San Miguel de Tucumán. — Dos ex novicias fueron condenadas a 20 años de
prisión por el crimen de la docente Beatriz Betty Argañaraz, desaparecida en julio de 2006, en
Tucumán, y cuyo cadáver aún no fue encontrado. El fallo de los camaristas Alfredo Barrionuevo,
Emilio Páez de la Torre y Pedro Roldán Vázquez recayó sobre Susana Acosta y Nélida Fernández,
mientras que Luis Fernández, hermano de la segunda, fue absuelto y recuperó la libertad.
El veredicto del tribunal fue repudiado por familiares y amigos de la docente
que, tras escuchar la sentencia, comenzaron a gritar "asesinos" a los acusados. En su alegato, el
fiscal de juicio, Edmundo Botto, había solicitado la prisión perpetua a Nélida Fernández y a Susana
Acosta por el delito de "homicidio agravado" y de cinco años a Luis Fernández por
encubrimiento.
En cambio, Gustavo Morales, abogado de las imputadas, había pedido la absolución
de las ex novicias. La misma solicitud efectuó Carolina Epelbaum, defensora de Luis Fernández. El
tribunal se limitó a leer ayer a la tarde la parte resolutiva de la sentencia de un proceso que
tuvo 11 audiencias de debate, mientras que los fundamentos serán dados a conocer la semana
próxima.
Decepción. Liliana Argañaraz, hermana de Betty, lloró durante casi toda la
espera que se dilató, y al conocer la sentencia estalló con insultos contra las acusadas. La mujer
también responsabilizó a las ex novicias por la muerte de su madre, a causa de una profunda
depresión que sufrió luego de la desaparición de la docente.
La hermana de la docente dijo sentirse "devastada y vacía por dentro", luego de
escuchar el fallo. "Llegamos a la última instancia cansados y lo que esperábamos escuchar en este
juicio no ha salido a la luz", señaló. Tras reclamar a gritos que le digan dónde enterraron el
cuerpo, Liliana Argañaraz aseguró que seguirán "buscando a Betty y pidiendo Justicia".
Sin festejo. Por su parte, Luis Fernández, antes de recuperar la libertad,
sostuvo que "no hay nada para festejar porque es una jornada triste para ambas familias".
El hombre, que estuvo dos años en prisión, recordó que durante ese tiempo no
pudo "disfrutar" de sus hijos ni del nacimiento de su nieto. "Tengo tranquilidad de conciencia;
nunca desconfié de este tribunal y sabía que el juicio era la única oportunidad que tenía para
demostrar mi inocencia", indicó.
Tras la lectura del fallo, las condenadas fueron retiradas de Tribunales bajo
una fuerte custodia policial. Durante el desarrollo del juicio, la fiscalía fundamentó que el móvil
del asesinato fue una diferencia laboral entre las imputadas y Argañaraz, que en el momento del
hecho estaba por ser designada directora del colegio franciscano Padre Roque Correa, en el que
Acosta era secretaria y con cuya área de pastoral había colaborado Nélida Fernández años atrás.
El fiscal Botto sostuvo que Argañaraz salió de su casa y se dirigió al
departamento donde vivían las ex novicias, ocasión en la que estas la asesinaron y luego, con la
ayuda de Luis Fernández, se desprendieron del cuerpo, el cual, a pesar de varias búsquedas en
distintos puntos de Tucumán, jamás se encontró.
Ultimo viaje. Argañaraz tenía domicilio en El Manantial (localidad ubicada a
tres kilómetros de la capital provincial) y el 31 de julio de 2006, poco después de las 6, había
salido de su casa, para tomar un ómnibus de la Línea 103, en el que iba todos los días a su
trabajo, pero no llegó a destino.
Algunos testigos aseguraron que, ese día, la docente, que entonces tenía 45
años, tomó el colectivo y se bajó en la esquina de la calle La Madrid y avenida Alem, de la capital
tucumana, donde subió a un auto blanco, un remís.
Según el remisero (pidió reserva de identidad), que dijo haber trasladado a
Argañaraz, él conducía un Fiat Uno blanco y dejó a la desaparecida a unos 30 metros de la casa de
Fernández y Acosta, ex novicias que convivían en una misma casa.
(Télam)