La psicosis por la seguridad parece haberse ganado un espacio importante en la vida cotidiana de los rosarinos. Ayer al alba, pocas horas después de un ataque contra una casa de Nicaragua al 2300 donde rompieron una ventana de un escopetazo, un accidente doméstico puso de los pelos a los vecinos de barrio del Abasto: la puerta de blíndex de un edificio de Presidente Roca al 1900 se cerró con tal violencia que estalló y se hizo añicos. Eso motivó que varios vecinos llamaran a distintos medios en lugar del 911. Así durante unas dos horas se habló de ataques a balazos contra el edificio donde cumple su prisión domiciliaria Jorge Funes, el padre de dos hermanos presos en Piñero acusados de liderar una asociación ilícita.
Antes de la 7 de la mañana, la puerta blíndex del edificio de Presidente Roca 1960 se hizo añicos. Los vidrios astillados se derramaron hacia la vereda. Quedaron entre el marco y la puerta de rejas. Cuando los vecinos comenzaron a transitar por el lugar y al ver los vidrios comenzaron a llamar a los medios.
"Parece que balearon el edificio donde vive Jorge Funes. Le dieron al blíndex y lo hicieron pelota. Está todo ahí", explicó una voz en el teléfono. Así, cuando llegó a la escena, el cronista de este diario se topó con calle Presidente Roca 1900 cerrada por dos efectivos de la Motorizada en la esquina de Ituzaingó.
Delante del edificio en cuestión había al menos cuatro móviles policiales. Y alrededor una decena de cronistas buscando información y generando ambiente de abuso de armas contra una vivienda.
Sugestiones
¿Alguien puede acusar a estos vecinos de Presidente Roca de su sugestión? A unas cuadras de allí, en Italia al 2100, el pasado 29 de mayo comenzaron las intimidaciones a tiros contra viviendas vinculadas con el juicio a Los Monos, en ese caso contra una casa que había sido del juez Ismael Manfrín. Pero más allá de esos diez episodios similares ocurridos en 60 días, en los últimos tres meses hubo alrededor de 60 ataques a balazos contra viviendas.
Un sinnúmero de abusos de armas contra viviendas sin explicación (aunque cinco horas después del estallido del blíndex se conocieron las novedades sobre el ataque a balazos contra la casa de Italia al 2100) y el desconocimiento respecto a las investigaciones generaron en esta barriada céntrica una atmósfera de sugestión.
Hasta funcionarios judiciales, muchos de ellos vecinos del Abasto, consultaron a distintos periodistas para interiorizarse sobre el supuesto ataque a balazos contra el edificio donde estaba residiendo Funes, en prisión domiciliaria tras ser imputado junto con sus hijos Alan y Lautaro "Lamparita", entre otras personas, como miembro de una asociación ilícita cuyo liderazgo desde la cárcel de Piñero le atribuyen a René Ungaro, condenado por el homicidio del ex jefe de la barra de Newell's Roberto "Pimpi" Caminos.
"Esto se veían venir. Desde que se lo llevaron preso (sobre finales de abril pasado) y sacaron la custodia de Gendarmería esto era una invitación a que le balearan la casa", dijo ofuscada una de las vecinas de la cuadra.
"Es cuestión de tiempo hasta que le peguen un balazo al cualquiera. Cuando atacaron la casa de calle Italia la familia estaba cenando", indicó la mujer refiriendo el ataque sobre una casa que perteneció a Manfrín (ver página 30). Así se fueron sumando voces sobre una situación que nunca sucedió.
Un dato interesante
En la escena no había vainas servidas. Tampoco plomos deformados o partes de un objeto contundente. Los policías se repartieron sobre la cuadra para hablar con vecinos. Todos coincidían en que no había escuchado detonaciones ni estruendos.
Alrededor de las 10 una vecina salió a hacer compras para el desayuno y le contó al jefe del operativo que la puerta estaba fallando en los últimos días. Que varios vecinos ya se habían quejado. Y no era la primera vez que se cerraba con violencia por la corriente de aire.
Así comenzó una mirada de última hora sobre la escena. No había plomos ni restos de otro objeto. El sumariante le tomó una exposición a la vecina que contó la realidad sobre el blíndex antes de hacerse añicos y eso marcó el final de un ataque mafioso que no fue.
No hubo tiros
Oficialmente se indicó que "según confirmó por personal de pericia balística y de la División Judiciales de la Unidad Regional II que no hay registro de material balístico ni de otro elemento contundente que pudiera ocasionar la rotura del vidrio de la puerta del edificio", indicó el área de prensa de la fiscalía regional en un comunicado de prensa.