Otra fatalidad con un arma: murió un chico baleado por un amigo
Un chico de 17 años que estaba internado en el Hospital Clemente Alvarez desde la madrugada del 1º
de enero con una herida de bala en el cráneo falleció ayer a la mañana. Por ese episodio se
encuentra detenido un vecino y amigo de la víctima, de casi su misma edad, quien declaró que el
disparo fue accidental y que se produjo cuando se acercó a la casa del joven fallecido para
saludarlo por la llegada del nuevo año.
4 de enero 2009 · 01:00hs
Un chico de 17 años que estaba internado en el Hospital Clemente Alvarez desde
la madrugada del 1º de enero con una herida de bala en el cráneo falleció ayer a la mañana. Por ese
episodio se encuentra detenido un vecino y amigo de la víctima, de casi su misma edad, quien
declaró que el disparo fue accidental y que se produjo cuando se acercó a la casa del joven
fallecido para saludarlo por la llegada del nuevo año. Contó que había comprado el revólver unos
minutos antes por unos pocos pesos y que lo hizo porque se sentía amenazado de muerte por gente del
barrio.
El de Eliseo Domínguez, o Polaco como le decían en la humilde barriada de
Campbell al 1300 bis, donde se pierde el límite norte de Empalme Graneros, fue el segundo homicidio
del año que recién se inicia. Pero el caso no ingresa en las estadísticas como un clásico ajuste de
cuentas por cuestiones personales, una reyerta entre vecinos o un venganza vinculada a cuestiones
más oscuras.
Cien pesos. De acuerdo a los testimonios que pudieron recolectar los
investigadores, se habría tratado de una situación imprevista que se desató por una mezcla de
imprudencia, temor y tal vez una sensación de desprotección. El chico que disparó se llama Leonardo
Alexis Maciel, tiene18 años y vive en un pasillo de Campbell y Juan B. Justo, a unos 200 metros de
la casa de Domínguez. Todo sucedió cuando eran cerca de las 0.30 del 1º de enero. Hasta ese día no
tenía antecedentes penales. Maciel le contó a la policía que había recibido el año nuevo en la casa
de su abuela, que está en la misma zona, y que después de las 12 llegó hasta lo de Domínguez, con
quien había trabado amistad desde hacía unos cuatro meses.
El joven acusado señaló que camino a la casa de los Domínguez se cruzó con un
vecino que le ofreció un revólver calibre 32 Smith & Wesson por 200 pesos. Según fuentes de la
investigación, el joven adujo que se sentía amenazado por gente del barrio y que temía ser víctima
de algún ataque esa madrugada. “Esta noche va a haber bronca conmigo”, le escucharon
decir. Leonardo no precisó los motivos y los supuestos agresores. Así y todo contraofertó 100 pesos
y se hizo poseedor del fierro.
Cuando llegó a la casa de Eliseo se encontró con varias personas.
Estaban los seis hermanos y otros vecinos de viviendas linderas. “Vino a saludar. No tuvo
intenciones de matar”, recordó ayer al mediodía un muchacho que se definió como un amigo de
toda la vida del chico fallecido. “Estábamos en eso cuando apareció Eliseo, que salió de su
habitación con la novia. El otro chico (por Maciel) le mostró el arma y así, mientras se la
enseñaba, hicieron un movimiento brusco y el revólver se disparó. Se le escapó un tiro sin querer y
le pegó a Eliseo como le pudo pegar a cualquiera. En este lugar había pibes por todos lados”,
rememoró el testigo.
Sin querer. “Ese pibe mató a mi mejor amigo. Me dieron ganas de salir a correrlo y
romperle la cabeza. Pero me di cuenta de que fue un accidente. Se le disparó el arma sin querer.
Qué puedo decirle, si ahora va tener en su conciencia haber matado a una persona”, sostuvo el
joven junto a la novia y hermanos de Eliseo, mientras aguardaban los trámites para iniciar el
velatorio, que se iba a realizar por la tarde en la casa.
Tras el disparo, Maciel huyó del lugar, al parecer asustado. Los
familiares y amigos del joven contaron que tuvieron que esperar casi media hora hasta que
encontraron a un vecino que ofreció su auto para llevar al herido al Heca. “Nadie quiere
entrar a este barrio, ni las ambulancias se animan porque dicen que las asaltan. Si lo hubiesen
atendido más rápido, a lo mejor Eliseo se habría salvado. Estuvo media hora tirado acá”,
remarcó uno de sus amigos.
Dedos pintados y llanto. Maciel estuvo prófugo unas horas. Agentes de la seccional 20ª lo
ubicaron al mediodía cuando el muchacho pasaba por su casa. Aún conservaba el arma homicida, aunque
sin balas. “Declaró que fue accidental. Lo mismo dijeron los testigos. No paraba de llorar
cuando comenzaron a pintarle los dedos, dijo que eran amigos desde hacía meses y que el muerto
había sido novio de su hermana”, consignó un vocero de la investigación.
Joana, una de las hermanas del muchacho fallecido, contó a este diario
que los dos protagonistas se cruzaron por primera vez en el cumpleaños de 15 de ella, en septiembre
del año pasado. A esa reunión llegó porque Eliseo estaba de novio con una hermana de Maciel. Ese
vínculo sentimental había terminado, pero los dos muchachos siguieron siendo amigos.
Ayer, en la casa donde se haría el velatorio, estaba Sebastián Cabrera,
el dueño de la panadería de barrio Ludueña donde trabajaba Eliseo. Contó que conocía al chico desde
los 7 años. Al terminar el trabajo el chico fallecido llevaba todos los días pan y facturas para su
casa. Eliseo y su hermano mayor eran los sostenes de un hogar donde viven otros seis hermanos.
La causa está a cargo de la jueza Roxana Bernardelli y por el deceso de
Domínguez la carátula pasó a ser homicidio y portación ilegal de armas.