Jueves 20 de Julio de 2017
"Es importante que la sociedad entienda que en cualquier sistema de protección de testigos la persona a resguardar tiene que respetar, para beneficio de su integridad, un protocolo. Es imposible proteger al que no quiere ser protegido. Este policía decidió tener un sistema de protección más baja que el que se le ofreció, que era de máxima protección. Pero además tomó una decisión muy arriesgada al ir a detener a varias personas en un contexto barrial complicado", dijo Silberstein.
Solo contra todos
La ejecución del agente Cejas tuvo un impacto resonante por su historia previa dado que en 2015 denunció que sus superiores le tenían prohibido intervenir en algunos lugares de la capital provincial donde se vende droga. Según la Fiscalía de Homicidios, el lunes a la noche Cejas volvía en moto a su casa cuando tuvo un incidente con transeros a los que salió a perseguir hasta una casa de Neuquén al 6400, en Villa Yapeyú, donde fue ejecutado a tiros.
"El mecanismo de protección de testigos tiene determinadas reglas de juego y no puede garantizarle integridad a quien no quiere tener ese servicio o se aparta de las instrucciones", afirmó Silberstein. Además, según el ministro, si se corroboran las líneas de pesquisa, la decisión de Cejas de perseguir en soledad a un grupo de supuestos delincuentes violaría la normativa vigente para las intervenciones policiales. "Si estaba en conocimiento de un ilícito debió informar a la fuerza a la que pertenecía para que se dispusiera cómo intervenir y no perseguir en moto y soledad a personas en una zona problemática", aseguró.
Un sistema legislado
Los mecanismos de protección de testigos en la provincia tienen una historia que recién ahora se afianza con una ley sancionada y promulgada pero cuya reglamentación se definirá en diez días. Ya existía un programa de protección de testigos en casos de delitos de lesa humanidad y otro para víctimas y querellantes bajo la órbita de la policía. Este último programa es coordinado por el comisario Adrián Forni.
Precisamente Forni dijo el martes a este diario que Cejas había recibido custodia durante un año y que por propia voluntad recibía el tipo de prestación básica, es decir, limitada a un acompañamiento de su rutina. Por ese motivo había recuperado su arma y retomado el servicio.
En la provincia hay actualmente 500 personas bajo protección. Es gente que ha sufrido violencia física o está bajo amenazas, convocadas a atestiguar en juicios penales sobre situaciones complejas y denunciantes de ilícitos. Además, hay 100 efectivos que se encargan de dar esa cobertura, con lo que los recursos humanos y técnicos resultan desbordados por la demanda de protección.
Pero en los últimos tres años se dieron situaciones extremas de personas sometidas a amenazas o bajo peligro que perdieron la vida de modo violento. Por ejemplo Norma Bustos, de 53 años, a quien mataron de tres tiros en su casa de Pavón al 4600, en barrio La Tablada de Rosario, en noviembre de 2014. En enero de 2013 habían asesinado a su hijo Lucas y ella había señalado por ese ataque a los hermanos Milton y José Damario, luego condenados.
Otro episodio se dio en diciembre del año pasado cuando balearon la casa de una joven que había sido testigo del crimen de Jonathan Rosales y que debía asistir a una rueda de reconocimiento en Tribunales. Según el fiscal del caso intentaban balear a esa testigo, llamada Brisa Ojeda, pero quien atendió la puerta fue su hermana Lorena, muy parecida a ella, quien fue baleada y murió el 21 de enero. Este caso es controvertido porque hay un abogado imputado como partícipe del homicidio y porque el Ministerio Público de la Acusación (MPA) tenía escuchas que hacían referencia a algún tipo de ataque en preparación y eso no evitó el letal final de Ojeda.
sepelio. La esposa y el hijastro del policía Pablo Cejas y su despedida final en el cementerio municipal.