La enorme liviandad con la que se presentó Newell’s en Córdoba fue condenatoria. Le dio toda clase de ventajas a Instituto y así le obsequió una victoria sencilla por 3 a 1 cuando la lepra más necesitaba reincorporarse luego de la dura eliminación contra Claypole por la Copa Argentina. Fue como si los efectos de ese traspié doloroso hubiesen profundizado las dudas y la pobrísima imagen que dejó en el Mario Alberto Kempes siembre de mayor incertidumbre el ciclo de Gabriel Heinze.
En el duelo estratégico, Newell’s no fue nada efectivo como en cambio sí resultó Instituto. El conjunto rojinegro ejerció con claridad la posesión, tratando de ser prolijo. El problema fue la tibieza con la que atacó. Sin incidencia Cristian Ferreira, seguido celosamente hasta por una doble marca, le costaba avanzar con profundidad.
A Instituto no le preocupaba que Newell’s tuviese la pelota. Con las líneas retrasadas, el local achicó espacios en campo propio y, favorecido por la endeblez rojinegra, la recuperaba sin inconvenientes. Entonces, salía disparado hacia adelante y se encontraba con toda clase de facilidades.
El equipo de Gabriel Heinze no frenaba a nadie y dejaba enormes huecos que Instituto los aprovechó. El medio de la lepra no contenía y Sforza, llamativamente, lucía mal parado y desorientado. El fondo perdía con facilidad las marcas. El siempre rendidor Gustavo Velázquez tuvo una noche irreconocible.
Cuando todavía Newell’s estaba en partido, sincronizó toques y movimiento como nunca antes y después en toda la primera etapa. Se juntaron Menéndez, Recalde y Ferreira para que Sordo, ingresando libre por la izquierda, se la dejara en las manos de Carranza. Un desperdicio.
La liviandad que mostraba la lepra la pagaría caro. Perdió una pelota más allá de la mitad de cancha y en la contra nació el gol de la apertura de Instituto. Santiago Rodríguez encontró un vacío enorme para enfilar hacia el arco de Hoyos. Ningún defensor salió a taparlo y definió cruzado para el 1 a 0.
Fueron instantes de desconcierto de Newell’s. Instituto se le animó un poco más y llegaba con facilidad. Un pase filtrado a espaldas de Mosquera para Cuello no terminó en gol porque Hoyos le achicó bien abajo.
Pero una nueva desatención resultó fatal. Corda cabeceó sin marcas un tiro de esquina, Hoyos alcanzó a tapar y Martínez solo la tuvo que empujar para aumentar el marcador antes de llegar al descanso.
Heinze incluyó para el segundo tiempo a Brian Aguirre por un inexpresivo Sordo y el juvenil al menos trató de encarar y ser incisivo por el costado. Muy poco para un equipo que continuó careciendo de funcionamiento colectivo y se repitió en centros inofensivos.
Instituto no cambió el libreto. No tenía ningún sentido. Si con poco, llegaba a fondo. En una, Rodríguez avanzó y Mansilla lo barrió. Penal que anotó Lodico.
De mal en peor para Newell’s. Pero Pittón descontó de cabeza y desde ese momento Newell’s fue, con más vergüenza que fútbol, ya con el ingreso de Reasco por Pittón y una defensa con una línea de tres.
Lo tuvo Reasco en dos oportunidades, pero no le acertó al arco. Y si Newell’s no lo perdió por mayor diferencia fue por las limitaciones ofensivas de Instituto, que le hizo precio, aunque la derrota es un costo caro para el ánimo rojinegro, que ya de por sí venía golpeado. No fue una caída más. Todo un ciclo entró en una zona de turbulencias de la que es imperativo salir de inmediato.
La GLORIA venció con contundencia a la LEPRA en el KEMPES | Instituto 3-1 Newell's | RESUMEN