Una historia pasional que tuvo un trágico desenlace el domingo pasado, cuando un
empleado de Temperley fue ejecutado de un disparo en la cabeza en la zona norte de Rosario, parece
inmersa en un drama interminable. Doce horas después del ataque fue detenido por el crimen el
amante de la esposa de la víctima. Y al día siguiente la espiral de violencia dio otro giro
conmovedor con el intento de suicidio de la mujer, de 34 años, quien inhaló vapores de cianuro en
su casa de esa localidad bonaerense. Fuentes judiciales confirmaron que anoche estaba en grave
estado.
Elizabeth Verónica Torrano procuró quitarse la vida mediante la aspiración de
emanaciones tóxicas de ese veneno y dejó una serie de cartas explicando los motivos de su decisión.
Con su esposo, Basilio Vargas, quien tenía 60 años, criaban cinco hijos.
La confirmación de que había sobrevivido al intento de poner fin a su vida
motivó que el juez de Instrucción en feria en Rosario, Javier Beltramone, comunicara a un juez de
Garantías de Lomas de Zamora un pedido de detención para el caso de que la mujer se restablezca. La
razón es que en el curso de la investigación se reunieron elementos que la ubican como partícipe
del complot que terminó con la ejecución de su ex marido el domingo pasado.
Un fallido. El intento de suicidio la mujer es investigada por un fiscal de
Lomas de Zamora y fue comunicada el lunes a la fiscalía local en turno por efectivos de la policía
bonaerense quienes transmitieron el fallido dato de que había fallecido. A las 20 de ayer llegó a
Tribunales una notificación que lo rectificaba: la mujer vivía
La tarde de ayer, poco después de que la mujer fuera derivada en estado
desesperante al Hospital Gandulfo de Temperley, el acusado de planear el crimen de su esposo
viajaba escoltado por una comitiva policial hasta la Jefatura de Rosario. Lo habían detenido un día
antes cerca de San Pedro, hasta donde fueron a buscarlo efectivos de la Sección Homicidios
local.
Se trata de Fernando Gabriel Lacetera, de 35 años, un remisero de Lanús radicado
en Rosario que ayer negó tener responsabilidad en el hecho que se le atribuye y declinó seguir
hablando en Tribunales. Está acusado de acompañar en una moto al autor del disparo y le imputan
homicidio calificado, un delito que se pena con prisión perpetua. El ejecutor material sería un
sobrino político de la mujer, Gabriel Van Tuyne, de 20 años, quien ayer se entregó en Tribunales
acompañado por una abogada particular.
De paso por Rosario. Basilio Vargas era empleado de una firma de recubrimientos
industriales y marinos. Desde hacía 15 años vivía junto a Elizabeth en Temperley. Entre los dos
tenían cinco hijos. El mayor, hijo de él, estaba trabajando momentáneamente con su padre en un
barco fondeado en Arroyo Seco. Como la familia estaba de paso por el sur santafesino, tres hijos de
la pareja habían quedado al cuidado de la hermana de ella en el límite norte
de barrio Fisherton, pegado al arroyo Ludueña.
El domingo a la 1 de la madrugada el matrimonio llegó hasta esa casa de Acevedo
y Schweitzer. Tenían planeado recoger a los chicos y buscar un hotel para pasar la noche. Basilio
llegó al mando de su camioneta Chevrolet S-10 de doble cabina, acompañado de Elizabeth y uno de los
pequeños hijos del matrimonio.
Ninguna chance. Elizabeth entró a la casa y en ese momento, según los vecinos,
se acercaron a la camioneta dos hombres en una moto Gilera azul. Uno de ellos le efectuó al
conductor un disparo directo al costado izquierdo de la cabeza, sin darle oportunidad de defensa.
Murió en el acto. Cuando el cuñado de su esposa salió a saludarlo, pensó que dormía al volante. Lo
abrazó y quedó cubierto de sangre.
Los vecinos identificaron enseguida al sobrino de Elizabeth y al remisero de
Lanús como los atacantes. Con esos datos el juez Beltramone ordenó allanar una casa de Empalme
Graneros donde vivía Fernando Lacetera.
No estaba en la vivienda, pero los investigadores verificaron que el local
estaba alquilado a nombre de Elizabeth y advirtieron el triángulo. Al remisero lo ubicaron pasado
el mediodía en un parador de San Pedro hasta el que llegó en una moto similar a la usada en el
crimen. Según la policía, mantenía una relación sentimental con Elizabeth.
Más dolor. Cuando todo eso había pasado y Elizabeth se encontraba de regreso en
su casa de Temperley, el lunes a las 13 tomó la dramática decisión de quitarse la vida. Según
informaron a LaCapital fuentes de la comisaría 3ª de esa localidad, ocurrió en la casa de San Pedro
al 600 donde vivía el matrimonio. A esa hora los efectivos recibieron un llamado indicando que, en
esa vivienda, una mujer que trabajaba como manicura intentó quitarse la vida.
Una patrulla acudió al lugar y la mujer fue trasladada en una ambulancia
municipal hasta el Hospital Gandolfo de Temperley. Allí quedó internada en grave estado hasta que
perdió la vida en el transcurso de la tarde. La investigación del caso quedó en manos de la Unidad
Fiscal de Investigación (UFI) Nº 12 de Lomas de Zamora, a cargo de Fernando Semisa.
La decisión. A las 20, desde ese distrito le informaron al fiscal en turno de
Rosario, Marcelo Vienna, el trágico final de Elizabeth.
Según un vocero de los Tribunales locales, la mujer había mezclado cianuro con
soda, lo cual provocó emanaciones tóxicas que impidieron a los policías ingresar de inmediato a
socorrerla. También había dejado varias cartas explicando su decisión, cuyo contenido no fue dado a
conocer y es analizado por la Justicia bonaerense.
El fiscal Vienna solicitó copias de esos escritos y de las actuaciones
policiales por el suicidio porque "sin duda tiene conexión con el crimen que se está investigando
acá, donde se advierte un conflicto familiar importante". Fuentes de la causa señalaron que hasta
ahora la investigación estaba centrada en los dos imputados, pero Elizabeth ahora está considerada
sospechosa de participar del homicidio de su esposo.
El remisero al que se le atribuye una relación con la mujer negó el cargo en su
contra"
Por la mañana se presentó en Tribunales el acusado de ser quien disparó"
Mazazo
El intento de suicidio de Elizabeth Terrano disparó conjeturas dentro y fuera de
la pesquisa. La mujer quedó colocada en un gran trastorno emotivo: su marido asesinado a sangre
fría y su amante detenido por ese crimen e imputado d ehomicidio calificado con posterioridad a que
ella declarara. Algo que empujaría a más de uno al desequilibrio.