La industria futbolística de Central está en crisis. El modelo exige que sus jugadores más representativos actúen cuanto antes de oficio para mantener el proyecto Montero en pie. Por más que el entrenador se haya puesto plazo (ver páginas 2 y 3), la realidad es que si los pesos pesados del plantel no reaccionan de una buena vez y marcan la diferencia en base a sus cualidades técnicas, el paso del canalla en esta Superliga terminará chocando contra el muro de la esperanza. Y la historia se repetirá con otro conductor.
El cuerpo técnico asume y se hace responsable absoluto de la actualidad que los envuelve. Sin embargo, dirigencia y plantel también son partícipes directos de la sequía de triunfos. Son tan responsables como el entrenador, quien en todo momento hace un mea culpa y trata de cargarse toda la presión sobre sus espaldas.
Pero los protagonistas, los verdaderos protagonistas, deben sostener este ciclo con hechos dentro de la cancha. Lo hicieron contra Boca por la Copa Argentina, es cierto. Esa noche en Mendoza le dieron un espaldarazo al uruguayo. Pero ayer retrocedieron varios casilleros en el rubro intenciones.
La gente volvió a reprobar al Ruso Rodríguez, quien desde que llegó nunca pudo hacer olvidar a Caranta, acaso el arquero más rendidor que tuvo el equipo en el último lustro. La última línea la pasó mal. Salvo Martínez, el resto aportó poco y nada.
El mediocampo no fue una obra maestra del terror. Pero dio todo tipo de licencias. La daga social se posicionó sobre el Colorado Gil, quien ayer hizo todo mal. Tuvo una tarde para el olvido. Lo mismo que el uruguayo Romero.
A la vez que Camacho, quien regresó tras una lesión, hizo lo que pudo hasta que le dio la nafta. El volante jugó y sumó minutos proyectando el crucial partido copero ante Godoy Cruz. Pero ante Argentinos no rindió. Y el equipo necesita de su valorable aporte, sea en torno a la dinámica como la buena pegada.
Y arriba fue más de lo mismo. Zampedri sigue pagando con goles. Lleva 3 y no se apichona ante la adversidad. Mientras que Ruben continúa con la pólvora mojada. Acumula 802 minutos sin convertir, pero lo que más preocupa es que corre y mete sin destino fijo.
No caben dudas de que para el partido del próximo lunes 23 con Godoy Cruz en Córdoba, por los cuartos de final de la Copa Argentina, deberán aparecer a todas luces algunos de los jugadores que por el momento están con el pie cambiado y vienen aportándole poco al equipo.