La investigación del crimen de una nena de 2 años en un tiroteo entre bandas en Villa Gobernador Gálvez se enfocó sobre uno de los grupos en pugna, mientras que dos integrantes del grupo rival recuperaron la libertad. Las medida se dispuso ayer ante el resultado de reconocimientos practicados la semana pasada cuando los padres y una vecina de la chiquita Candela Abigail Maciel apuntaron hacia dos muchachos detenidos en enero como quienes dispararon hacia la casilla donde jugaba la criatura, alcanzada por un disparo en el pecho.
Quienes recuperaron la libertad son Rubén Darío V., de 20 años y apodado "Faturita", y su primo Angel Gabriel "Topo" B., de 21. Ambos habían sido detenidos en febrero en Arroyo Seco como parte de una banda llamada "La Thompson", uno de los grupos que a lo largo de varios días se tiroteó en el humilde barrio La Ribera, sobre la costa del río Paraná en Villa Gobernador Gálvez, hasta que la saga derivó en la muerte de la nena el pasado 11 de enero.
En febrero la jueza Patricia Bilotta había dispuesto un plazo de prisión preventiva de 30 días para Topo y Faturita, hasta que la Fiscalía reuniera pruebas. Ante el vencimiento de ese plazo, la fiscal Marisol Fabbro solicitó ayer en una audiencia que ambos recuperen la libertad tras conocerse el resultado de los reconocimientos. El juez Gustavo Pérez de Urrechu dio curso a la medida. De todos modos Faturita seguirá detenido por otra causa penal.
La pesquisa se cierra ahora sobre otros dos muchachos detenidos en enero: Manuel T., de 29 años, y Esteban "Chino" R., de 28, miembros de una banda llamada "La Córdoba". El testimonio más fuerte en contra de ellos es el de la mamá de Candela, quien aseguró que esa noche los vio tirando hacia su casilla de Thompson y La Ribera.
Los dos siguen detenidos como coautores de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, el mismo delito en tentativa por las lesiones que sufrió el padre de Candela y la portación de armas de fuego. Se prorrogó su arresto preventivo hasta la audiencia preliminar al juicio. En tanto un tercer detenido junto con ellos, Juan Emilio A., de 22 años, recuperó la libertad días atrás al advertirse que no sería el agresor a quien los vecinos identifican como "Pata Quemada".
Pared de chapa
Candela recibió un balazo en el pecho a las 0.05 del 11 de enero cuando jugaba en su casa, un rancho pobrísimo de tres metros por tres donde vivía hacinada con sus padres y su hermanito de 5 años. Una bala que entró por una pared de chapa hirió a su padre en el cuello y luego le atravesó el pecho a la nena, de lado a lado. Con la ayuda de los vecinos sus padres la llevaron desesperados al Hospital Gamen (la ambulancia no podía ingresar a la zona de barranca) pero la nena murió en el camino.
En una audiencia anterior la fiscal había planteado que la pequeña murió al quedar en medio de un enfrentamiento y que los dos grupos eran responsables a título de dolo eventual. Incluso indicó entonces que el tiro letal provino del sector donde se reúne La Thompson, bajo un eucaliptus cercano al rancho. Sin embargo, las últimas medidas favorecieron a dos de sus miembros luego de que el miércoles de la semana pasada se realizaran ruedas de reconocimiento en las que los padres de Candela y una vecina apuntaron al otro bando.
Según Fabbro, todos ellos mencionaron a los integrantes de La Córdoba como a quienes vieron disparando aquella medianoche. Plantearon que eran los primeros en iniciar los disparos y que habían estado "todo el día" portando armas. Con este aporte, la investigación se acotó al primer grupo.
Otra serie de reconocimientos fue realizada por Marcela G., apodada "La Gata Fernández", quien horas antes de la muerte de Candela, a las 20.10, fue víctima de disparos que no pusieron su vida en peligro. La mujer declaró en sentido similar a los otros testigos aunque su aporte se considera relativo por ser la madre de Topo y porque los informes de inteligencia policiales le atribuyen liderar La Thompson.