En la audiencia donde este sábado fue imputado una segundo implicado en el crimen de Ivana Garcilazo, que se llama Juan José Massón y lo apodan "Tuerca", hubo tres testimonios que sobresalieron. Uno fue el de "Hacha”, hermano del Tuerca y dueño de la casa en la que se juntaron a ver el partido, y la de dos hombres que participaron de la juntada pero no compartían los colores con Damían Reifenstuel (actualmente prófugo), Ariel Cabrera (imputado y preso) y Tuerca Massón. Uno de estos testigos ajenos al mundo Newell´s indicó que durante el partido Hacha, Tuerca, Reifenstuel y Cabrera “consumieron mucho alcohol, fumaron flores de marihuana y tomaron cocaína”.
Y que una vez finalizado el partido dijeron “ahora salimos y si tenemos suerte nos peleamos con alguno”. El testigo dijo que les advirtió: “No sean pelotudos. A ver si matan a alguien y terminan 30 años en cana”. El fiscal aclaró que que hayan consumido drogas no es un agravante “pero si sirve para entender el contexto en el que se dieron los hechos”.
El otro testigo ajeno a la pasión de la lepra indicó que Tuerca, Reifenstuel y Cabrera “parecían más amigos entre ellos que con el dueño de casa”, en alusión al apodado Hacha. En cuanto a este último el fiscal indicó que fue una pieza importante a la hora de “entorpecer la investigación ya que engañó a los testigos mencionados”, que querían presentarse para contar lo sucedido, “diciéndoles que su hermano (por el Tuerca) se estaba asesorando para entregarse” o en su defecto “se había entregado a la policía pero desde la Justicia no habían advertido a la prensa”. En la misma actitud incurrió la compañera de Hacha. Vale destacar que hacha, al tener lazo cosanguíneo, no tenía obligación de incriminar a su hermano.
Una juntada de seis
Ahora se sabe que el sábado fueron seis las personas que se juntaron en una casa de Catamarca al 3400 a ver el clásico. La casa es de Hacha, comerciante, quien invitó a otros dos amigos: Javier B. y Jorge “Tati” L.; además a la reunión fueron invitados su hermano Tuerca, Reifenstuel y Cabrera. Al menos los cuatro ligados al mundo de la lepra compartían un grupo de mensajería por la red social Whatsapp.
Los testimonios de los amigos de Hacha fueron determinantes para entender la dinámica de los sucedido. Tati L. dijo ser hincha de Boca y que lo invitaron a ver el clásico como una especie de cábala ya que cada vez que había visto un partido de Newell´s con ellos la lepra había ganado. Javier B. se identificó como una persona que raramente había ido a la cancha. El nexo entre los dos grupos era el dueño de casa.
El fiscal, como ya lo había hecho en la audiencia acusatoria contra Cabrera, ubicó a Tuerca Massón, a partir de información de la Dajudeco sobre el impacto en antenas telefónicas, en la casa de su hermano hasta minutos después de la finalización del clásico. Y luego, alrededor de las 19.22, siete minutos después del crimen de Ivana, una antena captó su celular en inmediaciones de 3 de Febrero y Suipacha. “En una secuencia en la que se lo ve yéndose de la escena”, según explicó fiscal durante la acusación.
A partir de lo sucedido los testigos Javier B. y Jorge “Tati” L., quienes tenían un trato diario con Hacha, comenzaron a notar que el hombre estaba “distante” o “deprimido”. Cuando el caso comenzó a ganar notoriedad en los medios de comunicación los dos hombres comenzaron a sospechar. Más aún cuando las imágenes Reifenstuel y Cabrera fueron difundidas en por la prensa. “Esos son los dos tipos con los que comimos. Hay que hablar con el Hacha. Están buscando a un tercero. ¿No será el hermano?” se preguntaron allá por el 10 de octubre.
Cuando fueron a hablar con Hacha el hombre los evadió. Y les dijo: “Mi hermano me dijo que estuvo (al momento de la agresión) pero no tiró piedras. Y yo le creo. Está buscando abogado para presentarse y aclarar todo. Está todo controlado”. Ante la insistencia de los testigos la cuñada de Tuerca les dijo la semana pasada que “se había entregado” pero que no salía en la prensa por el feriado largo.
Finalmente los testigos desoyeron los dichos de la familia Massón y se presentaron ante la Fiscalía dando un aporte contundente a la investigación de Avila. Otro detalle que aportaron fue que Tuerca siempre había usado barba tupida y al presentarse en AIC estaba afeitado al ras y requería ser sometido a una rueda de reconocimiento. Una rueda que no se efectuó el jueves pasado y que el fiscal, en principio, descarta realizar ante la contundencia los elementos que tiene, entre testimonios y pruebas objetivas, como las pericias sobre el impacto de celulares en las antenas.