Brasil superó ayer los 10.000 muertos por coronavirus y se consolida como epicentro del brote en América Latina, mientras que el presidente Jair Bolsonaro sigue desoyendo recomendaciones de autoridades sanitarias de evitar aglomeraciones.
arenga. Bolsonaro durante el cuestionado acto del domingo en Brasilia.
Brasil superó ayer los 10.000 muertos por coronavirus y se consolida como epicentro del brote en América Latina, mientras que el presidente Jair Bolsonaro sigue desoyendo recomendaciones de autoridades sanitarias de evitar aglomeraciones.
El papa Francisco llamó por teléfono al cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo, el estado más afectado por la pandemia, a quien le expresó su preocupación por el número de pacientes y la pérdida de vidas humanas. "Expresó su cercanía y solidaridad con toda la población de San Pablo y dijo que rezaba por nosotros", dijo el arzobispo.
Pocas horas antes, un tribunal de tercera instancia, el Superior Tribunal de Justicia de (STJ), suspendió una decisión judicial que obligaba al presidente a divulgar el resultado de los test de coronavirus a los que fue sometido. El presidente del STJ, Joao Otavio de Noronha, dejó sin efecto un fallo judicial, confirmado en segunda instancia, que ordenaba la divulgación de los resultados de los test de Bolsonaro, después de que el periódico O Estado de Sao Paulo solicitara los exámenes del jefe de Estado por tratarse de un asunto de "interés público".
El TSJ acató un recurso de la Abogacía General del Estado que pedía que se respetara la privacidad e intimidad de Bolsonaro. El caso llegó a la tercera instancia después de que un tribunal de segunda instancia ratificara que Bolsonaro debería entregar los resultados de sus test para detectar el coronavirus en un plazo de 48 horas.