Cuando Héctor D. llegó a una cochera de Pascual Rosas al 1000 a primera hora de la mañana de ayer en busca de su Peugeot 408, ni pensó que en los 40 minutos siguientes iba a ser parte de una pesadilla en la que su familia fue víctima de una entradera y él estuvo encerrado en el baúl de su auto.
Todo empezó a las 6.15 cuando el comerciante, de 61 años, se disponía a sacar el vehículo como lo hace habitualmente. Entonces entraron a la cochera tres jóvenes armados y a cara descubierta que le pegaron dos fuertes sopapos, lo maniataron de pies y manos con precintos y lo encerraron en el baúl de su auto.
Luego le sacaron por la fuerza la llave de su casa, ubicada a la vuelta de la cochera, la billetera y las llaves del auto. Sin más, subieron, se pusieron al volante y mientras Héctor golpeaba la cajuela del baúl recorrieron unos 200 metros, estacionaron y dejaron el vehículo abandonado en Servando Bayo al 1000 con Héctor encerrado, maniatado y amordazado. El hombre no quedó sólo, uno de los delincuentes estuvo parado como campana al lado del auto, o al menos eso dedujo el hijo de Héctor y los pesquisas que iniciaron las primeras investigaciones, ya que los otros dos delincuentes tomaron rumbo seguro hacia la casa de la víctima. Sabían que contaban con el factor sorpresa a su favor.
La despertaron. Alrededor de las 6.30 entraron sin hacer ruido a la propiedad de San Juan al 4500 donde vive el hombre con su mujer y sorprendieron a Alicia R., de 62 años, mientras dormía. La despertaron violentamente y la amenazaron con golpes y gritos mientras le pedían plata, joyas y dólares. Después de reducirla, los asaltantes revolvieron palmo a palmo la casa en busca de dinero y elementos de valor. Dieron vuelta muebles, cajones, espejos, todo. El mobiliario del dormitorio quedó patas arriba ya que pensaron que allí podía estar el dinero que buscaban. Finalmente, y luego de dejar en la casa hecha un verdadero revoltijo, pudieron hacerse de 3 mil pesos y otras pocas pertenencias.
Germán, de 31 años e hijo del matrimonio, contó: "Mi viejo iba a buscar el auto a la cochera que está a la vuelta de la casa para ir a trabajar. Tres personas se arrimaron y lo encañonaron. Lo amenazaron y le pidieron las llaves de casa. Cuando se las entregó, le ataron los tobillos y las muñecas, lo amordazaron y lo encerraron en el baúl".
Según el testimonio del joven, los otros dos maleantes fueron hasta la vivienda: "Mi vieja se despertó y tenía dos tipos al lado. Le pidieron dinero, oro y todo lo que tuviera en la casa. Después la ataron de pies y manos y también la amordazaron", dijo. "Mi mamá les entregó el poco dinero que había, que era nada más que la jubilación, algún anillo o cadenita, relojes. Fue algo rápido y no tocaron nada más. Tal vez se pusieron nerviosos porque el perro no paraba de ladrar y se fueron", aseguró el joven.
La búsqueda. Germán abundó: "Mi madre se desató con mucho trabajo y lo primero que hizo fue llamarme por teléfono y también lo llamó a mi papá y no atendía. Nos comunicamos con el trabajo y no había llegado. Nos asustamos un montón. Yo fui hasta la cochera y la encontré abierta". El muchacho no se conformó y desesperado recorrió el barrio palmo a palmo. "Di una vuelta manzana y en la esquina encontré el auto. Me acerqué y escuché ruido en el baúl. Ahí me di cuenta de que mi papá estaba encerrado en el baúl del auto", agregó.
Germán contó que volvió a su casa mientras su madre insistía con los llamados a los lugares en los que podía estar Héctor para certificar si había llegado o no, y por supuesto estaba muy alterada. Su hijo buscó una llave alternativa del auto ya que los ladrones se habían llevado las originales, pero en medio de la casa revuelta que habían dejado los maleantes tras su paso o bien no las encontró o supuso que los delincuentes también las habían robado.
"Entonces volví al auto cinco minutos después y comencé a golpear la ventanilla hasta romperla. Entré y lo saqué a mi padre por el asiento trasero. Estaba maniatado pero ahora está bien. Gracias a Dios no les hicieron nada. Más allá del susto y de las amenazas, están bien", agregó.
El muchacho dijo que "fue un robo al voleo. No es una casa ni un auto ostentoso lo que tienen mis padres. Tampoco el barrio, en el que viven hace muchos años, puede provocar dudas de si la gente es adinerada. Lo vieron que entraba al garaje, que estaba solo y lo asaltaron. Nada más".
Una vez que todos estuvieron a salvo, la familia se comunicó con el 911 y actuó en el caso la seccional 6ª a la vez que tomó la causa la Fiscalía de Flagrancia en turno.
Lo que más llamó la atención de los cronistas que fueron hasta la casa de Héctor es que su cuñado, un hombre de unos 70 años, les mostró sin prejuicio alguno un revólver Magnum 3.57 que llevaba en la cintura. "Siempre lo tengo. Son ellos o nosotros", sostuvo el hombre.
Preso por querer vengar la muerte del hermano
Franco A. es hermano de un chico de 15 años que el domingo pasado fue asesinado a balazos por un taxista al que minutos antes había asaltado junto a tres cómplices en la zona oeste de la ciudad. Ayer, el joven fue apresado por querer vengar la muerte de su hermano atacando a palazos y piedrazos a otros dos taxis que llegaron hasta la zona.
Todo se inició ayer a la mañana cuando dos taxistas que llegaron a la zona de Cerrito al 7600 en busca de pasajeros fueron atacados por al menos dos muchachos enardecidos que portaban palos y piedras. Uno de los vehículos, incluso, resultó con su parabrisas partido y con varios abollones en la carrocería como consecuencia de la ira de los jóvenes.
Detenido.PUNCTUATION_SPACEInmediatamente los taxistas dieron cuenta de lo que ocurría a la policía y un móvil de Comando Radioeléctrico se acercó al lugar. Entonces los agresores trataron de escapar a la carrera pero uno de ellos fue apresado e identificado como Franco A., de 18 años.
Una vez en la comisaría se supo que Franco es el hermano de Brian, el pibe de 15 años que el fin de semana pasado fue asesinado de tres balazos que le disparó por la espalda un taxista al que había asaltado minutos antes.
Tal lo publicado por La Capital en su edición del jueves, el atraco ocurrió a las 6.30 del último domingo en Gustavo Cochet al 7600 (Cerrito a la misma altura), donde los vecinos escucharon varias detonaciones de arma de fuego y tras ello dieron el alerta a la policía.
Cuando la primera patrulla llegó al lugar encontró a Brian tirado sin vida en la calle y con tres disparos en la espalda.
Las primeras versiones de la vecindad dieron crédito de que Brian, junto a Franco, Nacho y Gaspar habían asaltado al conductor de un taxi y que el chofer les disparó cuando ya habían descendido del rodado. Un día más tarde, la mamá de Franco, quien recibió un perdigón en la espalda, acompañó a su hijo a la Fiscalía para que dijera "la verdad" y él habló.
Entonces contó que habían salido de un boliche cercano a la terminal de ómnibus a las 5 de la mañana y que en el camino a sus casas habían decidido robar al chofer.
"Cuando llegamos a Cochet, uno lo agarró del cuello y los otros le sacamos las cosas. Cuando bajamos y salimos corriendo, el taxista sacó un arma y empezó a los tiros. Un montón de tiros, y no nos dimos cuenta que le dio a Brian. Nos enteramos después, a las dos horas", dijo Franco a este diario. Ayer, el joven fue apresado por buscar venganza a la muerte de Brian atacando a otros taxistas.