Fue un robo a la carta el ocurrido ayer a la mañana en el coqueto restaurante de
Pellegrini y Presidente Roca. Duró media hora y actuaron al menos tres ladrones a cara descubierta.
Tenían buen conocimiento del lugar y sus movimientos. Aprovecharon un descuido del personal de
limpieza para ingresar al espacioso local, maniataron a cinco empleados con precintos plásticos y
con una amoladora portátil violentaron una caja de seguridad. Se llevaron un botín de entre 10 y 13
mil pesos. Tenían un handy con una frecuencia de radio que podría ser la policial. Testigos
aseguran que huyeron en una moto y un auto.
Construida en 1880, la casona de tres plantas es de las más tradicionales en pie
en Rosario. Allí funciona desde hace poco más de un año el restaurante "Te Amaré Vicenta". Hasta
ese coqueto lugar llegaron ayer poco antes de las 8.30 al menos tres maleantes dotados de una más
que aceptable logística. "Tenían buena información, aunque un dato les falló: pensaban que había
más plata", explicó una fuente allegada a la investigación.
En silencio. "Los dueños no van a hacer declaraciones. Todos los empleados que
estuvieron al momento del asalto están bien", explicó, escueto pero preciso, un empleado del
restaurate. El predio no sólo sobresale en la esquina por la belleza de su arquitectura sino por el
apelativo bordó de la fachada. El restaurante tiene tres puertas de ingreso, aunque sólo se
utilizan dos y ambas están sobre Presidente Roca. Una que da a la cocina del lugar y la otra es la
puerta principal del local. De ahí se pasa a la recepción y la barra que preceden al salón
principal que se despliega en "L". Una escalera comunica con el primer piso, repleto de mesas para
comensales y con el segundo, donde hay un VIP y un salón de usos múltiples.
Aproximadamente a las 8.30 el personal de limpieza abrió la puerta que da a la
cocina para iniciar su tarea y ese movimiento fue aprovechado por los tres maleantes que estaban al
acecho. Eran hombres de unos 30 años que actuaron a cara descubierta.
Metieron a los empleados en la cocina y ahí los maniataron con precintos
plásticos y alambre. Cuando se inició el atraco en el lugar había un par de trabajadores y media
hora después los empleados retenidos eran cinco. Todos quedaron al cuidado de un ladrón armado, que
no se privó en dar algún golpe como correctivo ante lo que consideró falta de colaboración de sus
cautivos. Fuentes consultadas indicaron que los maleantes llevaban un handy con una frecuencia de
radio que podría ser la del Comando Radioeléctrico. Ningún retenido pudo distinguir si la
frecuencia correspondía a la policía o a una empresa de remises.
"Llevame arriba, ¿dónde está la caja?", le exigió uno de los ladrones a una
empleada. Así los delincuentes superaron una puerta de vidrio y fueron hasta una oficina, ubicada
en el primer piso. Allí con una amoladora portátil vulneraron la caja de seguridad empotrada en la
pared.
Los maleantes no se distrajeron en otra cosa que no fuera el efectivo
disponible, que según indicaron fuentes policiales ronda los 13 mil pesos. Luego los ladrones se
marcharon del lugar. "Siempre hay mucho movimiento de gente, pero esta mañana fue muy particular.
Casi no había gente en la calle. Me enteré por los patrulleros", contó una de las comerciantes que
trabajan en la cuadra. Un par de testigos circunstanciales confiaron que una vez en la vereda, los
ladrones se subieron a un auto y una moto. Y desaparecieron. Hasta el cierre de esta edición no
había detenidos.