"Tuvimos una discusión acalorada, con amenazas, insultos y agresiones. Intenté separarme de él usando lo que encontré a mano. No pude con su tamaño (físico), me defendí con un cuchillo el cual clavé numerosas veces". El extracto de un mail que Virginia Seguer le mandó a su hermana Florencia devela parte de la historia por la cual es juzgada junto a su madre, Alicia Fernández, por matar de 64 puñaladas a Diego Sarjanovic, ejecutivo de la empresa MC Catering, el 4 de septiembre de 2015.
La segunda jornada del juicio oral y público tuvo como dato saliente la declaración de dos personas del entorno íntimo de las acusadas. Tal como ocurrió en la jornada de apertura, no faltaron referencias a movimientos de cheques y dólares cambiados en un circuito informal que hasta el momento no parece haber interesado a organismos oficiales ni a los fiscales como para abrir una causa de oficio.
Ayer a la mañana Florencia Seguer se sentó como testigo en una sala de los Tribunales provinciales. Enfrente, en el banquillo de los acusados, estaban su madre y su hermana. Pero trató de esquivar sus miradas. Interrogada por el fiscal Miguel Moreno narró lo ocurrido entre el 5 y 6 de septiembre de 2015, tras la desaparición de Diego Sarjanovic. Entonces contó que vio por última vez a Virginia y a su mamá el día 5, cuando les pidió que cuidaran a sus hijas porque debía ir al médico.
"Estaban calladas, distantes. De pronto me abrazaron y me dijeron que me querían mucho. Cuando volví se habían ido y mis hijas estaban solas", recordó Florencia, que recién pudo volver a comunicarse con su mamá el domingo 6 a las 16. "Me atendió y me dijo que la disculpe, que no me quería hacer sufrir, que no podía con lo que había visto, que cuidara a las nenas y que se iban a suicidar", rememoró. Y dijo que mientras hablaban escuchaba de fondo la voz de Virginia gritando: "Yo maté a un tipo, destruí dos familias, no puedo vivir con esto".
La madre le dijo a Florencia que no le podía decir dónde estaban y que más tarde le mandaría un mail (ver aparte). Luego de ese llamado, y tras recibir el correo, la joven denunció la situación ante la policía. Poco después Sarjanovic era hallado muerto en el departamento de Moreno 511 donde el viernes 4 se había encontrado con Virginia.
El segundo testigo fue Nicolás Debenedictis, de 37 años y ex pareja de Virginia Seguer, a quien había conocido en MC Catering. El hombre dijo ante los jueces Delia Paleari, Patricia Bilotta y Gustavo Pérez de Urrechu que tras un noviazgo de siete años mantenía un trato "cordial" con la mujer, a quien le daba algunos cheques para cambiar o dólares para invertir en su empresa.
Contó que alguna vez Virginia le pidió que le saliera de garantía con un terreno que habían comprado juntos y así poder conseguir dinero para adquirir insumos y fabricar vestidos. "Se comprometió a pagarme. Pero apareció alguien, que yo conocía, que le iba a prestar la plata y puso como condición que el terreno figurara a su nombre. Firmé y después pasó lo que pasó: nunca recuperé el dinero". El fiscal consultó si había documentado la deuda y el testigo respondió que "no" porque "confiaba en Virginia".
El fin de semana del crimen Nicolás se comunicó con Virginia preocupado por la situación que a esa altura él chequeaba en portales de noticias rosarinos. "El domingo 6 a las 16 le mandé un mensaje y 15 minutos después me contestó: «Me estoy suicidando»". Entonces la llamé, porque no entendía nada. Le pregunté dónde estaba y me respondió: «En Mendoza, con mi mamá, no puedo vivir con lo que pasó. Diego. Lo maté. Un cuchillo»". Nicolás le preguntó dónde estaba el auto de Sarjanovic, ella contestó en Moreno y Urquiza. "¿Y Diego?", le preguntó. "En el departamento", le confirmó ella.
Entonces Nicolás fue a Tribunales y un policía le tomó declaración. Su aporte y el de Florencia fueron vitales para ubicar a las acusadas el lunes 7 de septiembre en Las Vertientes, provincia de Córdoba.