Fue rápido de pies y manos, y también con la boca. Un campeón del peso completo que prometió sorprender al mundo y así lo hizo. Más que todo emocionó, incluso después, cuando pagó cara la acumulación de golpes y su voz era un susurro. Fue Muhammad Ali, el Más Grande. Ali falleció el viernes a los 74 años, informó la familia. Fue hospitalizado en Phoenix con problemas respiratorios al inicio de la semana y sus hijos viajaron desde varios puntos de Estados Unidos para estar con él.
El funeral será el viernes próximo en su ciudad natal, Louisville, Kentucky, abierto al público.
Con un ingenio tan agudo como sus puños, Ali dominó el boxeo durante dos décadas antes de que el mal de Parkinson, causado por miles de golpes en la cabeza, destruyese su cuerpo, enmudeciese su voz y pusiese fin a su carrera en 1981.
Ganó y defendió el título pesado en combates épicos y escenarios exóticos, habló enérgicamente en favor de los negros y se negó a ser conscripto en el ejército durante la guerra de Vietnam por sus convicciones musulmanas.
"Fue el boxeador más grande de todos los tiempos, pero su carrera boxística es secundaria respecto a su contribución para el mundo'', dijo Bob Arum, promotor de sus peleas. Fue reverenciado por millones en todo el mundo y vilipendiado por muchos más. Nunca se cansó de acuñar frases ingeniosas, como cuando se describió a sí mismo, con 1,90 metro y 95 kilogramos, diciendo: "Floto como una mariposa y pico como una abeja'". Y fue lo que hizo, una manera de pelear nunca antes vista en los pesos pesados, con una agilidad de piernas llamativa.
Peleó a lo largo de tres décadas y finalizó su trayectoria que inició en 1960 con 56 victorias y 5 derrotas, con 37 nocauts. Y fue el primer boxeador en ganar tres veces el título de la máxima división.
Venció en forma abrumadora al temible Sonny Liston en 1964 para coronarse por primera vez, desafió los pronósticos en 1974 para imponerse a George Foreman en Zaire y así recuperar el cinturón del mundo, y casi peleó hasta la muerte con Joe Frazier en las Filipinas un año después para defender el título.
Combatió contra los mejores en su división y ganó millones de dólares con su centelleante jab. Sus peleas fueron memorables, tanto como las payasadas y declaraciones.
"Soy el más grande"', dijo una y otra vez. Muy pocos se atreverían a contradecirlo. Ali le dio la espalda a la sociedad blanca al adoptar la religión musulmana y cambiarse el nombre de Cassius Clay ("es un nombre de esclavo"). Desafió el llamado a filas durante la guerra de Vietnam, siendo suspendido del boxeo por tres años y medio. "Yo no tengo problemas con el Vietcong", dijo en ese momento.
Nacido el 17 de enero de 1942, comenzó a boxear a los 12 años después que le robaran la bicicleta y le prometiera al policía Joe Martin que él le daría una paliza a la persona que se la hurtó. Su trayectoria en el amateurismo fue de 6 años, logrando la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma 1960.
Su trayectoria se extendió más de lo aconsejable y eso dejó secuelas. Se le diagnosticó Parkinson en 1984. Pero Ali nunca se quejó. "Lo que sufrí físicamente valió por todo lo que logré en mi vida. Un hombre que no tiene el coraje de arriesgarse no logra nada en su vida".