Lo que para Jorge Luis Borges era “el opio de los pueblos” y un entretenimiento mirado con desdeño, para buena parte del planeta es una necesidad imperiosa. Y para los alemanes específicamente “el fútbol es un factor motivacional”, un signo de que hay cosas que pueden estar volviendo a la “normalidad”, o a la “nueva normalidad” de la que dispondrá el mundo a partir de la pandemia del Covid 19. Palabras más, palabras menos, mañana vuelve el fútbol a la primera de las grandes competencias europeas, la Bundesliga de Alemania. Con particularidades propias y necesarias por el coronavirus pero también con una muestra más de la creatividad puesta al servicio del deporte más popular del planeta. Los hinchas no tendrán el rol habitual, se reinventarán. Y aquí la perla de la noticia: los del Borussia Monchengladbach asistirán a su estadio en siluetas de cartón de tamaño real. ¿Una locura? Sí, tan loca que la demanda sobrepasó la propuesta. Estrategia de recaudación y complicidad, las dos caras de un espectáculo tan renovado como híbrido.
Si bien la liga alemana goza por sí sola de suficiente reputación para ser considerada de las mejores del mundo, esta vez representará una particularidad. Es de las más grandes, la primera en reanudarse en el medio de la pandemia. Con nueve partidos pondrá nuevamente la pelota a rodar. La expectativa es proporcional a la abstinencia. Y en este sentido se entiende aún más que en Argentina, donde tanto se insiste y se machaca con la vuelta del fútbol local, se verán por televisión todos esos encuentros de la fecha del torneo en el que el Bayern Munich lidera con 55 puntos, seguido del Borussia Dortmund con 51 y con la idea de que finalice en agosto (debía hacerlo en julio).
El protocolo detallado, minucioso, de seguridad sanitaria convenció al gobierno de Angela Merkel de poder volver en medio de una serie de cuidados muy privativos de este momento histórico. Habida cuenta de que el fútbol es además uno de los mayores negocios, se activó. Hace unos días, el psicólogo de la Federación de Alemania, Dieter Hermann (en el Mundial de Brasil 2014 formó parte del cuerpo de trabajo del equipo campeón de Joachim Low) comentó que la reanudación puede tener un efecto estimulante en la gente, ya que dota a la situación de cierta normalidad reestablecida, aparente: “Marca un ritmo, señala una normalidad, por así decirlo”, comentó. Y si bien se levantaron voces a favor o en contra, hay un punto fuerte. En una sociedad que sabe perfectamente cómo revertir momentos aún mucho más terribles que una pandemia (por caso, las guerras mundiales y el nazismo), algo de eso hay.
Si bien hubieron ligas que nunca se interrumpieron pese al Covid 19, como las de Nicaragua o Bielorrusia, la noticia la impone Alemania, por peso propio e historia. Corea del Sur dio el puntapié hace poco también, pero que en Europa, donde el virus pegó con una furia estremecedora, la pelota vuelva a circular a sólo dos meses del inicio de la cuarentena propone una bisagra, un punto referencial.
El contexto en el que se verán sumergidos los protagonistas pondrá en evidencia las primeras nuevas formas, con un plan completo de cuidados, miles de tests para jugadores y cuerpos técnicos, con limitaciones para circular, con espacios subdivididos una y otra vez. Pero también con la creatividad a flor de piel. Los hinchas no podrán ingresar a las gradas, pero así como Dinamarca, por ejemplo, propuso especies de cines en los estacionamientos de un club, con distanciamiento, el Borussia Monchengladbach tendrá su particularidad.
Los fanáticos del Gladbach, este pueblo ubicado al oeste de Alemania, lindero a los Países Bajos, que vive y respira en torno a todo lo que pasa en ese estadio de fútbol, podrán hacerse presentes en los encuentros como local, pero a través de una silueta de cartón. De esta manera, mediante el pago de 19 euros, el hincha puede ubicarse en una butaca y darle aunque sea imaginariamente la sensación de acompañamiento a los jugadores. Se manejó también la posibilidad de colocar sonido de ambiente en esos lugares. Lo cierto es que, lo que parecía una divertida locura terminó siendo una propuesta de alta demanda. Las 6,500 siluetas que se pusieron a disposición, “volaron”. Otras 12 mil están siendo confeccionadas con las fotos de sus hinchas. Todo esto podrá verse desde la semana próxima porque en esta fecha el Gladbach, en puestos de Champions League (4º), visita al Eintracht Frankfurt.
La idea, que conllevará una buena recaudación económica en medio del agobio que el virus provocó en las arcas de todos los clubes (hasta el más chiquito e ínfimo), también tiene una parte solidaria. Gran parte de ese dinero recaudado será destinado a ayudar a aquellos trabajadores que quedaron sin fuentes laborales por el cierre de las fábricas a raíz de la crisis mundial. Son justamente dos empresas ya clausuradas en Monchengladbach las que están produciendo las siluetas Son justamente dos empresas ya clausuradas en Monchengladbach las que están produciendo las siluetas. El fútbol, como se dijo, le da vida a esta comunidad. Mientras se reestablece un orden nada habitual pero entretenido.
El resto, en jaque
La vuelta del fútbol alemán pone en jaque a los directivos de las ligas del mundo. No son pocos los que se preguntan cuándo puede volver la actividad en cada lugar, donde además se presiona a los gobiernos. En Argentina la duda (cargada no sólo de intereses simpatizantes) rebota a diestra y siniestra. El presidente de la Nación Alberto Fernández se refirió a esa “necesidad” criolla de tener fútbol, pero aseguró que de mínima, cuando retorne, será sin espectadores. Así que en este sentido también sobrevuela la incógnita de cómo podrían hacerse presentes los fanáticos que por ahora se conformaron bastante con las repeticiones infinitas de partidos de cualquier época en los canales de cable.
Si algo define a buena parte de la idiosincrasia del fútbol argentino es el folklore, el bullicio, los cantos, el color. Algo de lo raro que resultará la ausencia de todo ello se vislumbró en la previa a la suspensión definitiva de la Superliga, con los estadios semivacíos allá por marzo. Ahora que Alemania y específicamente el Borussia Monchengladbach disputarán el primer pique hay que ver qué ocurre por estos lares donde la creatividad pinta a los argentinos como campeones del mundo. Con lo bueno y lo malo. Para los clubes, los artilugios para conseguir dinero siguen siendo el mayor desafío. O una quimera.
Por Rosario, ¿alguien pensará en una realidad así?