“No andes por la calle porque no vas a poder caminar más”, fue una de las amenazas que, tras negarse a vender droga para un grupo narco de su barrio, escuchó una mujer de 27 años antes de ser baleada en una pierna en abril pasado. Este es uno de los ataques que el fiscal Federico Rébola imputó a dos acusados de integrar una organización delictiva dedicada a la venta de drogas, usurpaciones y balaceras y enfrentada a la de "Ema Pimpi" Sandoval, asesinado en un triple crimen de 2019.
Los dos jóvenes fueron acusados de pertenecer a una organización criminal “dedicada a la ejecución de hechos ilícitos y a la provisión de servicios a terceros referidos a abusos de armas, lesiones con armas, usurpaciones de viviendas, tráfico de estupefacientes, tenencia ilegal de armas”, entre otros, con base en la zona de Sorrento y Pacheco. Se trata de Tomás Agustín G., alias “Tomy”, de 19 años; y Andrés Adrián R., alias “Pancita”, de 22. La jueza Trinidad Chiabrera les dictó el jueves la prisión preventiva por tres meses.
Los dos fueron detenidos el lunes a partir de las denuncias de dos mujeres que sufrían intimidaciones del grupo y como resultado de una investigación de la unidad fiscal de balaceras, integrada por los fiscales Rébola, Valeria Haurigot y Pablo Socca. La banda a la que fueron acusados de pertenecer Tomy y Pancita estaría además integrada por un muchacho aún prófugo apodado “Patri Soria”; Miguel Marcelo O., alias “Wacho” o “Tontín”, aún no imputado, quien en abril sobrevivió a un disparo en la cabeza; y un integrante identificado por su sobrenombre de “Cabe”.
Como miembros de esa asociación ilícita G. y R. fueron imputados por balaceras a dos mujeres. Una de ellas es una joven de 27 años que se había negado a tener relaciones sexuales con uno de los acusados a cambio de dinero. Las amenazas comenzaron a fines del año pasado. Según denunció, cada vez que la cruzaba en la calle Tomy le ofrecía plata para que trabajara vendiendo drogas para ellos. La chica se negó y entonces la amenazó con que “no ande más por la calle porque no iba caminar más y “la iba a dar vuelta”.
El 3 de abril pasado él estaba frente a la casa de una amiga en Maciel al 1200 cuando alrededor de las 22.30 se acercó Tomy y, como lo había hecho en otras ocasiones, le ofreció que tuviera sexo con él a cambio de plata. Ella volvió a negarse y el joven anunció que le iba a “tirar unos tiros”. Momentos después regresó, según la imputación acompañado de Patri Soria. Los dos estaban armados y efectuaron más de veinte disparos.
El primer tiro hirió en la pierna izquierda a la chica, que cayó al suelo y logró resguardarse en la casa de su amiga. Los atacantes se fueron en un vehículo que los esperaba a la vuelta y era conducido por Pancita, según contó un testigo. Tomás G. fue imputado en este caso por amenazas coactivas y como autor de una tentativa de homicidio. Andrés R. como partícipe de este último delito.
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La otra víctima es una mujer de 32 años que había sido testigo de un intento de homicidio accidental a un integrante de la banda y fue amedrentada para que cambiara su testimonio. El 1° de junio Tomy y Pancita pasaron frente a la casa de su madre en Chiclana al 1200 y al ver que la mujer estaba en la puerta “Tomy G., que iba de acompañante, le comienza a disparar con una pistola 9 milímetros”. No llegó a herirla pero las balas entraron a la casa, rompieron un televisor y las astillas de vidrio lastimaron a su madre. Todo ocurrió frente a un grupo de niños que jugaban en la vereda.
Al mediodía siguiente ese domicilio volvió a ser blanco de un ataque armado desde una moto Honda Titán negra. El tirador fue identificado como Patri Soria, quien iba detrás, y disparó varias veces hacia la madre de la testigo, que estaba barriendo la vereda. Diez balas impactaron en la vivienda, donde se secuestraron siete vainas servidas. Por esas balaceras, tanto G. como R. fueron imputados del delito de intimidación pública.
Los ataques, según planteó el fiscal, estaban motivados en que la joven fue testigo de un incidente en el que Patri Soria le disparó de manera involuntaria al llamado Wacho, que trabajaba con él, a quien en medio de una discusión le quiso dar un culatazo cuando se le disparó el arma y lo hirió en la cabeza el 17 de abril pasado. Al saber que la chica había declarado como testigo en la causa por intento de homicidio que investiga el fiscal Alejandro Ferlazzo, comenzaron a hostigarla.
“Si no dejás la casa en 24 horas te mato como esa rata de Wacho”, decía una nota que dejaron en la casa de la testigo en Sabín al 100 bis, lindante con un búnker de drogas del grupo, de la que se tuvo que mudar antes de sufrir el ataque a tiros. “Tuve que vender porque ellos me amenazaron”, contó la mujer.
Las dos víctimas volvieron a ser amenazadas el mismo día, el 21 de junio pasado, cuando el grupo iba en un auto y cruzó a ambas con diferencia de minutos en la zona de Sorrento y Travesía. Dos horas más tarde, personal de la comisaría 10ª detuvo a los dos acusados en Travesía al 300 bis.
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Los investigadores ubican a la organización como rival del asesinado Emanuel "Ema Pimpi" Sandoval a partir de la detención, el 21 de marzo, de Brian P, alias "Guacho Brian". Fue acusado de tras una balacera en Cavia al 1300, contra la casa de la familia de Ema Pimpi y en su poder se encontró el DNI de Tomy G. Por eso se cree que los dos grupos estaban enfrentados.
En esa balacera resultaron baleados la mamá de Ema Pimpi, María Elena P., con una herida en su pie derecho, y su nieto de 5 años con un balazo en la pierna izquierda. Ema Pimpi fue asesinado de múltiples disparos el 25 de octubre de 2019 en un triple crimen cometido en una casona de Pago Largo al 600, de la zona norte, donde cumplía arresto por un ataque a tiros a tres jóvenes a la salida de un búnker de Cavia y Gallardo. Cumplía además una condena a 3 años y medio de prisión por la balacera de octubre de 2013 contra la casa del ex gobernador Antonio Bonfatti.