Este sí que fue el equipo de Gabriel Heinze. Es que jugó a lo que pretende el entrenador. Ambicioso, dominador y protagonista, desdibujó a San Lorenzo y tiró por tierra la aspiración de su rival de volver a ser el líder del torneo. Newell’s expuso el mejor rendimiento en el torneo de la mano del Gringo y se quedó con tres puntos que lo empujan hacia arriba en la tabla de posiciones. Tan valioso fue lo conseguido como un funcionamiento que ilusiona.
Una topadora fue Newell’s desde que la pelota se puso en movimiento. Jugó con aplomo y decisión. Cristian Ferreira movió los hilos con inteligencia y a su alrededor se ensambló el resto. El equipo funcionó a pleno. Insúa gesticulaba, movía la cabeza de un lado al otro y se tapaba el rostro. San Lorenzo no la conseguía y sufría.
Batalla salvó in extremis un mano a mano ante Ferreira después de una perfecta habilitación larga de Ditta. Y Gattoni despejó sobre la línea un tiro cruzado de Recalde, en una jugada que nació en el pase en profundidad de Ferreira para la corrida y posterior centro atrás de Aguirre. Otro envío desde el costado fue despejado con esfuerzo por el uno azulgrana.
Los toques, sincronización de movimientos y aceleración que desplegó el conjunto de Heinze minimizaron la imagen de San Lorenzo. El local se la dejó manejar muy poco y lo siguió preocupando, con envíos a espaldas de los laterales-volante del ciclón, donde siempre aparecía el pique sorpresivo de un futbolista rojinegro.
Para reforzar la contención, Insúa no se demoró y a los 26’ sacó a Cerutti y mandó a la cancha a Luján para que vaya a jugar de lateral-volante por derecha. El exNewell’s Elías se desplazó de esa posición hacia el centro con la idea de darle una mano a La Roca Sánchez. Y Martegani se fue jugar en el ataque.
El dominio de Newell’s fue decreciendo, aunque siguió teniendo la iniciativa. Ya no encontró los espacios por dónde aproximarse, si bien Aguirre continuó con sus gambetas endiabladas sobre la derecha. Un tiro de Sordo y otro de Sforza desde media distancia pusieron de manifiesto que Newell’s debía apelar a otro recurso para tratar de quebrar la paridad.
Si la mejor defensa, ante un conjunto con el poder de gol de San Lorenzo, era reducir el margen de maniobra con la pelota en los pies del rival, el rojinegro cumplió con suficiencia el objetivo.
El descanso no alteró el formato del partido. El local prosiguió tocando una y otra vez, con paciencia, hasta imprimirle velocidad a sus avances. Eso sí, el juego de la lepra fue menos profundo, más previsible.
Heinze buscó tener mayor manejo y lo mandó a la cancha a Pablo Pérez para que se asocie con Ferreira. El que salió fue Mosquera, retrocediendo sobre la banda Iván Gómez. Más allá de la modificación, la lepra no conseguía volver a comprometer a Batalla. Tuvo que ingresar el debutante Pérez Tica para que el goleador de la reserva encontrara la llave que abriera el encuentro. Que no fue ni más ni menos que con un centro pasado y medido del juvenil, para que Recalde aparezca sin marcas y conecte de primera para introducirla en el arco azulgrana.
No quedaban tantos minutos por delante y San Lorenzo se desesperó. Sin ideas chocó con el bloque monolítico que le opuso la lepra, ya en cancha con Velázquez para armar una línea de tres atrás con Ditta y Mansilla.
Newell’s jugaba en otro plano, con superioridad en todos los sectores del campo de juego. Así se mantuvo hasta la conclusión del encuentro, para obtener un triunfo en el que no dejó dudas y dejó muy chiquito a un equipo con aires de recuperar la punta. Fue la mejor actuación del equipo del Gringo. Para celebrar.