Priscila Vanesa D. tiene 31 años y dos hijas: una de 3 años y otra de tres meses que vive con ella en la cárcel donde la mujer cumple prisión preventiva por instigar el crimen de su ex pareja y padre de la mayor de las niñas, el preparador físico Marcos Guenchul baleado el 24 de julio de 2019 en barrio Azcuénaga. La joven, a través de su defensa, había pedido el beneficio de la prisión domiciliaraia para cuidar a sus niñas. Sin embargo ayer, en una audiencia de apelación, la camarista Carolina Hernández se la denegó.
Por el homicidio de Guenchul, además de Priscila D. están detenidos Caio S., quien confesó participar del hecho, ser pareja de la mujer y padre de su beba de tres meses; y Maximiliano P., imputado como autor material del episodio ocurrido en Sucre entre Mendoza y San Juan.
Priscila fue apresada el 19 de diciembre en su casa de la zona sur. Al ser imputada, el fiscal Adrián Spelta sostuvo que “tanto Priscila como Caio S. y Maximiliano P. se conocían con anterioridad” a la fecha del crimen. A tal punto, que “el mismo 24 de julio, cuando se produce el hecho, los teléfonos celulares de los tres impactaron en antenas cercanas a la casa que compartían Caio y Priscila en calle Laprade y luego en Villa Gobernador Gálvez donde vivía Maximiliano”.
En el mismo sentido, Spelta destacó que “la única que podría beneficiarse con la muerte de Guenchul era Priscila, ya que mantenía con él un conflicto por la tenencia de su hija común (la niña de 3 años)”. También contó entonces que ambos hombres “fueron a buscar” en el Peugeot 208 de Caio a Marcos a la esquina del gimnasio donde trabajaba. Y que hubo dos hechos puntuales previos: “El auto fue captado días antes en la misma esquina; y por llamadas cruzadas entre los dos acusados se constató que una semana antes del crimen, Guenchul había sido víctima de un intento de robo que podría presumirse organizado por ellos”.
Lo cierto es que por testimonios y otras pruebas sumadas a la causa, Priscila fue detenida e imputada por la jueza Valeria Pedrana como instigadora de homicidio triplemente calificado por el vínculo, por promesa remunerativa y por la participación de otras dos personas. Su abogado de entonces, Fedrico Carignano, pidió la prisión domiciliaria para que la mujer cuidara a sus dos criaturas pero la magistrada se lo negó por entender que “no hay garantías suficientes que hagan presumir que la imputada no entorpezca la causa”.
Violación de derechos
Esa medida fue apelada y ayer, en una audiencia presidida por la camarista Hernández se ratificó la prisión preventiva en la unidad carcelaria. El nuevo abogado de Priscila es Fausto Yrure, quien ayer sostuvo el pedido al entender que se están violando “derechos garantizados por tratados internacionales con jerarquía constitucional (...) ya que nunca se tuvo en cuenta la cuestión de género ni el interés superior del niño”, a punto tal que “la beba de 3 meses está presa junto a su madre y la otra hija lejos de ella”. Además remarcó que “la prisión preventiva no puede ser la modalidad para garantizar a los testigos en juicio sino que debe ser excepcional” y sostuvo: “Aquí hay un doble prejuicio: la prisionalización de un bebé y la separación del vínculo materno filial con la niña de tres años”. También adujo Yrure que su defendida jamás entorpeció la investigación.
A su turno el fiscal Spelta ratificó lo sostenido en la audiencia de primera instancia al decir que Priscila “estaba en conflicto con Guenchul y no le permitía ver a su hija desde hacia varios meses; que quedó demostrado que acompañó a Caio S. hasta la casa de Maximiliano P. para pagarle por el crimen que cometería; y que la propia mujer no tuvo en cuenta el interés superior del niño cuando con el padre de una de sus hijas pactó la muerte del padre de su otra criatura”.
Spelta dejó claro que “el tratamiento de Priscila D. en prisión es diferencial ya que se encuentra junto a otras madres con hijos pequeños” y que la imputación sobre ella “conlleva la pena máxima”. Y agregó que la mujer “borró información de sus celulares y hay temor de algunos testigos, sobre todo de la testigo que la señala en la casa de Maximiliano P.” antes del crimen.
El abogado Leonel Botta en representación de la querella coincidió con la postura de la Fiscalía y la mamá de Marcos también expresó, en la misma audiencia, su oposición a la prisión domiciliaria de la acusada. “Ella no pensó en las menores mandando a matar al padre de su hija”, dijo la mamá de Marcos.
Finalmente, la camarista Carolina Hernández confirmó la prisión preventiva de Priscila D. y el cumplimiento de la misma en el penal femenino hasta la fecha de juicio.