Dos agentes de la policía provincial quedaron detenidos ayer sospechados de
haber integrado el trío que dio un formidable golpe en el banco Credicoop de Fighiera el viernes
pasado. En la vivienda de zona sur de uno de ellos se hallaron varias armas y municiones que serían
las utilizadas en el hecho y también 39.400 pesos, 17 mil dólares y otros 2.000 que estaban listos
para ser retirados de circulación. Según fuentes del caso, la entidad había mencionado la
desaparición de esa plata que estaba destinada al Banco Central para ser sacada de la calle.
Uno de los implicados, que cumple funciones en la seccional de Fighiera, el
mismo día del robo ingresó tres horas más tarde con un tiro en el abdomen a un sanatorio de
Rosario. La sospecha es que ese agente habría sido herido durante el tiroteo que se generó cuando
la banda intentaba escapar con el dinero. El policía fue trasladado por su hermano a un centro
asistencial y brindó una versión sobre las circunstancias en que fue herido que poco después
terminó por caerse.
La investigación judicial por el momento sumó cuatro detenidos. Además de los
dos policías hay dos civiles, entre ellos un hermano del policía de Fighiera, acusados de presunto
encubrimiento y de intentar darle atención médica al herido..
Distracción.El robo ocurrió a las 8.30 del viernes. La banda implementó un
ingenioso ardid. Primero se comunicaron por teléfono con la subcomisaría 11ª de Fighiera y
alertaron: "Se produjo un accidente con varios muertos en la autopista". Tras el aviso, el único
patrullero de la repartición con un par de policías salió raudamente hacia el lugar del siniestro.
Con el campo libre, tres delincuentes llegaron en un Fiat Uno rojo que estacionaron frente al
banco.
Dejaron el coche con las puertas abiertas e ingresaron los tres. Pero no
pudieron controlar al policía que custodiaba el banco, quien se encerró en la garita y accionó la
alarma. Los asaltantes juntaron el dinero de las cajas y emprendieron la fuga en el Fiat Uno, pero
a los pocos metros se cruzaron con un policía que acudía al robo. Ahí se desató un fuerte tiroteo.
Seis disparos dieron en el flanco derecho del auto y los ladrones alcanzaron a escapar. Luego
prendieron fuego el vehículo en un camino rural y huyeron.
La primera pista que llegó a los investigadores fue el ingreso al sanatorio CER,
de Alvear al 800, de un policía herido en el abdomen. Su apellido es Mansilla e integra el plantel
de la sub 11ª. Las sospechas se reforzaron cuando un hermano del agente contó las alternativas en
las que se produjo la agresión.
"Dijo que a las 10.37 del viernes manejaba su auto por de Villa G. Gálvez, con
su hermano policía como acompañante. En un momento notó que lo seguía un Ford Galaxi y se lo dijo a
su hermano, quien hizo detener el auto y se identificó como policía. Así se habría producido una
maniobra evasiva del Galaxi desde donde partieron varios disparos, uno de los cuales impactó en
Mansilla", rememoró un pesquisa .
Las pistas.A todo esto, los investigadores de Orden Público y de la División
Judiciales comenzaron a seguir la hipótesis de la participación policial en el asalto. Así
allanaron las viviendas de Mansilla y de su hermano, en Villa Gobernador Gálvez. A las casas se
accede por un pasillo y en las paredes del mismo los detectives hallaron rastros de sangre que
conducían a la casa del hermano del agente y a la de un vecino, donde las manchas llegaban hasta
una cama.
"La sospecha es que el hermano de Mansilla inventó un incidente para justificar
la herida. Un vecino de la cuadra señaló que vio llegar a Mansilla herido a eso de las 9, unos 30
minutos después del asalto. Lo llevaban de los brazos dos hombres a los que no pudo reconocer. Ese
testimonio hizo que el policía internado y su hermano quedaran imputados en el hecho", describió un
investigador.
La pesquisa tomó otro cariz cuando el hermano de Mansilla se quebró en la
seccional 29ª y admitió que su hermano "fue herido en un maneje", según sus palabras. Entonces
reconoció que le brindó los primeros cuidados, le lavó la herida y lo llevó hasta la cama de su
vecino para luego trasladarlo a un centro asistencial. Para los investigadores, en ese tiempo
pergeñaron la historia del Galaxi.
Al parecer abrumado por los indicios que lo comprometían, el hermano del agente
tiró el apodo del otro policía presuntamente implicado: Pelado, de apellido Galván, quien trabaja
en la sub 20ª (frente al apeadero sur). "Lo describió como un tipo grandote, bien blanco, muy
parecido al cantante del grupo Bersuit", contó ayer un investigador. Con esa descripción, los
investigadores allanaron su vivienda del Fonavi de Grandoli y Gutiérrez con el consentimiento del
juez de Instrucción Javier Beltramone.
Allí encontraron armas: una pistola Bersa calibre 22, una escopeta 12.70
antitumulto, una granada de gas lacrimógeno y cartuchos y municiones calibre 38, 9 milímetros y 22
largo. Esos elementos serán peritados para saber si coinciden con las pruebas recolectadas en el
lugar del hecho. Pero también gran cantidad de dinero, la mayoría escondida en un par de borceguíes
(ver aparte). Los investigadores también requisaron el Renault 21 del policía, donde apareció un
fajo de billetes.