"Nunca hicimos algo así como cortar una calle. Pero queremos justicia por la muerte de mi hermano. Si querés asustar a alguien podés mostrarle un cuchillo, no necesitás clavárselo. Y si quieren darle salidas laborales (al acusado) que se las den, pero después de haber cumplido parte de su condena, como corresponde". Así se expresaba Fernando Prado, hermano de un hombre asesinado hace casi dos meses en zona oeste, en el marco de una protesta que su familia hizo frente a Tribunales contra la posibilidad de que el sospechoso obtenga salidas laborales.
Martín Américo Prado tenía 34 años cuando el pasado 4 de agosto fue asesinado de una puñalada en la puerta de la casa de su ex concubina, en Jorge Kay al 600. Esperaba a su hija de 14 años para salir a pasear cuando se originó un entredicho con la actual pareja de la mujer, un hombre de 28 años que apuñaló a Prado en el pecho y lo mató.
Días después del crimen Ramiro Nahuel L. fue detenido como principal sospechoso. Según la familia Prado, la defensa del sospechoso presentó un recurso para poder recibir salidas laborales. "Tiene un trabajo por el que viaja cada 15 días a una mina de La Rioja que está cerca de Chile, así que si le dan un permiso laboral este no vuelve más", dijo un familiar.
Premeditado. En ese marco, ayer a la mañana los allegados a Prado cortaron el tránsito quemando cubiertas en la esquina de Balcarce y Montevideo, y en la mano norte de Pellegrini antes del cruce con Balcarce. "Nunca hicimos algo así, pero queremos justicia", señalaron.
Un hermano del muchacho asesinado recordó que el crimen ocurrió un domingo a la salida de un templo de los Testigos de Jehová donde habían coincidido la víctima y el sospechoso por el crimen. "Mi hermano no era peleador, jamás se peleó con nadie. Y este tipo le clavó un cuchillo de 30 centímetros de hoja y se quedó dos minutos mirándolo hasta que huyó y después se tuvo que entregar porque no podía ir a ningún lado", recordó Fernando, quien teme que la defensa pretenda instalar la idea de que el crimen obedeció a un momento de locura.
"Lo quieren hacer pasar como una locura del momento, pero este estaba armado de antes. Tenía una picana, gas pimienta, era un loco", dijo el hermano de Martín, para agregar: "Se bajó (del auto) con el cuchillo, fue premeditado. Y después de apuñalarlo le pegó cuando estaba en el piso".
Peligro procesal. "La defensa del sospechoso pidió la atenuación de la coacción, para que continúe detenido pero con salidas laborales. Ante ese planteo, el fiscal Esteban Franichevich respondió que si le justificaban bien de qué se trataba su trabajo el podría llegar a hacer lugar al pedido de salidas laborales", explicó el abogado de la familia Prado, Germán Mahieu, para agregar que la querella se opone a que se concrete esa medida.
"Consideramos que hay peligrosidad procesal y le pedimos al fiscal que no haga lugar al pedido por varias razones. Una es que tras el crimen este hombre huyó y estuvo unos días prófugo. Tampoco entregó el arma. El auto en el que iba ese día no apareció más y eso evitó que la querella pudiera pedir pericias para ver si había rastros de sangre, o si el auto había sido lavado", enumeró el abogado, para agregar que los hijos de Prado "ya habían visto el arma anteriormente" y la habían descripto como una hoja sin mango que el sospechoso llevaba en el auto.
"Si ya se fugó una vez, por qué no habría de hacerlo en una salida laboral, máxime si la pena por este delito podría llegar a 25 años", argumentó finalmente Mahieu.
Según el abogado, el pedido debería ser resuelto hoy por el juez de la causa. Pero para ello, primero deberá ser nombrado un magistrado, ya que el hecho está en un juzgado vacante y hasta ayer al cierre de esta edición no se sabía quién se haría cargo de continuar con el caso.