¿Por qué Rosario, la capital de fútbol argentino, no puede ser sede de ningún partido decisivo de los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional? Ni Central, último campeón, ni Newell's están entre los clasificados a la etapa definitoria y ambos cuentan con amplios estadios para albergar cotejos de muchísima concurrencia. La realidad es que la Cuna de la Bandera, también la cuna de los actuales campeones del mundo Lionel Messi y Angel Di María, está muy relegada en la consideración de la AFA para el desarrollo de eventos importantes. Incluso hace años que tampoco llega la selección argentina a estos pagos. ¿Rosario es un bicho raro? ¿Está estigmatizada dentro y fuera de la cancha? Por lo pronto, si hay una ciudad futbolera por antonomasia es esta que está a orillas del río Paraná. Pero el fútbol grande otra vez le da la espada a la hora de programar duelos decisivos.
Y el sábado será el turno para Estudiantes de La Plata y Barracas Central, que se verán las caras en el Estadio Ciudad de Vicente López, que pertenece a Platense. Mientras que la única duda pasa por el escenario para Argentinos Juniors y Defensa y Justicia, siendo el principal candidato el cercano Estadio Único de San Nicolás, pero ante la falta de confirmación de la seguridad, todo indica que podría ser el Florencio Sola de Banfield.
Con este panorama ni el Coloso del Parque ni el Gigante de Arroyito estarán en la grilla de escenarios para la definición del torneo argentino. Y así Rosario sigue perdiendo terreno en la consideración nacional. Los partidos de este calibre, ni hablar de Boca-River, generan un movimiento de personas y divisas más que interesante para poder aprovechar, con gasto de hotelería, gastronomía y todo el derrame que provoca el desplazamientos de miles de personas.
Además los estadios se alquilan y también significaría un rédito económico muy importante para los clubes de la ciudad, en una época donde a las tesorerías no les sobra nada. Pero a la hora de mencionar las posibles sedes para el atrapante Boca-River, lo más lamentable es que Rosario ya de arranque ni asomó entre las posibilidades.
En este punto Córdoba parece estar siempre un escalón por delante, contando con el fantástico estadio Mario Alberto Kempes, en una ubicación estratégica fenomenal, lejos del centro de la ciudad y con notables vías de acceso, algo que las canchas rosarinas hoy no tienen porque están inmersas en el casco urbano y eso parece ser una complicación a la hora de diagramar los operativos de seguridad, tanto para los planteles como para los hinchas.
Antecedentes que no ayudan
Hoy para Rosario parece ser más una complicación que una oportunidad organizar partidos de esta dimensión. Y sobran los ejemplos en este sentido.
El 5 de septiembre de 2009, Diego Armando Maradona volvió a sellar a fuego su amor por Rosario y como DT de Argentina trajo a la selección albiceleste a jugar un partido clave por las eliminatorias al Gigante de Arroyito. Había que enfrentar al temible Brasil rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010 y el eterno diez quería que sus jugadores sintieran al apoyo incondicional de la gente. El estadio de Central estuvo a reventar, incluso quedó muchísima gente afuera hasta con entrada y todo.
La organización terminó siendo un escándalo y desde allí la selección siempre quedó lejos de la ciudad. Esa noche Diego logró que Rosario se revolucionara con la llegada de la selección, que además contaba con la presencia estelar del rosarino Lionel Messi. Claro que el resultado deportivo no acompañó, pero además Rosario retrocedió muchísimo y la AFA no la eligió más para sus partidos.
La despedida de Maxi
Dentro de la cancha el legado de convivencia del fútbol rosarino quedó grabado para siempre. Porque el 24 de junio del año pasado Rosario disfrutó de un megaevento con el homenaje a Maximiliano Rodríguez. Un Coloso desbordante que fue testigo de una velada histórica y conmovedora por la constelación de estrellas que reunió MR11. Fue un ejemplo de caballerosidad y compañerismo que partió desde adentro de la cancha para afuera. La Fiera fue el maestro de ceremonias, Lionel Messi el invitado de honor y Angel Di María, de raíz canalla, recibió una ovación que quedó grabada en la memoria colectiva.
Pero esa noche también tuvo un lunar que ocupó la agenda incluso tanto como el partido en sí. Y fue la bandera que se desplegó en una de las tribunas y que hacía referencia a líderes del hampa rosarino. Con todos los jugadores y autoridades posando para la foto, el fondo fue un telón que refería a personajes ligados a la delincuencia.
Y hubo más. En octubre de 2022, el partido que disputaron Talleres de Córdoba y Banfield por la Copa Argentina en el estadio Marcelo Bielsa generó polémica e incidentes. A las casi 550 infracciones por estacionamiento indebido aplicadas a los hinchas cordobeses, se sumaron los daños que los simpatizantes de la T provocaron en el parque Independencia.
Tras el encuentro, el paseo más tradicional de Rosario quedó con un panorama desolador, debido a los destrozos y gran cantidad de residuos que dejaron los hinchas.
Y más acá en el tiempo, en diciembre del año pasado, el partido final por el descenso entre Colón y Gimnasia, jugado en el Coloso del Parque, también terminó con incidentes. Hubo violencia antes del partido, pero sobre todo después con los hinchas del equipo que perdió la categoría, el sabalero, aunque también se registraron vandalismos del lado de los simpatizantes triperos.
Antes del encuentro hubo incidentes, sobre todo con los hinchas de Colón. Es más, parte de la barra sabalera fue reprimida en el sector del Palomar y no entró al Coloso. Mientras que del lado de los hinchas del Lobo, que ingresaban por el lado del hipódromo, se registraron también actos vandálicos, como con la Fuente de los Españoles que quedó muy dañada.
En este marco de antecedentes que no ayudan, Rosario casi que salió del mapa logístico del fútbol argentino. Es cierto que la ciudad vive momentos de violencia extrema y el foco de las autoridades debe estar allí, pero el fútbol es una potente herramienta para sociabilizar y debería ser aprovechada por los funcionarios y los clubes, trabajando juntos y en armonía.
Rosario siempre estuvo cerca. Pero ahora parece estar muy lejos de la pelota grande de la AFA. Es tarea de todos recuperar el protagonismo de una ciudad que desde los hechos y la historia llena de goles las redes en cada rincón del mundo.
Sedes confirmadas
Cuartos de final
Sábado 20 de abril
15.30 Argentinos Juniors - Defensa y Justicia (Estadio Florencio Sola, de Banfield, Buenos Aires)
Árbitro: Andrés Merlos
Asistente 1: Diego Bonfa
Asistente 2: José Castelli
Cuarto árbitro: Sebastián Martínez
Quinto árbitro: Marcos Horticolou
VAR: Fernando Espinoza
AVAR: Diego Verlotta
18.30 Estudiantes - Barracas Central (Estadio Ciudad de Vicente López, de Platense, Buenos Aires)
Árbitro: Darío Herrera
Asistente 1: Pablo Acevedo
Asistente 2: Adrián Delbarba
Cuarto árbitro: Carlos Córdoba
Quinto árbitro: Mariana De Almeida
VAR: Silvio Trucco
AVAR: Pablo González
21.15 Godoy Cruz - Vélez (Estadio Único de Villa Mercedes, La Pedrera, San Luis)
Árbitro: Sebastián Zunino
Asistente 1: Facundo Rodríguez
Asistente 2: Walter Ferreyra
Cuarto árbitro: Ariel Penel
Quinto árbitro: Lucas Pardo
VAR: Pablo Dovalo
AVAR: Salomé Di Iorio
Domingo 21 de abril
15.30 River - Boca (Estadio Mario Alberto Kempes, Córdoba)
Árbitro: Yael Falcon Pérez
Asistente 1: Juan Pablo Belatti
Asistente 2: Miguel Savorani
Cuarto árbitro: Pablo Echavarría
Quinto árbitro: Cristian Navarro
VAR: Jorge Baliño
AVAR: Lucas Novelli