Una mujer de 35 años fue condenada a tres años y cuatro meses de cárcel por un intento de robo a una casa donde se desempeñaba como empleada doméstica. Se trata de Vanina Soledad Pereyra, quien admitió a través de un juicio abreviado haber brindado datos a los asaltantes, que lograron ingresar en la vivienda y violentar a tres personas que estaban en el interior. Sin embargo, alguien logró llamar a la policía y los ladrones terminaron detenidos.
Ese atraco frustrado por el cual condenaron a Pereyra ocurrió hace dos años y fue el fin de una gavilla que era investigada como "la banda de los alambres". Dos hombres fueron condenados en juicios abreviados por ese y varios hechos similares mientras que un tercero firmaría un acuerdo en los próximos días.
El procedimiento por el cual fue condenada Pereyra fue acordado entre el fiscal de Investigación y Juicio Nicolás Foppiani y el defensor Nazareno Bravo. Días atrás se presentó en una audiencia ante el juez penal de primera instancia Héctor Núñez Cartelle, quien resolvió homologarlo.
Tal como publicara este diario por esos días, alrededor de las 8 de la mañana del 6 de agosto de 2016 tres hombres irrumpieron en una casa de Juan José Paso al 1200. A punta de pistola dos de ellos redujeron al matrimonio que habitaba en la casa y, acto seguido, comenzaron a romper muebles en busca de dinero. Al parecer, tenían claro donde guardaban sus ahorros los moradores de la vivienda ya que se apoderaron de una importante suma.
En tanto, un hijo de la pareja logró huir de la casa tirándose desde la planta alta y llamó al 911. Minutos después llegó la policía y la situación se complicó. Al notar la presencia de los uniformados, uno de los asaltantes le puso un arma en la cabeza a la madre del chico y le gritó a un efectivo: "Si entrás la mato".
Con los segundos que ganaron, los ladrones arrojaron el dinero por la ventana y a través de un patio trasero ganaron una terraza y emprendieron la fuga por los techos. Para entonces la policía había rodeado la manzana. Dos de los maleantes fueron atrapados corriendo por Ibarlucea al 1000 y el tercero cuando intentaba esconderse en un contenedor de basura.
En el lugar se secuestraron dos radios con frecuencia policial, una pistola calibre 9 milímetros marca Tamfoglio, una pistola Browning calibre 32 y cuatro celulares, además de una mochila con trozos de alambres. También se incautó el Chevrolet Corsa color champagne con la llave de encendido colocada y una barreta en su interior, que había sido empleado en otros hechos.
Sorpresa
Del análisis de los celulares de los detenidos se estableció la participación de Vanina Pereyra en el frustrado atraco. Al parecer, la mujer estaba relacionada con uno de los asaltantes y así se descubrió que le había estado pasando información sobre la casa. Por ello fue detenida en febrero de 2017.
Según fuentes judiciales, se comprobó que la mujer había brindado información sobre los lugares en los que los dueños de casa guardaban dinero y además "avisó a través de una red social sobre el momento en el que el portón del inmueble se encontraba sin llave, facilitando el ingreso de los autores del hecho".
Si bien Foppiani venía tras los pasos de la entonces llamada "banda de los alambres" por los elementos con los que solían maniatar a sus víctimas, la presencia de Pereyra era una novedad. Sin embargo, no se halló evidencia de su participación en hechos anteriores ni tampoco que haya trabajado en otras de las casas asaltadas con esa modalidad.
En ese marco se la imputó por el robo finalmente frustrado por el delito de "robo calificado por el uso de arma de fuego apta para el disparo en grado de tentativa y en carácter de participe necesaria". Pereyra admitió su participación y acordó la pena mínima de tres años y cuatro meses que prevé ese delito, ya que si bien fue en grado de tentativa, opera como agravante que las armas empleadas hayan sido aptas para el disparo.
Acuerdos para todos
Por este atraco en el que terminaron detenidos, el 27 de junio fueron condenados dos de los ladrones: Diego Maximiliano Gómez, de 26 años, y Alejandro Gabriel Rojas, de 31. Ambos aceptaron una pena de ocho años de prisión como autores de ocho y siete asaltos, respectivamente, cometidos entre noviembre de 2015 y el día que fueron arrestados.
Según la acusación del fiscal, los atracos eran cometidos por al menos tres personas que ingresaban a casas en las que se realizaban arreglos edilicios y las puertas solían estar abiertas para entrada o descarte de materiales de construcción. Entonces los ladrones irrumpían armados, maniataban a los presentes y huían con botines importantes.
El accionar de la gavilla incluía violencia; alguna vez le pusieron un arma en la boca a una víctima para que revelara dónde guardaba el dinero y patearon en la cabeza otra con el mismo fin.
Según fuentes judiciales el tercer detenido en aquel robo de agosto de 2016, Néstor Fabián Báez, también se apresta a firmar en los próximos días un acuerdo de juicio abreviado como hicieron sus cómplices.