Cuatro detenidos del pabellón 3 de la alcaidía de la Jefatura de la Unidad Regional II se evadieron ayer a la madrugada después de limar cuatro barrotes de una ventana del módulo donde estaban alojados. La manera en la que se llevo a cabo la fuga fue similar a la empleada el viernes 30 de noviembre por media docena de reclusos del pabellón 2 de la misma alcaidía, quienes tras limar los barrotes ganaron un patio interno, treparon el muro y se descolgaron hacia el pasaje Julio Marc, perpendicular a la avenida Francia. Tres de los evadidos ayer tienen prontuario por delitos contra la propiedad, dijeron fuentes oficiales, mientras que el cuarto estab detenido por homicidio. La investigación del caso quedó en manos de la jueza Correccional Marcela Canavesio y la fiscal Nora Marull.
Cuando el celador del turno mañana realizó a las 7 de ayer el recuento de detenidos en el pabellón 3 de la alcaidía se percató que le faltaban cuatro de los 30 detenidos que había en el lugar. Al revisar el módulo en el cual debían estar esos muchachos, el policía observó que cuatro barrotes de una ventana habían sido cortados. Por allí se fugaron Oscar Francisco Padilla, Mauricio Omar Pereyra, Jonatan Alexis Navarro y Lucas Omar Arellano, de entre 22 y 30 años y residentes en barrios de las zonas oeste y noroeste de la ciudad.
Padilla tiene prontuario abierto desde junio de 2005 y su último delito lo había cometido en abril de 2010. Fue un robo calificado en jurisdicción de la comisaría 17ª y estaba a disposición del juzgado de Instrucción a cargo de Guillermo Pérez Urrechu. Pereyra es el que menos antecedentes tiene: dos, aunque uno es un homicidio cometido en abril pasado en jurisdicción de la subcomisaría 2ª de Nuevo Alberdi. Navarro tiene prontuario desde julio de 2006 y carga dos condenas a cuatro años de prisión: una de agosto de 2009 y otra de 2011, ambas del juzgado de Sentencia 2ª. Su último delito fue en septiembre del año pasado y fue un robo en jurisdicción de la subcomisaría 22ª. Arellano, por su parte, tiene antecedentes como mayor desde agosto de 2007, una condena a dos años dictada por el juzgado de Sentencia 8ª en noviembre de 2007 y su última caída fue en octubre pasado por un robo calificado y lesiones en jurisdicción de la subcomisaría 22ª.
Más de 300. Se hace complejo describir la evasión de cuatro detenidos que estaban alojados en la alcaidía de la Jefatura, con ingreso por avenida Francia 5200, sin contextualizar el remanido tema de los presos al cuidado de la policía. El martes por la noche, el momento en el cual se realizó el último recuento de detenidos y cuando se comprobó que estaban todos los que debían, en la alcaidía había 365 hombres privados de la libertad. En ese número están incluidos los 42 internos del penal policial. Esas 365 personas estaban repartidas en los seis pabellones que tiene el lugar. Y para custodiar a todos ellos sólo había un oficial en el portón de ingreso sobre calle Francia, un oficial superior de servicio a cargo de supervisar toda la alcaidía y un celador por cada uno de los pabellones. Tan sólo 8 policías. Es decir uno cada 45 detenidos.
La problemática de los reclusos bajo custodia policial no es nueva. Hablando específicamente de los presos en comisarías, a fines de 2007, pocos días antes de que asumiera como gobernador Hermes Binner, la Cámara Penal de Rosario hizo lugar a un antiguo hábeas corpus presentado por la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC) y ordenó a la provincia sacar de las comisarías de la UR II a todos los detenidos que excedieran las capacidades reales de esos ámbitos. Cinco años más tarde, después de innumerables promesas para solucionar el problema de inhabitabilidad y saturación de las comisarías, la realidad no se modificó demasiado. Ayer, en las seccionales y subcomisarías de Rosario, había 691 presos. Así, sumándole las 20 internas alojadas en la alcaidía de mujeres ubicada detrás de la comisaría 4ª, había a la custodia de la policía 1.087 personas privadas de la libertad.
De regreso al tiempo presente, el martes por la noche en el pabellón 3 de alcaidía había 30 detenidos alojados en cuatro módulos. En uno de esos módulos convivían los cuatro muchachos evadidos. De acuerdo a lo confiado por fuentes allegadas a la investigación en manos de la jueza Canavesio, los detenidos cortaron cuatro barrotes de una ventana, saltaron a un patio interno, treparon el muro perimetral y ganaron el exterior por el pasaje Julio Marc que corre desde Ovidio Lagos a Francia, por el lateral sur de la alcaidía. "Y, se fueron", sintetizó ayer una fuente consultada. La jueza que encaró la pesquisa, quien se desempeñó como fiscal en la Oficina Judicial de Causas con Imputados No Individualizados (Fiscalía NN), trabajó por la mañana en el lugar escoltada por el subjefe de la policía de Rosario, el comisario Hernán Brest; y el flamante subjefe de la fuerza provincial, Raúl Ardiles. La magistrdada se preocupó por cautelar la prueba y caratuló la investigación como evasión, ya que los detenidos violentaron las rejas para huir. Caso contrario es el de la fuga. "Esto de limar barrotes no se hace de un día para el otro. Eran cuatro tipos y no hay que olvidarse que los detenidos, si tienen algo que les sobra es el tiempo para hacer cosas como esas", reflexionó un vocero de la pesquisa.