Los contagios y muertes por coronavirus Covid-19 están descendiendo en todo el mundo a los niveles más bajos desde el inicio de la pandemia. Ante esta situación el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó a la situación de "alentadora", aunque insistió en que los países sigan realizando test diagnósticos.
"A nivel mundial, los casos y muertes por Covid-19 registrados siguen disminuyendo, lo cual es muy alentador; la semana pasada, se informó a la OMS de poco más de 15.000 muertes, el total semanal más bajo desde marzo de 2020", dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en conferencia de prensa en Ginebra.
"Esta es una tendencia muy bienvenida, pero debemos tener cierta cautela", aseguró Ghebreyesus.
En este sentido, el director de la OMS advirtió que a medida que muchos países reducen las pruebas, la OMS recibe cada vez menos información sobre la transmisión y la secuenciación, "lo que nos hace cada vez más ciegos a los patrones de transmisión y evolución".
"Pero este virus no desaparecerá solo porque los países dejen de buscarlo. Sigue propagándose, sigue cambiando y sigue matando", advirtió.
De hecho, el jefe de la OMS recordó que la amenaza de una nueva y peligrosa variante sigue siendo muy real.
"Aunque las muertes están disminuyendo, todavía no entendemos las consecuencias a largo plazo de la infección en los que sobreviven. Cuando se trata de un virus mortal, la ignorancia no es una bendición. La OMS sigue pidiendo a todos los países que mantengan la vigilancia", remarcó.
La epidemióloga líder de la OMS, Maria van Kerkhove, también manifestó durante la rueda de prensa la importancia de seguir controlando el virus. "Necesitamos utilizar los sistemas que se pusieron en marcha y se mejoraron para la amenaza actual de la Covid-19, así como para otras amenazas como la del ébola y de otras enfermedades infecciosas. Ahora no es el momento de retroceder".
Desde el 11 de marzo de 2020, la OMS califica como pandemia la enfermedad Covid-19 causada por el coronavirus SARS-CoV-2, detectado por primera vez a finales de 2019. El virus causó la muerte de 6.224.312 personas.