El mismo día en que la Cámara Penal confirmó que Máximo Ariel "Guille" Cantero debía ser pasado a un pabellón común de la cárcel de Coronda, la Justicia Federal ordenó allanar su celda y la casa de Fisherton en la que residen dos hermanos apuntados como hombres de su confianza. El operativo se originó en escuchas telefónicas de un expediente que trabaja el fiscal federal Federico Reynares Solari y que tiene a "Guille" como sospechoso de organizar el secuestro extorsivo de dos personas ligadas a narcos rivales de su clan.
Los procedimientos fueron ordenados por el juez federal Carlos Vera Barros e incluyeron la requisa de la celda de "Guille" en el penal corondino, donde fueron secuestrados tres cuadernos y una agenda; y la casa de los supuestos sicarios donde fue detenido uno de ellos y el otro no fue hallado.
Fue un penalista rosarino que el jueves estuvo en la cárcel de Coronda y observó los movimientos de las tropas federales, el que puso en alerta ayer a la mañana a la prensa respecto a los allanamientos realizados en el mayor penal santafesino.
A partir de ese momento, como suele suceder cada vez que la Justicia Federal trabaja en el territorio, la búsqueda de información chocó una y otra vez contra la cautela y el hermetismo que predica ese fuero. "Perdonáme pero no te puedo pasar nada porque hay secreto de sumario", se disculpó una fuente.
Sin posibilidad de tener información oficial, fueron algunos vecinos que se comunicaron con la redacción de La Capital los que dieron datos y plantearon su disgusto porque no se publicaba el allanamiento que estaban haciendo la Policía Federal y Gendarmería Nacional en una vivienda de José Ingenieros al 7600, en un pasillo donde, según los vecinos, "reside la familia Fernández". "Ellos son los que robaron los bancos el año pasado", dijo un hombre sin más especificaciones. Y agregó: "Son sicarios de «Guille» Cantero. Los mismos que mataron al pibe que encontraron calcinado (por el cuerpo hallado la madrugada del domingo en un Fiat Siena incinerado en Rolla al 4000 y que aunque su identidad no se concozca por no estar los análisis de ADN, se sospecha es Leonardo Maldonado). Disculpe pero hay noticias que tienen que salir a la luz y nadie lo cuenta porque se tiene miedo y las cosas siguen pasando", dijo el vecino.
La pesquisa
La información comenzó a correr de mano en mano a partir de la solidaridad de los colegas de todos los medios de la ciudad, quienes abrieron el grifo informativo. Así se pudo conocer que el fiscal federal Reynares Solari había abierto un expediente a partir de datos que lo orientaban a pensar que "Guille" Cantero planificaba secuestros extorsivos con dos potenciales víctimas y que, según trascendió, serían "familiares de narcos" rivales.
La novedad le surgió al fiscal a partir de una serie de escuchas telefónicas en las que el líder de la banda de Los Monos impartía órdenes a dos de sus sicarios, identificados como Ezequiel y Nahuel Fernández, para que llevaran adelante los hechos.
Con esa novedad el fiscal abrió el juego y desde la Justicia Federal montaron operativos en los que intervino la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese) dirigida por Santiago Marquevich para frustrar los hechos.
Según trascendió, no sería la primera vez que "Guille" ejecutaba un plan de esta envergadura. En las últimas semanas se habría llegado a concretar un secuestro, incluso con cobro de rescate, aunque nada se supo sobre el mismo.
En ese marco los federales allanaron la celda de "Guille" y se llevaron tres cuadernos con anotaciones y una agenda telefónica, elementos que estarían vinculados a las maniobras investigadas. También requisaron los techos de la celda porque, según las escuchas, ahí ocultaba "información sensible" para la causa.
Por su parte, en la casa de pasillo de José Ingenieros al 7600 los federales detuvieron a Nahuel Esteban Fernández, de 25 años, mientras que su hermano Ezequiel, conocido como "Parásito", no fue encontrado. Allí secuestraron una ametralladora Halcón de la Gendarmería Nacional; tres pistolas calibre 9 milímetros; municiones calibres 9, 38 y 40 milímetros; cartuchos de escopeta 12/70; y dos chalecos antibalas.