Un hombre de 47 años fue asesinado con un balazo en la cabeza en sector sin urbanización del barrio Las Flores. En principio se trató de un intento de robo de parte de dos jóvenes que, al caer la tarde del domingo, aparecieron de entre medio de unos cañaverales y sorprendieron a Mauricio Javier Guzmán, que iba en moto acompañando a familiares que caminaban por la zona. Después de un leve forcejeo, según relataron los testigos, uno de los ladrones le disparó en la cabeza.
El lugar donde ocurrió el crimen es un camino de tierra al que se accede sobre el final de Guaria Morada y su cruce con la calle 513, en el extremo sur del barrio Las Flores. Allí, luego de un terraplén repleto de basura, se abre una serie de caminos de los cuales uno conduce a una plaza. Este lunes, después del crimen, los vecinos protestaban por el cúmulo de basura donde unos minutos después llegaron empleados municipales a levantar los residuos.
El domingo, después de comer un asado en la casa familiar de calle Hortensia al 1900, también en Las Flores, chicos y grandes fueron a la plaza a pasar la tarde. Al atardecer Mauricio se dispuso, como le decían sus allegados, a "hacer de remis". "Él siempre andaba en moto y como son muchos chicos en la familia para que no caminaran hizo un par de viajes. Trajo a dos, después volvió y trajo a otros dos, después a mi nena más grande y enseguida volvió para acompañarnos a nosotras", contó Patricia, tía de la víctima, a La Capital.
"Yo no quería volver con él, le dije que nos esperara en casa. Pero él era de esas personas que no te deja solo, era muy compañero", agregó Patricia. Ella, su beba de ocho meses, otra nena y la pareja de Mauricio se encontraron con el hombre en la profundidad de ese camino de tierra. Es un lugar repleto de cañaverales sobre el cual surgen otros caminos angostos. Con la oscuridad de la noche apenas pudieron percibir que dos jóvenes se interpusieron en el camino.
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"Cuando doblamos para bajar por el terraplén nos cruzan, Mauricio se da vuelta y grita 'corran que nos van a robar'", relató Patricia. "Él corrió con la moto, después la largó y se quedó ahí parado. Cuando se dio vuelta tenía a los dos pibes encima, uno de frente y uno de espalda", agregó. Luego hubo un pequeño forcejeo en el que uno de los ladrones se tomó de la ropa con Mauricio. En la oscuridad del lugar las testigos solo alcanzaron a escuchar el ruido del disparo y ver que los dos -el ladrón y Mauricio- cayeron desde el terraplén a una zanja.
"El ladrón subió y se fue corriendo con el otro. Pero Mauricio no subió", relató la mujer. Es que había recibido un balazo en la cabeza que le generó una herida de tal gravedad que ni siquiera alcanzó a llegar con vida al Hospital Roque Sáenz Peña, adonde fue llevado por allegados.
"Yo nunca los vi en el barrio a esos pibes, pero no soy de salir mucho. Mucha gente que fue enterándose de lo que pasó nos dijo que ayer robaron varias veces ahí. Toda la tarde los mismos pibes estuvieron ahí robando y la policía sabe quiénes son", dijo Patricia. "Su joda irónica era decir que no le podían robar nada porque no tenía nada, que solo le podían robar la vida. Y sí, se la robaron", agregó la mujer.
El lunes por la mañana la familia, con muchos niños, estaba reunida en la casa de calle Hortensia a la espera de que les avisaran que podían velar a Mauricio luego de que se realizara la autopsia. El hombre se había criado en Las Flores pero hacía un tiempo vivía en Villa Gobernador Gálvez con su pareja, donde también trabajaba de albañil. Sus familiares lo recordaban como "una persona intachable como tío, primo y amigo, fanático de River".
Dos crímenes recientes
La misma zona en la que fue asesinado Mauricio Guzmán fue escenario de otros dos asesinatos en los últimos meses. Uno fue en noviembre de 2021 cuando un joven de 20 años que vivía en el barrio fue asesinado por un policía de civil, que quedó preso tras comprobarse que había intentado plantarle un arma a la víctima para simular un enfrentamiento. El otro fue em febrero pasado, cuando en la misma zona de cañaverales fue hallado el cadáver quemado y baleado de César Raúl "Bola" Marchetti, hombre cercano a Los Monos.
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A Kevin Gómez, de 20 años, lo mató el policía Juan Rinaldi Ceballos el sábado 27 de noviembre. El agente, según la investigación de la fiscalía, estaba cumpliendo funciones de despachante de la comisaría 21º, vestido de civil, cuando mató a Gómez. Al explicar cómo había ocurrido, Rinaldi Ceballos dijo que lo habían querido asaltar a mano armada y que había disparado para defenderse.
La fiscal del caso, Georgina Pairola, confirmó lo que en un primer momento habían dicho unos testigos: que luego de matar a Gómez el policía sacó un arma de un bolso y la plantó a la víctima para simular un enfrentamiento. Por eso el policía quedó preso imputado por homicidio calificado por abuso de su función y por falsedad ideológica agravada.
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Meses después, la madrugada del domingo 6 de febrero, los vecinos de esa zona de barrio Las Flores hallaron un cadáver con varios disparos y signos de haber sido quemado. Tras algunos días de incertidumbre la víctima fue identificada como César Raúl Marchetti, de 42 años. Más conocido como el "Bola", se trataba de un hombre ligado a la banda Los Monos que había sido muy cercano al asesinado Claudio "Pájaro" Cantero.
Radicado en el barrio La Granada, Marchetti había sido cercano a Claudio "Pájaro" Cantero, vínculo por el cual se lo ligó a la banda Los Monos. Estuvo investigado en al menos tres homicidios y tuvo otras detenciones por portación de arma. Además el 21 de septiembre de 2016 protagonizó el siniestro vial en el que perdió la vida Daiana Cantero, la hija de 16 años del "Pájaro", cuando viajaban a la cárcel federal de Rawson donde en ese entonces estaba detenido Ariel "Guille" Cantero.