Una saga de entraderas violentas cometidas en marzo de 2019 en la ciudad de Santa Fe fue el puntapié inicial de una pesquisa que el Organismo de Investigaciones (OI) de la provincia llevó adelante durante 18 meses y que, no solo permitió seguir la pista de una banda que también había cometido una serie de hechos similares en Rosario, sino llegar a ellos y apresar a cuatro de sus integrantes en allanamientos realizados la mañana de ayer en tres localidades del Gran Buenos Aires. “Estamos ante una banda de ladrones profesionales que desde Buenos Aires viajaba no solo a Santa Fe sino que también seguía hasta Córdoba y San Juan cometiendo este tipo de delitos. Generalmente siempre en los mismos vehículos y actuando de manera similar”, confió un vocero.
Todo empezó en marzo del año pasado cuando el fiscal santafesino Carlos Lacuadra acumuló en su escritorio tres legajos por entraderas cometidas en dos días en la capital provincial además de conocer otros hechos cuyas víctimas no presentaron las denuncias por el temor infligido por los delincuentes. El funcionario puso en manos del OI el trabajo de calle y los agentes empezaron a cotejar filmaciones de cámaras de vigilancias públicas y privadas para poder obtener registros de los autos utilizados por la banda, a lo que le sumaron los detalles fisonómicos que aportaron las víctimas para poder identificar a los maleantes.
A través de operaciones de inteligencia los pesquisas hallaron “un patrón de trabajo que condujo la investigación a la provincia de Buenos Aires, donde están radicados los vehículos y las personas registradas en las filmaciones con las que se contaba”, dijo el vocero de la pesquisa. Y entonces, en septiembre de 2019, pusieron proa al partido de La Matanza, donde supuestamente tenía su base de operaciones el grupo.
En aquel primer viaje los investigadores recabaron “un volumen considerable de información indubitable” que los alentó a seguir con su trabajo. Ya estaban tras los pasos de los violentos asaltantes. Pero cuando volvían a Santa Fe pensando que estaban cerca de cerrar el caso, los pesquisas se pusieron a leer la web de La Capital y supieron que un hecho similar había ocurrido en Zeballos al 3900, en el corazón del barrio Ecehsortu de Rosario.
Fue el mediodía de 20 de noviembre pasado cuando cinco ladrones entraron a una casa a cara descubierta y maniataron a dos hermanos a los que amenazaron con cortarles los dedos si no le daban pesos o dólares. Pero como no encontraron plata terminaron llevándose electrodomésticos.
Así las cosas, los investigadores se contactaron con la fiscal Mara Lagar, quien estaba a cargo de la pesquisa local y la funcionaria les dijo que en su despacho se habían documentado ocho episodios similares en el mismo barrio y en pocos días. A partir de ello intercambiaron la información y llegaron a una conclusión: estaban ante un mismo grupo delictivo que no dudaba en amenazar a sus víctimas con ser violadas, amputadas e incluso someterlas a la picana eléctrica para obtener cuantiosos botínes.
Cuando todo estaba dispuesto para que los investigadores volvieran a Buenos Aires con las órdenes de allanamientos correspondientes, la pandemia de coronavirus detuvo el trabajo y la posibilidad de viajar. Entonces se hizo un seguimiento para no perder el rastro de los sospechosos a través de la intervención de teléfonos, la búsqueda por redes sociales y el pedido de colaboración a fiscales bonaerenses.
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Así se llegó a esta semana cuando los agentes del OI obtuvieron el permiso sanitario para viajar a Buenos Aires y desplegar su tarea con el apoyo de la Dirección Departamental de Investigaciones del partido bonaerense de La Matanza ya que “los lugares a allanar se encontraban en sitios muy calientes que hay que conocer muy a fondo para poder actuar”.
En seis allanamientos fueron apresadas cuatro personas y otras dos se profugaron. De acuerdo al vocero, en la localidad de Ezeiza fue detenido un agente del Servicio Penitenciario Federal identificado como Iván Daniel M.; en dos fincas de la villa San Petersburgo (partido de La Matanza) fue apresado Juan Cruz O. mientras su hermano Carlos logró escapar; en dos viviendas del complejo Ciudad Evita, en el mismo partido, fue apresado Fernando José A.; mientras que en una vivienda de Castelar, en el partido de Morón, cayó quien sería el cabecilla de la banda, Juan Marcelo B., quien tenía pedido de captura por haberse fugado mientras cumplía prisión domiciliaria tras ser condenado en 2013 por la Justicia rosarina por un robo calificado.
Hoy los detenidos serán trasladados a la provincia de Santa Fe y puestos a dipsosición de los fiscales que investigan los once hechos denunciados aunque no se descarta que la banda esté implicada en otros tantos episodios violentos que no fueron denunciados.