardia (en referencia al profesional que recibió el cuerpo de Emiliano en el sanatorio y detectó, entre otras cosas, que el cadáver tenía marcas de esposas en las muñecas), quien me dijo lo que tenía mi hermano", sostuvo Juan Pablo a los galvenses que se concentraron el viernes frente al boliche.
Luego agregó: "Estamos acá para que no le pase a nadie lo que le pasó a mi hermano. Y pido que al fiscal lo ilumine Dios, que investigue, que impute a quien tenga que imputar y que paguen los asesinos. Quiero justicia por Emiliano", exclamó.
"El expediente aún no está caratulado. Buscamos testigos que nos contaron que a Emiliano lo retuvieron al menos cinco patovicas y dos policías que hacían adicionales en el boliche. El médico que recibió el cuerpo en el sanatorio, que es uno de los testigos, contó que estaba cianótico. Me mostró una foto de una persona cianótica y se ve el cuerpo blanco pero del cuello para arriba un color azul morado, petequias en la boca, que solamente se produce por ahorcamiento o aplastamiento de tórax cuando lo agarraron entre cuatro o cinco, por lo que es asfixia, no hay otra explicación. Alguien lo debe haber agarrado del cuello. Mi hermano fue asesinado", remarcó Juan Pablo en diálogo telefónico con La Capital.
Una familia tradicional
Gálvez es una ciudad de poco más de 25 mil habitantes. Juan Pablo y Emiliano Iván Arri son nacidos allí y su familia tiene una distribuidora de alimentos. "Emiliano se encargaba de distribuir los alimentos fríos. Todas las mañana agarraba su camioneta, a la que le decía «La verde», y salía a distribuir productos «Mil Hojas». Mi hermano tenía dos nenas, de 15 y 13 años. Nosotros eramos dos y mis papas estás destruidos, sobre todo mi mamá", confió Juan Pablo.
Desde fines de los 80 "Django" fue una marca registrada en Gálvez para la diversión de los jóvenes del centro de la provincia. Con el correr de los años ese boliche se convirtió en "On Club". Según Juan Pablo, el sábado 23 de septiembre Emiliano salió a cenar con unos amigos y la juerga los llevó al boliche. "Mi hermano tenía problemas con uno de los seguridad, no tenía que ir. Pero los amigos le insistieron y fueron igual", recordó Juan Pablo.
"A las 4.30 fue al baño y cuando salió lo agarraron. Todos en el boliche sabían que si te llevaban hacia adelante, te sacaban; pero si iban para la zona de los vestidores, te pegaban. Era cuestión de tiempo hasta que le pegaran mal a alguien", indicó.
"Murió adentro del local"
"Lo que pasó en el boliche lo vieron muchos testigos, que ya fueron o van a ir a declarar ante el fiscal. Ya está claro que mi hermano murió dentro del boliche. Y todo lo que hicieron después está mal. Movieron el cuerpo, un muchacho intentó hacerle reanimación cardiopulmonar y pidió que le sacaran las esposas porque lo tenían esposado. Le quedaron las marcas dibujadas en las muñecas y que yo sepa los patovicas no tienen esposas. Eso quiere decir que los policías algo tuvieron que ver. También tenía golpes en la boca, detrás de la oreja, en el rostro. Gálvez es muy chico y a mi familia todo el mundo la conoce, pero le avisaron cuatro horas más tarde", indicó Juan Pablo.
"Mi hermano tenía problemas con uno de seguridad. Cuál era el problema no lo sé. Pero no creo que haya tenido la entrada prohibida al boliche porque pudo ingresar. Según nos contaron, en un momento de la noche se le abalanzaron varios patovicas cerca de uno de los baños, lo quisieron sacar y él habrá querido resistirse. Lo golpearon y se lo llevaron al guardarropas. Tengo entendido que en el boliche hay cámaras y yo quiero sacarme la duda de cómo murió mi hermano", relató.
"Sabemos que entre los empleados de seguridad esa noche había empleados de Arocena, de Coronda y también de Gálvez. Uno es boxeador, el otro cinturón negro en artes marciales, hay alguno del Servicio Penitenciario. También había dos policías que hacían adicionales que tienen que haber esposado a mi hermano o en su defecto haber prestado las esposas porque los patovicas no tienen", mencionó el hermano del muchacho muerto. "Nosotros queremos saber qué pasó y si alguien se pasó de la raya que pague. Queremos justicia", recalcó. "El fiscal indicó que hay que esperar 90 días para saber el resultado de más pericias (las de laboratorio e histopatología forense), pero nos parece mucho tiempo", concluyó el muchacho.