“Yo debería haber entregado a Caio y tal vez mi error fue no hacerlo, pero estaba enamorada de él”. Con esa declaración, Priscila Denoya fue la única de los tres acusados que habló en la apertura del juicio oral por el crimen del entrenador Marcos Guenchul. La mujer admitió haber cometido “errores” pero aseguró que no participó de un plan para eliminar a quien era su ex pareja y padre de su hija mayor. Así habló ante el tribunal que la juzga junto a Caio Santiago Soso, padre de su segunda hija, y Maximiliano Rodrigo Panero, el supuesto sicario contratado para matar al preparador físico. El fiscal Adrián Spelta pidió para los tres una condena a prisión perpetua como coautores funcionales de un homicidio triplemente calificado.
Esa pena requirió el fiscal Adrián Spelta para los acusados por la muerte de Guenchul, un entrenador de 32 años que fue asesinado minutos antes de las 22 del 23 de julio de 2019. Había salido de su trabajo en el gimnasio Progress Fitness de Mendoza al 4900 y caminaba hacia la parada del colectivo que pensaba tomar para ir a la casa de su novia. Entonces fue abordado por un hombre que a punta de pistola lo forzó a doblar por calle Sucre y caminar unos treinta metros antes de efectuarle dos disparos, uno mortal a la cabeza, sustraerle una mochila y escapar.
“Esa noche Soso junto con Panero fueron al encuentro de Guenchul en el auto de Soso. Llegan a Mendoza y Sucre a las 21 y aguardan su salida del gimnasio. Cuando Guenchul decide salir a tomarse un colectivo de la linea K fue abordado por Panero. Lo trasladan treinta metros hacia Sucre mientras Soso lo seguía a la par dentro del vehículo y Panero lo ejecuta con un disparo en la cabeza. Incluso hubo un disparo que impactó en la pared”, recreó ante los jueces el fiscal Adrián Spelta en su alegato de apertura.
La acusación se construyó a partir de las imágenes de cámaras de la zona en las que se descubrieron los movimientos del Peugeot 204 de Soso _el auto luego fue hallado en una cochera de sus padres_ que había estado cuarenta minutos estacionado esperando a la víctima. “Diez días después Soso fue detenido en Ezeiza con un pasaje hacia el Líbano, meses después se produjo la detención de Priscila y Panero”, recordó el fiscal.
>>Leer más: Puntapié inicial en el juicio por el crimen de Marcos Guenchul
Spelta aseguró que una vez cometido el hecho Soso y Panero fueron hasta la casa donde convivía con Denoya y desde allí ella los trasladó hasta el domicilio del supuesto sicario en Villa Gobernador Gálvez, “no sin antes entregar el dinero acordado”. Según la teoría acusatoria, el hecho fue cometido a raíz de conflictos que mantenía Priscila con Guenchul por las visitas a la hija en común.
Luego de anunciar la evidencia que se debatirá en el juicio el fiscal solicitó que los tres acusados sean condenados a prisión perpetua como coautores funcionales de un homicidio triplemente calificado: por el vínculo, por la promesa remuneratoria y por el concurso premeditado de tres personas, ya que según su planteo hubo reuniones previas entre los implicados para preparar el ataque. En el caso de Panero sumó la acusación por portación ilegal de arma de fuego. En este contexto, para Spelta, Guenchul no fue la única víctima sino que son “los hijos de los imputados las verdaderas víctimas que padecen las imprudencias de sus padres”.
El abogado querellante Leonel Botta adhirió a ese pedido. “Esta querella está segura de que va a poder demostrar la responsabilidad de Denoya, Soso y Panero”, aseguró, e indicó que en el juicio “se va a dar cuenta de quién era Guenchul, una persona llena de vida, de amigos y amoroso con su hija”.
Distinto fue el planteo del defensor de Denoya, Fausto Yrure. “Priscila no quería que pasara esto. No formó parte de ningún plan, no aprobó lo que pasó. Esta es la única verdad”, dijo. “Aquí injustamente murió Marcos _continuó_. Como injustamente está presa desde hace dos años y medio Priscila Denoya con su pequeña hija de 2 años y medio. De acuerdo con el abogado, es “falso” que la mujer obstaculizara el contacto entre Guenchul y la hija de ambos, Tiziana. Aclaró que no estuvieron casados y “ni siquiera convivieron”.
“Guenchul y Priscila jamás fueron pareja. En este juicio van a poder ver lo que tuvo que luchar Priscila para poder ser madre. Afrontó su primer embarazo absolutamente sola, con el único acompañamiento de su papá. Y podrán comprobar que a la fecha del hecho se encontraba en pareja con Caio Soso, esperaban una hija en común y fue éste quizás, según lo explicó el propio Soso, el detonante para que él tomara la decisión que tomó”.
Yrure adjudicó sólo a Soso “la idea de enfrentar, entre comillas, a Guenchul. Fue él el que contrató a la persona que lo acompañaría a realizar este hecho. Ya verán que no es verdad lo que dice el fiscal de que se mantenían reuniones con Priscila en Villa Gobernador Gálvez. Eso es falso de falsedad absoluta. Priscila no tuvo ninguna información, Soso se las arregló completamente solo”. Indicó que la única conducta en la que incurrió su clienta una vez cometido el crimen consistió en acompañar a Soso en el traslado de Panero hasta su casa. “Lo que sea que esto signifique jurídicamente, lo va a asumir”, dijo.
>>Leer más: El crimen de Marcos Guenchul va a juicio oral con pedidos de perpetua para los tres imputados
La propia Priscila pidió hablar ante el tribunal para explicar su versión. Desde hace dos años y ocho meses está detenida en la Unidad 5 junto a su hija menor. En voz baja pero firme habló sobre su relación con sus últimas parejas. Admitió haber cometido “errores” pero negó haber estado al tanto de los hechos que sucedieron en Mendoza y Sucre.
“Soy divorciada, mi único esposo fue Lucas, con quien intentamos formar una familia y tener hijos. No pudimos. Hicimos tratamientos de fertilidad y en ese tiempo no estuve bien de salud y me operaron de un tumor en la cabeza. Esa situación fue desgastando nuestra relación y finalmente nos separamos. Luego conocí por medio de la aplicación de relaciones sociales Happn a Marcos. Nuestra relación era sin compromiso, sólo para tener relaciones, pero quedé embarazada y esa pareja me permitió ser madre. Le dije a Marcos de mi embarazo y él me planteó abortar”, contó.
Luego de esa fuerte discusión, según dijo Priscila, “eché a Marcos y no lo volví a ver. Tuve a Tizi sola y con la compañía de Lucas, que se acercó como amigo, el ya rehizo su vida. Con Tiziana en casa Marcos se acercó y yo, priorizando que era el padre hice el intento de reconstruir la relación, él quería el ADN y finalmente nunca se lo hizo. Marcos vivía conmigo pero la relación era insalubre y nos distanciamos, lo eché de casa. Al tiempo conocí a Caio: una persona maravillosa. Planificamos una familia y quedé embarazada”.
En la última parte de su declaración, que llevó unos 20 minutos, Denoya recordó la noche en que según la acusación su ex pareja Caio Soso llevó a Panero hasta donde le dispararon a Guenchul, que falleció horas después en el Heca. “Esa noche estaba en casa dándole de comer a Tizi cuando llegó Caio casi descompuesto, no me dijo lo que había sucedido y me pidió que lo acompañara hasta la casa de Panero. Yo no conocía a Panero. Después cuando volvíamos en el auto me contó de la pelea y más tarde me enteré de la muerte de Marcos. Yo tal vez debería haber entregado a Caio, y tal vez mi error fue no hacerlo, pero yo estaba enamorada de él”, añadió Priscilla, que en ese momento comenzó a llorar mientras los tres jueces la miraban serios.
“Siempre usé las herramientas que la Justicia tiene para denunciar los tratos de Marcos hacia mí, nunca pensé en otra cosa. Me hago responsable de lo que hice, llevar a Panero a su casa y no entregar a Caio, pero estoy acá para eso y también para reconstruir vínculos con mis hijas y con la familia de Marcos. Lo único importante para mí son las nenas, que entre ellas se aman, porque siempre seré su madre”.
En representación de Caio Soso alegó el defensor Daniel Terani, quien recordó que su cliente “como colaborador arrepentido contó todas y cada una de las formas en que acaeció el hecho. Venían acaeciendo hechos de extremada gravedad. Había prohibición de acercamiento de Guenchul, había amenazas, insultos, tanto en su domicilio como en el trabajo, inclusive hasta hay un mail amenazante. Ese comportamiento obsesivo hizo que mi cliente tuviera terror y esto terminara de alguna forma en este homicidio, porque él era la pareja de Priscila y tenía una hija que se estaba gestando”.
Desligando a Priscila, el defensor asumió que su cliente “hizo todo” pero aclaró que el efecto buscado no era la muerte: “El lo contactó a Panero a solo efecto de que lo apurara a Guenchul, lo amenazara y se dejara de embromar. Esto terminó mal. Incluso la autopsia revela en el occiso lesiones por un encontronazo. Hubo un tiro al aire primero. De haber utilizado un sicario no va a ir a esperarlo. Fue un hecho que salió mal, que se fue de mambo”.
Por último la defensora pública Anabela Antegiovanni, en representación de Panero, remarcó que “no tiene antecedentes porque es un hombre de trabajo. La Fiscalía no podrá probar ni demostrar un plan pergeñado para matar a nadie ni tampoco las reuniones previas que dicen que sostuvieron”. Por este motivo adelantó que solicitará la absolución por el beneficio de la duda al tribunal que durante un mes juzgará el caso.