El esposo de la secretaria general del Partido Socialista en Venado Tuerto fue
asesinado de un balazo en el pecho tras salir en persecución de dos hombre que habían cometido un
asalto en su comercio. Alejandro Penzi, de 36 años, cayó mortalmente herido a unos 50 metros de la
carnicería que atendía con su padre, luego de ser alcanzado por un disparo efectuado por uno de los
dos ladrones que huyeron con unos 1.200 pesos y un teléfono celular. En la fuga, los homicidas
encañonaron a un automovilista y le robaron el coche, que posteriormente abandonaron sobre la ruta
nacional 33.
El crimen ocurrió poco después de las 12 de ayer. Dos hombres jóvenes ingresaron
al negocio de Penzi, ubicado en Lavalle 845, y de inmediato anunciaron que se trataba de un asalto.
Según contó Luis Angel, el padre de Alejandro, los delincuentes habían llegado en una moto que
dejaron estacionada sobre la vereda. "En realidad yo estaba en una habitación que usamos de oficina
y no los vi cuando entraron al galpón donde estaba mi hijo y dos empleados", dijo a LaCapital.
Según fuentes policiales, los ladrones le robaron 500 pesos a Alejandro Penzi y
otros 700 pesos y un celular a un empleado. Cuando intentaban huir del comercio se encontraron a
Luis Angel en el camino y ahí se desató un cruce verbal y físico con los ladrones.
La persecución. "Me trabé en un forcejeo con uno de ellos y alcancé a tirarles
la moto al piso, pero luego salieron corriendo hacia la calle y mi hijo fue tras ellos", relató
Luis. "Alejandro salió en defensa mía y los corrió con una chaira". En el intento por escapar, los
delincuentes tuvieron que dejar la moto y huir a pie por Lavalle en dirección a Sáenz Peña. Según
Penzi padre, Alejandro comenzó a correrlos.
Cuando estaba a punto de alcanzar a uno de los asaltantes, uno de ellos sacó un
revólver y le disparó al corazón. A pesar del balazo, Alejandro continuó corriendo unos metros
hasta que se desplomó al piso. "Siguió hacia adelante por inercia supongo, pero se cayó en seco al
suelo", relató su padre, aturdido, quien seguía la secuencia de la persecución a pocos metros.
Cuando Alejandro cayó en la esquina de Sáenz Peña y Lavalle por el impacto del
balazo, su padre fue el primero en auxiliarlo. Con esfuerzo lo cargó en su vehículo particular y lo
llevó hasta el hospital Gutiérrez.
Sin reacción. "Cuando intenté levantarlo me di cuenta que prácticamente estaba
sin vida porque no reaccionaba y aparte era muy notoria la herida. Había caído con el pecho a la
calle y estaba en medio de un charco de sangre", relató el padre. "Lo cargamos en el auto pero creo
que en ese mismo momento ya estaba muerto. Después no supe más de los delincuentes porque estaba
con la mente en salvar a mi hijo y no en lo que hacían esos atorrantes".
Los dos ladrones, de unos 20 y 28 años, continuaron la fuga a pie hasta robar un
auto a pocos metros del lugar del crimen. Sorprendieron al conductor de un Fiat Weekend (patente
AZN 144) y lo obligaron a entregar el vehículo. Después prosiguieron su carrera alocada por ruta 33
hasta la altura del kilómetro 614. Allí se les descompuso el auto y lo dejaron abandonado.
Los delincuentes llegaron al lugar del asalto a bordo de una flamante Honda 125.
Uno de ellos tenía el casco puesto cuando cometieron el asalto y el otro estaba con la cara
descubierta y portaba un revólver, aparentemente calibre 32. Efectivos de la Unidad Regional VIII
decían tener identificados a los ladrones. Uno de ellos, el que disparó, sería oriundo de Junín. Y
el otro venadense, precisamente el dueño de la moto, quien llevaba el casco puesto al momento del
robo. Este último tenía antecedentes delictivos y hace apenas unos meses había recuperado su
libertad.