Para los futboleros rosarinos, el día merece hacer un alto en la rutina cotidiana, buscar el televisor más cercano o enfocar la mirada en la pantalla del celular si no queda otra opción. El partido lo amerita y ni qué hablar la presencia de jugadores surgidos de acá, de pura cepa rosarina, talentosos e indiscutibles. Leo Messi, Angel Di María y Giovani Lo Celso son el orgullo deportivo de una ciudad, y de un país, que a partir de las 15.45 defenderán la camiseta argentina en busca de un nuevo título. Semejante trío, junto el resto de los que integran la denominada Scaloneta, se medirán con Italia, sorpresivamente eliminada de la fase final del Mundial de Qatar, en la Finalissima, que enfrenta a los campeones de América y de Europa. En el caso de un empate, se definirá por penales.
El mítico estadio de Wembley, en Londres, con la 90 mil localidades vendidas, será escenario de una prueba de máxima exigencia para la selección de Lionel Scaloni, forjado en el fútbol rosarino, como su ayudante de campo, Walter Samuel. Y también como otros dos que seguramente irán al banco, Lisandro Martínez y Angel Correa.
Unos y otros, como Lio, Angelito y Gio, más allá de méritos personales, son fruto de una construcción colectiva, emergiendo de clubes de la ciudad, trascendiendo y dándoles su impronta a un representativo argentino que invita a soñar de cara al Mundial. Y justamente mirando hacia esa máxima cita, Italia aparece como un rival de fuste para medir fuerzas, aunque el cuádruple campeón mundial no haya clasificado a Qatar.
La legión rosarina es bastión de un seleccionado con nombres que salen de memoria y que seguramente se parecerán bastante a los de la formación para el debut mundialista. Faltará Leandro Paredes, operado en abril de una pubalgia y que aún no se encuentra al ciento por ciento. Scaloni ubicará hoy de volante central a Guido Rodríguez, un cinco de marca, completando el medio con Lo Celso y toda su inventiva y pegada, y con Rodrigo De Paul, fundamental en cuanto a distribución y ubicación .
El desequilibrio fantástico de la Pulga Messi y los desbordes de Angel Di María, sumado a la efectividad de Lautaro Martínez, constituyen el acostumbrado poder ofensivo de la Scaloneta con el que intentará doblegar a un seleccionado azzurro que despedirá esta tarde al capitán Giorgio Chiellini, de 37 años, y a otros que le pondrán el cierre a una etapa inédita para Italia, ya que no clasificó a un Mundial por segunda ocasión seguida. Pese a semejante golpazo, el último campeón de la Eurocopa es un conjunto respetable, aunque se haya quedado para este partido sin el goleador Ciro Inmobile, además de Domenico Berardi, Andrea Pinamonti, Nicolo Zaniolo y Moise Kean, por lesiones.
Para el primer partido del seleccionado argentino contra un representativo europeo luego de 3 años y medio, Scaloni recuperará para la defensa al Cuti Romero, ausente en los últimos cuatro partidos de eliminatorias por lesiones. En cambio, por una molestia es baja de último momento Marcos Acuña. Lo reemplazará Nicolás Tagliafico. El Dibu Martínez, Nahuel Molina y Nicolás Otamendi completarán una última línea por demás de conocida.
En ese mismo Wembley donde Maradona dibujó una jugada similar al gol que le hizo a los ingleses en el Mundial de 1986, un seleccionado con sello rosarino buscará un nuevo trofeo, pero ante todo dar otra muestra de carácter y de juego pensando siempre en el gran objetivo: el Mundial.
El desafío también es mostrarse
Scaloni citó a 29 futbolistas, entre los que hay algunos que comienzan a definir su suerte para quedar en la lista definitiva para el Mundial. El defensor Marcos Senesi, que fue llamado por Roberto Mancini para jugar por Italia, es uno de los que integran la delegación.
Scaloni tendrá que definir el banco entre Armani, Musso, Rulli, Montiel, Foyth, Pezzella, Nehuén Pérez, Lisandro Martínez, Senesi, Alexis Mac Allister, Exequiel Palacios, Alejandro Gómez, Dybala, Julián Alvarez, Joaquín Correa, Nico González y Angel Correa.
Marcos Acuña sintió una molestia y quedó al margen del partido.
El domingo, Argentina jugará otro amistoso, frente a Estonia, en Pamplona (España).