El 1 a 1 fue mentiroso. El calificativo no se refiere a si hubo justicia o no en el empate, sino al resultado en sí. El marcador final pudo ser mucho más amplio considerando la cantidad de situaciones creadas en uno y otro arco. La postura ambiciosa de ambos equipos se plasmó en la cancha con llegadas continuas que no fueron gol por poco y que hicieron que el partido fuera vibrante y emotivo.
La decisión de Newell’s y Central de no renunciar al ataque llevó a que el resultado fuese incierto hasta el final, aunque no hayan desplegado un futbol de alto vuelo y en ocasiones cometieran imprecisiones, esas mismas que tuvieron frente al arco y que los privó de hacer más goles.
Pero no todo se redujo a los errores en la definición. Alan Aguerre también fue responsable de que el resultado no fuese más amplio. El arquero le sacó una pelota bárbara a Zabala a los pocos minutos del clásico, tras un centro de Blanco desde la izquierda. Y, con menor esfuerzo, desvió un tiro de Ferreyra desde afuera del área. Con esas tapadas fue de lo más destacado de la lepra, levantando el flojo nivel mostrado en la derrota contra Racing.
La falta de puntería fue lo que prevaleció en los más de 20 remates que ensayaron, de los cuales la mitad fueron ocasiones reales de riesgo, entre las que se contabilizan los dos goles. En ese rubro de intentos existió una leve superioridad de Central.
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Cristaldo saca el remate y saldrá junto al palo.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Pero fue un futbolista de Newell’s, el delantero Jonatan Cristaldo, el que contó con la mayor cantidad de jugadas de riesgo, 3 en total, de las cuales 2 fueron generadas por él mismo. Pero al Churry le faltó justeza en la definición.
En la primera giró dentro del área y no acertó al arco. La siguiente fue un tiro defectuoso que llegó hasta las manos de Broun, quien había realizado una salida defectuosa con el pie. Y en la última corrió casi desde la mitad de cancha, dejó atrás a Avila y pateó alto frente al arquero canalla.
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Ferreyra pateó de frente al arco y el balón salió cerca del palo derecho.
Héctor Rio / La Capital
Central también desperdició jugadas propicias. En el primer tiempo, Martínez subió por la banda, recibió de Zabala y le erró de frente al arco sin otra oposición que Aguerre. Y sobre el cierre de ese período, Gamba apareció por izquierda y la cedió para Ferreyra, que llegaba de frente, le dio al palo derecho y se le fue cerca. Ninguno estuvo fino.
La sucesión de aproximaciones a los arcos de Aguerre y Broun evitó esa monotonía que suele predominar en los clásicos. Si bien en parte se debió a que la mitad de cancha fue una zona por momentos de libre tránsito, la mentalidad ganadores de ambos DT fue el factor determinante para que hubiera tantas jugadas de gol.
Los nueve, lejos del gol
Fue llamativo que los nueve del clásico no hayan intervenido en ninguna de las varias jugadas peligrosas de ayer en el Parque. Ignacio Scocco y Marco Ruben apenas tuvieron una aparición cada uno frente al arco, pero ninguna que genere peligro.
Ruben ensayó una pirueta dentro del área que no conectó bien y salió lejos del arco de Aguerre. Fue su único intento, durante la segunda etapa.
En el mismo período, Sordo le dio con potencia, Scocco puso la cabeza y salió muy desviado.
Si bien Scocco fue algo más que Ruben, al involucrarse en mayor medida en el juego de su equipo, ninguno de los nueve estuvo cerca del gol.
Ruben esta vez no pudo gritar un gol en el clásico. Tiene 5 en los 15 partidos que jugó frente a Newell’s.
Scocco, en tanto, llegó a los 12 clásicos, con la particularidad de que nunca le convirtió al canalla.