Newell’s necesitaba volver a la victoria. Ya no le quedaba combustible, ni márgenes de acción para seguir dilatando un gesto de despegue. Su tránsito en la Liga ya había agotado todos los créditos, hacia adentro y hacia afuera, y su tanque de reserva hace rato exponía números en rojo y señales de alarma. Las rachas sin ganar y sin convertir goles conformaban una paralizante envolvente de tensión y preocupaciones que siguen sin poder desenmarañarse. Y en ese contexto, la goleada que le propinó Argentinos Juniors derivó en la lógica salida del Gallego Méndez como técnico de Newell’s.
En ese marco de angustias, el 3-0 del Bicho en el Diego Maradona, con goles de Lescano y dos de Herrera, representó el último intento fallido del Gallego por conseguir un bálsamo de resurrección, al menos una mínima dosis de calmante para un equipo que se sigue hundiendo en sus dudas y que se fagocitó el proceso de otro entrenador, como antes el de Mauricio Larriera y también el de un ídolo como Gabriel Heinze.
El gesto de salvataje continúa sin aparecer y la caída conformó otro durísimo trompadón que lo obliga a seguir retrocediendo en una peligrosa caída en todas las tablas que no encuentra fondo, y que despierta ya muchas preocupaciones.
Este resultado le dio el empujón final a Sebastián Méndez, que no esperó que lo echen. Apenas terminó el partido, presentó la renuncia y se despidió de los jugadores.
El DT se fue del estadio rápido, sin realizar declaraciones. Ya entonces la suerte estaba echada. Por eso no se subió al micro que trasladó a la delegación de vuelta a Rosario y que partió de La Paternal alrededor de las 23.
Minutos antes fue el manager rojinegro Rubén Capria el que confirmó la renuncia del DT.
La derrota ante Argentinos terminó tirando todo por la borda.
“Hay que seguir trabajando por el club, todos estamos debajo del escudo”, dijo el Mago. “La única información que daré es que el Gallego ya no es más el entrenador y hay que buscar alternativas”.
Pero sí habló de los últimos capítulos: “Con River y con Belgrano hubo respuestas del equipo pero ahora la verdad es que se dieron todas las condiciones para que pase lo que pasó esta noche”, agregó el Mago.
Para peor, Newell’s no pudo siquiera imponer condiciones para superar a un adversario que también presentaba un contexto de dificultades muy similar al del conjunto rojinegro. Ni siquiera tuvo el oficio, ni la viveza, para aprovechar el marco de presión que rodeó al dueño de casa, que encima resolvió todo demasiado rápido.
Este Newell’s precisaba detener la pérdida de sangre, atender los síntomas de su estado de incertidumbre y de agonía, frenar su deterioro. Exhibir un mínimo guiño de rebeldía, con todo corriendo fuera de la lógica de los tiempos del fútbol. Pero no lo logró y ahora está obligado a empezar a escribir otra historia.
Así, sigue en una preocupante curva de descomposición, inmerso en un estado de desconcierto que acerca otra vez momentos de definiciones, que ahora estará enfocado en la primera elección del nuevo entrenador en manos del asesor deportivo que llegó para eso antes del partido con Belgrano.
De esa manera, se puede dimensionar el fatídico efecto conspirador de un nuevo paso en falso de Newell’s, de otra chance desaprovechada, de otra presentación fallida, que agudiza su crisis y su estado de tormento, confusión y aturdimiento. Y que ahora también dejó tirado en el camino al ciclo del Gallego Méndez.