Un análisis de los homicidios basado en los datos más recientes muestra que, en lo que va de este año, 2023 podría considerarse al mismo nivel que 2022, el más violento de la historia de la ciudad en cuanto a la cantidad de asesinatos. Y más allá de que las propias cifras muestran algunas diferencias, básicamente en cuanto a las edades de las víctimas, lo único que puede afirmarse sin dudas es que al 30 de junio de este año hubo al menos 146 homicidios en el departamento Rosario, siete más que en el primer semestre del año pasado. ¿Alcanza eso para proyectar que este año será aún más violento que el año pasado? Por lo pronto habrá que esperar a que termine.
Una variable que caracteriza la dinámica de las muertes violentas en 2023 en el departamento son seis períodos de entre cinco y nueve días en los que no se registraron hechos. En algunos casos esas rachas se terminaron con cuatro o cinco asesinatos en cuestión de horas, en otros no. Por ejemplo: el primer crimen del año ocurrió el 5 de enero. Y el sábado 7 de enero hubo cinco homicidios en tres horas. Ese mismo mes, entre el 20 y el 27 hubo una semana sin hechos con víctimas fatales. Y si bien se registró una muerte violenta fue la de una persona que había sido baleada a principios de año.
Aunque es el mes con menos días, en febrero de este año se registró la cantidad más alta de personas asesinadas en el departamento Rosario: 33. En marzo hubo 23 crímenes distribuidos en 14 días. Hubo una pequeña racha sin asesinatos la semana del lunes 6 al sábado 11, cinco días a los que siguieron seis crímenes en tres días. Ese mismo mes hubo otro período sin homicidios: del 19 al 26 de marzo, pero además entre el 19 y el 30 hubo uno solo.
Que en abril se registraran 22 crímenes distribuidos en 17 días y en mayo 32 en 21 indica claramente que esto no se trata de matemática. Junio fue el mes con menos casos, 12, que se repartieron en diez días. Hubo cuatro días sin asesinatos entre el 5 y el 10, seguido de otro lapso de nueve días entre el 11 y el 21.
Heridos con armas
Una situación particular de esta dinámica se dio en la segunda quincena de marzo cuando fallecieron cinco personas que se encontraban internadas, algunas desde diciembre pasado. Ese dato puede llevar a otro que suele expresar con más precisión la violencia armada en la ciudad: la cantidad de heridos de arma de fuego. Algunos pasan a engrosar las estadísticas de homicidios y otros se recuperan lejos de las noticias de alto impacto. ¿Cuántos? Depende del azar, es cuestión de milímetros, de suerte, terreno de lo impredecible.
La variable de los heridos con armas de fuego también puede tener sus idas y vueltas, pero expresa por lo menos la intención de usar un arma con la violencia potencialmente letal que ello implica. En ese sentido cabe contrastar —o agregar— a las azarosas cifras de homicidios la cantidad de personas baleadas para comprender mejor la dinámica de la violencia.
>>Leer más: Heridos de la violencia en Rosario: cuando la bala no mata
Hasta el 30 de junio hubo en el departamento Rosario 475 heridos de arma de fuego, según datos dados a conocer por el Observatorio de Seguridad Pública (OSP) del gobierno provincial en uno de sus últimos informes mensuales. Para graficar sobre esa dinámica difícil de prever vale indicar que en la ciudad de Rosario se registraron 20 crímenes y 85 heridos de arma de fuego en el mes de enero; en febrero hubo 31 muertes y 96 heridos; en marzo fueron 18 asesinados y 67 baleados; en abril 21 homicidios y 64 heridos; en mayo 26 muertos y 46 heridos, y en junio nueve asesinatos y 38 baleados.
Estos números permiten leer mejor aún el “contexto de violencia muy grave” que el fiscal de Homicidios Alejandro Ferlazzo graficó la semana pasada, al brindar a la prensa información sobre tres crímenes ocurridos en poco más de tres horas: “Estamos viviendo una situación de extrema gravedad en cuanto a la cantidad de armas de fuego, municiones, la posibilidad que tienen las personas de manejar armas. Es algo en lo que tenemos que poner especialmente el foco”.
Economías ilegales
En líneas generales, y según datos dados a conocer por el OSP en su último informe sobre homicidios al 30 de junio, un 70% de los crímenes en el departamento Rosario estuvo vinculado a economías ilegales y tres de cada cuatro casos fueron de alguna manera planificados. Asimismo, el 70% se cometieron en horario nocturno y más del 80% se perpetraron en la vía pública.
Según la información surgida de investigaciones en curso en el primer semestre del año fueron asesinados tres niños menores de 14 años; 16 adolescentes de entre 15 y 19; y al menos 21 jóvenes de 20 a 24 años. Esta última cifra es similar a la de los 19 asesinados en la misma franja etaria durante el primer semestre de 2022. El contraste más grande, en comparación con los primeros seis meses del año pasado, está en la cifra de adolescentes asesinados que a mediados de 2022 eran 24.
Algo similar se ve en cuanto a las mujeres: al 30 de junio de este año habían matado a 19 —durante el mes de julio se agregaron al menos seis casos— mientras que en los primeros seis meses de 2022 habían sido 30, una cifra incluso superior a los totales anuales de los años anteriores. Ese mojón, que implicó que en menos de seis meses hubieran matado a más mujeres que en todo 2021, elevó la vara en cuanto a esos crímenes que no siempre se investigan como femicidios. Más allá de que la violencia de género es una parte cada vez más visible del mundo narco, donde más aumentan los casos.
>>Leer más: Femicidios en contexto narco: "Hay más saña y los cuerpo son usados como objeto de venganza"
Es que, tal como pasa con los homicidios en general, la violencia barrial que corre paralela a los mercados ilegales funciona como telón de fondo en siete de cada diez casos. Dos de las mujeres asesinadas fueron atacadas mientras atendían pequeños comercios en sus barrios. Uno de esos casos se trató de una balacera en una aparente extorsión. En el otro se vinculó a un familiar con el narcomenudeo, una situación que también les costó la vida a una adolescente en Villa Banana y a una mujer en el barrio San Francisquito.
Los conflictos en torno a la venta de drogas en los barrios tienen cada vez más víctimas fatales de rebote. Cinco de las mujeres asesinadas en el primer semestre del año recibieron balazos en ataques que no tenían nada que ver con ellas, solo por estar tomando mate o esperando a alguien en la puerta de su casa. Otros dos hechos tuvieron como víctimas a dos jóvenes que al parecer sólo consumían y fueron atacadas en inmediaciones de búnkeres.
Asimismo, tres de las víctimas fueron asesinadas a golpes, dos de ellas en ocasión de robo. Y una de ellas fue apuñalada por una vecina en el marco de un conflicto vinculado con la pareja de la víctima.
De las 19 mujeres asesinadas en el primer semestre del año hasta el momento una sola fue víctima de un femicidio en un contexto de pareja. Fue el caso de una mujer de 41 años cuyo novio la empujó a la calle cuando pasaba un vehículo que la atropelló. La víctima estuvo internada desde el 25 de diciembre pasado hasta que murió el 16 de marzo.
Zonas calientes
En cuanto a los barrios, la violencia letal continúa mostrando su peor faceta en la zona noroeste. El barrio más castigado sigue siendo Ludueña. Al 30 de junio se habían cometido al menos 13 homicidios, en su mayoría vinculados a conflictos territoriales entre bandas por el control del narcomenudeo. A esos casos se suman cinco en Empalme Graneros y cuatro en Fisherton Industrial.
Ese tipo de conflictos explican también el aumento puntual en algunos barrios como La Cerámica, donde en el primer semestre se cometieron siete homicidios. Cuatro de ellos se perpetraron en cuatro días, entre el 10 y el 13 de mayo. Según se indicó por entonces había una banda que amenazaba al barrio con matar vecinos al voleo hasta que apareciera una carga de droga que supuestamente les habían robado. Luego de esa serie no hubo hasta el momento más crímenes en esa zona.
>>Leer más: Violencia en el noroeste: 40 homicidios en 2022, en cuatro barrios vecinos
Algo similar ocurrió en Santa Lucía, donde tres de los seis crímenes del primer semestre se registraron en diez días y en la misma cuadra de Misiones al 2100. En la zona sur, el barrio donde más homicidios se cometieron hasta el 30 de junio fue Tablada, con diez casos.
En cuando a las localidades del departamento, en la ciudad de Rosario se perpetraron 125 homicidios en el primer semestre. En el resto, en Villa Gobernador Gálvez se verifica un incremento con 14 hechos, cinco más que los nueve registrados al 30 de junio de 2022. En las otras ciudades del departamento hubo tres en Pérez, dos en Baigorria, uno en Funes y otro en Ybarlucea.
Ocasión de robo
En los primeros seis meses hubo 14 asesinatos en ocasión de robo, de los cuales en cuatro no se emplearon armas de fuego sino armas blancas o golpes. Cinco de las víctimas eran ladrones, más allá de que no todas las investigaciones están cerradas. Entre ellos está un adolescente de 14 años a quien, en enero, le disparó un policía de civil que dijo haber sido asaltado por la víctima. Ese mismo mes dos jóvenes entraron a robar a un negocio de Fisherton Industrial y un familiar de los dueños, también policía de civil, decidió resistir el atraco. En el tiroteo resultante murieron los ladrones y un vecino fue herido.
Otro hecho de robo que terminó con la vida del presunto ladrón ocurrió en abril en barrio La Cerámica, donde un gendarme mató a un hombre de 31 años porque robaba cables. También en ese mes fue asesinado un hombre que asaltó a un empleado de una fábrica de anteojos en barrio Azcuénaga y se enfrentó a tiros con un custodio.
Entre la gente asesinada en asaltos o intentos de robo, un hombre fue víctima de una oferta falsa a través de Facebook, una modalidad creciente que consiste en acordar la venta de un vehículo —en ese caso una moto— u otras operaciones que impliquen un movimiento importante de dinero en efectivo, y al llegar la víctima se encuentra con ladrones.
También hubo un caso que se aparta de las generalidades: el crimen de un hombre de 60 años asesinado por un taxista conocido que supuestamente lo acompañó a comprar un auto. Lo cual parece haber sido un ardid para quedarse con los 2 millones de pesos que la víctima llevaba consigo para concretar la operación.
Otro rasgo, habitual en los homicidios en ocasión de robo, es la edad de las víctimas: tres eran mayores de 70 años, dos de ellas mujeres y el restante un hombre al que apuñalaron al parecer con dos biromes en el cuello para robarle, hecho por el cual fue detenido un cadete.