Matías F. fue imputado por colaborar con un clan de zona oeste para el asesinato de Héctor Gaitán, acribillado por disputas entre bandas
La investigación por el crimen de Héctor Miguel Gaitán, a quien el año pasado tiraron acribillado a la calle con un cartel que mencionaba a Javier Milei, sumó un quinto imputado como partícipe del crimen. Matías Lucas P. fue acusado de haber coordinado desde su celda en la cárcel de Coronda la logística del ataque, ordenado desde prisión por su cuñado y cometido por miembros de un clan familiar de la zona oeste. Junto a él, otro detenido como miembro de esa organización de Parque Oeste fue imputado por el delito de comercio de estupefacientes al menudeo.
El fiscal Alejandro Ferlazzo imputó a ambos en una audiencia realizada en el Centro de Justicia Penal ante el juez Hernán Postma, quien dispuso la prisión preventiva de los acusados —detenidos desde antes en otras causas en otras causas— por el plazo legal de dos años.
Según la investigación, el asesinato fue ordenado desde prisión por Leonardo Rodolfo “Faturita” Robledo, quien estaba detenido en Coronda desde 2020 por una tentativa de homicidio. A fines de septiembre pasado fue acusado de liderar una asociación ilícita de la zona oeste dedicada a cometer delitos como robos, homicidios, extorsiones, la compraventa de armas y el manejo de autos e inmuebles. Con él, otras seis personas fueron acusadas como integrantes del grupo afincado en el barrio Parque Oeste.
El día del crimen, según la pesquisa, Robledo se comunicó desde su celda en la cárcel de Coronda con su hijo Tomás, de 20 años, y le dio indicaciones sobre cómo concretar el plan. Al que en el transcurso de la tarde sumó personas para disparar, conducir vehículos, ocuparse de la logística y celulares. Robledo está imputado como el ideólogo del asesinato, enmarcado en disputas entre bandas.
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Las otras tres personas ya imputadas por la muerte de Gaitán son Fernando Casco, Leonel Streri y Lucas Valdez. De acuerdo con la imputación, al anochecer del 19 de noviembre del año pasado ingresaron por la fuerza a Gaitán a un auto Peugeot 208 que había sido robado alrededor de las 17 de ese día, durante el balotaje en las últimas elecciones presidenciales. El vehículo fue “levantado” en Sáenz al 4500 de Rosario, frente a una escuela de barrio Acindar adonde su dueño había ido a votar
Horas más tarde Gaitán fue capturado. Lo subieron a la fuerza a ese auto y alrededor de las 20.25 le efectuaron dos disparos en el cráneo con una pistola 9 milímetros en la zona de Liniers y Riobamba. Inmediatamente arrojaron el cuerpo a esa esquina del barrio Parque Oeste, donde la disputa entre dos bandas de narcomenudeo provocó el año pasado numerosos incidentes violentos. Luego los atacantes escaparon en el auto, que a pedido de Robledo fue incendiado en la zona de Valparaíso al 1800.
Junto al cuerpo los agresores arrojaron un cartel: “Si gana Milei va a haber más muerte. A buenos entendedores, pocas palabras”. El contenido del mensaje desconcertó a los investigadores, aunque rápidamente se descartó una connotación política y la pesquisa se encaminó hacia disputas relacionadas con bandas criminales.
Gaitán tenía heridas en la cervical derecha, en la mandíbula izquierda y en el ojo derecho. Se detectó que llevaba encima su billetera con 360 pesos y 100 dólares. Tenía antecedentes penales y vivía en barrio Triángulo, en la zona de Rouillón y Seguí. Las entrevistas a testigos orientaron la búsqueda de sospechosos y el relevamiento de cámaras permitió obtener un registro de la cuadra de Riobamba al 5400, donde fue arrojado el cuerpo.
A los cuatro imputados por el caso se sumó días atrás Matías Lucas P. Fue acusado como partícipe secundario de un homicidio calificado por el concurso de más de dos personas y agravado por el uso de armas. El fiscal Ferlazzo lo acusó de haber colaborado con la logística del ataque desde su celda en la cárcel de Coronda. La tarde del mismo 19 de noviembre, según planteó en la audiencia, se comunicó desde su celular con “Faturita” Robledo y se puso a disposición para conseguir armas de fuego.
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“Además puso a disposición personas que se encontraban en libertad para gatillar”, sostuvo el fiscal. En ese orden, según la pesquisa, le ofreció realizar el trabajo al ya imputado Fernando Casco, cuyo contacto telefónico compartió al detenido como jefe de la organización de narcomenudeo.
En la misma audiencia en que la se trató el crimen de Gaitán, en tanto, Tomás Ezequiel Robledo sumó una imputación como autor de “múltiples maniobras de comercialización de sustancias estupefacientes, tanto de marihuana como cocaína, fraccionados en dosis destinadas directamente al consumidor bajo la modalidad de narcomenudeo”. Concretamente, se le imputó el delito de comercio de sustancias estupefacientes a título oneroso.
Estos hechos, planteó el fiscal, fueron constatados entre los días 16 de agosto y el 17 de septiembre de 2024. En cada operación, indicó, el imputado contactó a los consumidores a través de redes sociales, Whatsapp y Telegram, coordinó el precio la cantidad deseada y el punto de encuentro donde finalmente entregó las dosis en su vehículo con la modalidad de “delivery”.