Otro papelón. Otra vergüenza. Otra vez lo que debe ser una fiesta y un partido pasional entre Newell's y Central terminó con agresiones, escándalo y lesiones que pudieron pasar a mayores. El nuevo capítulo repudiable del clásico rosarino se dio en el marco del torneo que organiza la Asociación Rosarina de Fútbol de Salón (Arofusa), donde si bien el partido se pudo completar en el estadio cubierto leproso, luego sobrevino la barbarie y la emboscada en la salida hacia los jugadores canallas.
El clásico se jugó en el estadio cubierto leproso el pasado 21 de octubre en el marco del certamen de primera división masculina entre Newell’s y Central. El cotejo fue muy luchado, trabado, típico de estos encuentros, incluso hubo una mordida de un jugador leproso a uno auriazul, que terminó con la sanción de tarjeta azul para ambos por la reacción del segundo. Y el cotejo finalizó 1 a 1. Hasta allí todo dentro de lo habitual en estos encuentros. No hubo ningún tipo de problemas entre los planteles y entrenadores de ambas instituciones, ni tampoco una vez finalizado el mismo.
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Un integrante de la delegación de Central terminó lastimado tras la rotura de un parabrisas.
Las agresiones fueron tras el clásico
Pero lo peor vino después. Ovación pudo acceder al informe de un miembro del Tribunal de Disciplina Deportiva de la Asociación Rosarina de Fútbol de Salón, que sobre este cotejo informó: “Durante la disputa del partido hubo tarjetas azules directas en relación a un incidente donde el jugador local del equipo de Newell’s realizó el acto antideportivo de morder a un rival, a lo cual este reaccionó físicamente. Ambos jugadores fueron descalificados del encuentro”.
Aunque, lo dicho, tras el cotejo sobrevino la barbarie. El mismo informe detalla que tras el partido “se constata la existencia de daños a la propiedad privada del plantel visitante de Rosario Central, específicamente sobre vehículos particulares que se encontraban en las inmediaciones”. Y agrega: “se advierten fallas en las funciones del personal de seguridad contratado y del adicional policial dispuesto por el equipo local, cuya inacción o falta de control permitió los daños señalados en el punto anterior”.
Y el enfatiza que “como hecho de mayor gravedad se verificó una falla sustancial en la seguridad interna de la institución local (Newell’s), que permitió la invasión de simpatizantes ajenos al deporte al área de circulación de los equipos. Estas personas profirieron agravios, amenazas y ocasionaron daños materiales de consideración sobre los vehículos del plantel visitante que se encontraban retirándose del estacionamiento del estadio cubierto”.
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La denuncia de Central
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La luneta trasera de un auto de la comitiva de Central terminó destrozado.
En tanto, desde la delegación de Central que participó del clásico se informó que “una vez culminado el encuentro, nuestro plantel se colocó en un rincón del estadio para hablar y cambiarse la ropa de juego, para evitar salir del club con ropa de Central que pueda incitar a la violencia".
"Cuando salimos al estacionamiento de Newell's para retirarnos en los vehículos, observamos que una de las motocicletas y 4 de los 5 autos presentaban daños: estaban rayados, abollados producto de golpes, espejos retrovisores arrancados, y demás daños a verificar", relataron.
Y por último denunciaron que “en ese momento cuando nos disponemos a irnos, se abren las puertas ubicadas al lado del estacionamiento, lindera a la pileta, con molinete de por medio, e ingresan una gran cantidad de personas vestidas con camisetas y ropa de Newell's, aproximadamente entre 35 y 50 personas, agrediendo verbalmente a todo nuestro plantel y allegados, para luego comenzar a agredirnos físicamente, pegándonos y tirando objetos contundentes contra nosotros y los vehículos".
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Un auto quedó destruido por los hinchas de Newell's.
Corridas por el Parque
"Entre gritos, golpes, amenazas y violencia injustificable, una persona de Newell’s se acerca con una piedra en su mano y la arroja contra uno de los vehículos, rompiendo el vidrio de la luneta del auto, provocando lesiones a un jugador que estaba dentro del auto en su cuello. Y además golpearon con un palo a uno de la delegación en la cabeza. Por suerte, esta persona, que salía en moto, tenía colocado el casco reglamentario. Las corridas y agresiones se dieron por unos 300 metros más ya en el parque Independencia", contaron desde Central.