El partido con Belgrano era una bomba de tiempo. El reloj asomaba como un enemigo inescrupuloso. El Gigante latía al ritmo de una caldera y las necesidades ubicaban a Central y al ciclo de Rivoira contra la pared. La cuenta regresiva aumentaba el nivel de tensión a medida que pasaban los minutos.
Y el único que se animó a rebelarse contra ese marco de adversidad fue Martín Rivero, quien con sus dos conquistas puso a su equipo nuevamente en carrera y le devolvió la sonrisa a los canallas luego de un inicio de año tortuoso en la B Nacional. “Lo más importante es que los goles nos trajeron tranquilidad. Era lo que necesitábamos. Había que ganar o ganar”, admitió el volante creativo auriazul en un mano a mano con Ovación. “La verdad es que fue un partido inolvidable. Soñado para mí. Además, por suerte, sirvió para lograr un triunfo que fue un gran desahogo para nosotros”, comentó con un inocultable gesto de felicidad.
“Estoy muy contento. Necesitábamos un triunfo ante Belgrano, como sea, y por eso estoy muy feliz”, apuntó Rivero tras la práctica de ayer por la mañana en Arroyo Seco. “Fue increíble hacer dos goles en un partido muy importante para nosotros. Nos dieron la tranquilidad que necesitábamos para manejar el trámite. Es que no queríamos que otra vez la ansiedad nos juegue en contra a la hora de ir para adelante a buscar un resultado. Los dos goles llegaron en momentos justos y fueron muy importantes para eso. Salió todo redondo”, agregó con los ojos todavía llenos de emoción.
—Marcaste el primero de cabeza, algo poco habitual en tu carrera. ¿Ahí te diste cuenta de que sería un partido especial para vos?
—Por suerte pude entrar por atrás por sorpresa y me quedó justa la pelota. Ese gol fue el que más me gustó de los dos, por la jugada previa. Fue una buena combinación en la mitad de la cancha y después Chitzoff desbordó y me la dejó servida. Fue un lindo gol.
—En el segundo tanto, Méndez tenía dos compañeros por la izquierda pero te habilitó a vos por derecha. ¿Qué le gritaste?
—No le grité. Cuando le pasé por atrás me vio de reojo, por suerte me la tiró a mí y terminó en gol.
—También buscaste patear de lejos, parece que el arco de enfrente siempre está presente en tus intenciones de juego.
—Siempre trato de buscar el arco rival. No soy un goleador, queda claro, pero busco todas las que puedo. De larga distancia, llegando por sorpresa o acompañando el ataque. Por suerte fueron dos goles que nos permitieron llevarnos una gran victoria.
—Rivoira confió en un puesto clave vos en un partido muy caliente. ¿Qué te representó ese gesto?
—Me puso muy contento. Siempre trabajo para estar dentro del equipo titular y dejo todo en la cancha tratando de hacer bien las cosas.
—¿Cómo te sentiste de enganche?
—Bien. No tuve tanta responsabilidad de marcar y siempre traté de juntarme con Vismara y Méndez para generar juego. Por momentos salieron las cosas y en otros pasajes perdimos un poco el balón. Pero siempre fuimos los que intentamos jugar.
—En la cancha se vio que al principio les costó generar juego asociado.
—Los goles nos soltaron un poco. Buscamos mucho el primer gol para jugar un poco más tranquilos y manejar el partido, sobre todo porque jugábamos de local. Sabíamos que con un poco de tranquilidad podíamos llegar al juego que nosotros queremos.
—Hacía 355' que Central no marcaba, ¿reparaban en eso en la cancha?
—Hablamos mucho durante la semana sobre la falta de gol. Pero queríamos estar tranquilos. Sabíamos que no teníamos que desesperarnos. Sentíamos que en cualquier momento se iba a abrir el arco para nosotros. Ojalá que ahora empiecen a entrar todas las que no entraron en los partidos anteriores.