El jueves por la noche en el Mario Alberto Kempes de Córdoba estará en juego el título de la Copa Argentina entre Central y River. Está claro que se tratará de un encuentro vibrante de 90 minutos a pura adrenalina, en el que cuando empiece a rodar la pelota se escribirá un capítulo exitoso para el ganador y decepcionante para el que se quede con las manos vacías. Esas son las reglas del fútbol y son más viejas que la misma pelota. Pero además de lo que será el partido en sí, este cotejo trascendental tiene un plus, una historia aparte que involucra a varios de los protagonistas que estarán frente a frente. Porque habrá viejos conocidos de uno y otro bando que volverán a verse las caras. Personajes que supieron ponerse ambas camisetas y el destino ahora los cruza en esta final apasionante. Claro que todas las miradas se las llevan dos antiguos compañeros de la época de pantalones cortos como Eduardo Coudet y Marcelo Gallardo, protagonistas de un cortocircuito dialéctico en el último receso. La finalísima que ya les quita el sueño a canallas y millonarios tiene un jugoso mar de fondo.
En esta final de "vidas cruzadas" y de "enemigos íntimos", siempre dentro del terreno de la metáfora, vale la pena comenzar por los dos entrenadores que estarán cara a cara. Ambos integran la nueva camada de directores técnicos jóvenes de notable proyección y con muchísimo para dar en el plano local y, por qué no, internacional. El actual DT de Central Eduardo Coudet y su colega millonario Marcelo Gallardo en su momento compartieron vestuario en River, cuando coincidieron como jugadores por ejemplo en la temporada 2004, bajo la conducción de Leonardo Astrada.
Esa relación que unió al Chacho y al Muñeco en River sufrió en el último receso un cortocircuito verbal. Porque Coudet explotó al enterarse que su colega de River le estaba "seduciendo" a sus soldados. En este contexto armó las valijas de la noche a la mañana Marcelo Larrondo y emigró a Núñez sin despedirse de sus compañeros canallas. Y los que también fueron apuntados por Gallardo fueron Víctor Salazar, Walter Montoya, Pablo Alvarez y Damián Musto, por los que incluso con mayor o menor intensidad llegó a haber sondeos tentadores para que se pongan la camiseta de la banda. También trascendió un interés por el defensor auriazul Javier Pinola.
Este escenario sacó de las casillas al Chacho, que fustigó a River por su accionar. "River ya llamó a cinco de mis jugadores y no me sorprende. Lo de Larrondo está terminado. Quiero buscarle un reemplazante, ahora hay que dejar atrás esto, que es una decepción a nivel personal", declaró Coudet allá por el mes de julio, apuntándole elípticamente al técnico millonario.
Del otro lado, Gallardo recogió el guante y respondió con frontalidad. "Los jugadores no son esclavos de los clubes. No voy a permitir que uno de ellos no pueda crecer económica y futbolísticamente. Si el pase beneficia al jugador y al club, no se puede negar".
Además, en ese momento el Muñeco puso como ejemplo que es una práctica habitual el hecho de que un entrenador se comunique con un futbolista antes de que las negociaciones se encaminen: "Siempre pasó, va a seguir pasando y no se puede decir que esté mal".
Este entredicho de hace unos meses entre el Chacho y el Muñeco será otro de los condimentos de la final, aunque está claro que hoy ambos entrenadores están ocupando toda su atención en armar el mejor equipo posible, dejando de lado rencores del pasado.
Pero más allá de los técnicos, en el actual plantel canalla hay cuatro futbolistas que supieron defender la camiseta de River. Son los casos de Marco Ruben, Paulo Ferrari, Cristian Villagra y Teófilo Gutiérrez.
Ruben jugó en River en 2007, el Loncho Ferrari lo hizo desde el 2006 al 2011 y el Kity Villagra desde el 2007 al 2010. Mientras que Larrondo emigró de Central y llegó al millonario a mitad de año, donde no logró tener continuidad por una lesión de rodilla y por ese motivo también se perderá la final.
Y el que dejó un grato recuerdo en los hinchas de River es Teófilo Gutiérrez, que hoy defiende la camiseta canalla y es uno de los principales argumentos en cuanto a jerarquía del equipo del Chacho para quedarse con el título en la noche del jueves.
Por todos estos argumentos la finalísima de la Copa Argentina tiene combustible emocional por donde se la mire. Coincidirán en la cancha dos entrenadores que compartieron vestuario como jugadores y hoy están al frente de equipos que pugnan por el mismo objetivo. También saldrán a escena futbolistas que defendieron ambas camisetas. Y no será un dato menor que además serán protagonistas del partido jugadores canallas que hace muy poco fueron tentados por los millonarios para mudarse a Núñez y, excepto Larrondo, todos se quedaron a tratar de ganar un título con Central. Por esos caprichos del destino la final es junto con River.
De esta manera, el cotejo decisivo no puede tener mejores condimentos. Es un partido que tiene varias historias cruzadas, con encuentros y algunos desencuentros entre sus personajes, con jugadores muy conocidos por ambas hinchadas y con un resultado que se escribirá en 90 minutos vibrantes.
La buena onda o los rencores entre los actores de ambos bandos quedará de la lado cuando comience a rodar la pelota. Lo único que los unirá a canallas y millonarios será la obsesión por ganar el título.