La tarde del 1º de setiembre de 2002 quedará marcada a fuego en la historia del clásico rosarino. Es que hace 19 años exactos Central le ganó 2 a 0 a Newell's en el Coloso del Parque y dejó atrás una racha de 22 años sin ganar en territorio leproso.
Por Carlos Durhand
Luciano Figueroa lo grita como si fuera una final. Fue el primero gol la victoria canalla en aquel clásico del 1º de septiembre de 2002. El otro lo marcó el Tom Arriola.
La tarde del 1º de setiembre de 2002 quedará marcada a fuego en la historia del clásico rosarino. Es que hace 19 años exactos Central le ganó 2 a 0 a Newell's en el Coloso del Parque y dejó atrás una racha de 22 años sin ganar en territorio leproso.
La última victoria canalla en el actual Marcelo Bielsa había sido la noche del miércoles 4 de junio de 1980, por 1 a 0 con gol del Chiquilín Jorge García de tiro libre, en el arco del palomar, a los 2’ del segundo tiempo.
Desde allí, hasta el 1º de setiembre de 2002, Newell’s fue local ante Central en 27 ocasiones: 25 en el actual Marcelo Bielsa, una en cancha de Ferro en 1989 (ganó 5 a 3) y la restante en el Gigante de Arroyito en 1996 cuando iba ganando 2 a 0 y el partido se suspendió a los 65’ por las bombas arrojadas por los hinchas de Central cuando Newell’s estaba por ejecutar un penal.
En estos 27 partidos los canallas nunca pudieron lograr la victoria ya que hubo 12 triunfos para la Lepra, 14 empates y un partido que la AFA le dio por perdido el partido a ambos equipos por incidentes en 1988.
Hasta que hace 19 exactos, Central pudo dejar atrás esa nefasta racha de 8.124 días sin ganar siendo Newell’s local, cuando lo derrotó 2 a 0 con goles de Luciano Figueroa y Gustavo Arriola.
Desde allí las estadísticas en el clásico en cancha de Newell’s dieron un giro de 180º. Ya que estos 19 años, jugaron 16 partidos en Parque de la Independencia con 5 victorias para los auriazules, 8 pardas y solamente 3 éxitos para los dueños de casa.
Vale destacar que Newell’s lleva casi 13 años sin vencer a Central como local. Su última victoria data del 2 de noviembre de 2008, cuando con Fernando Gamboa como DT, ganó 1 a 0 con gol de Rolando Schiavi de penal. Desde allí jugaron 8 veces en el actual Marcelo Bielsa (7 por torneos de AFA y uno en la Copa Santa Fe 2016) con 3 triunfos para Central y 5 empates.
Domingo 1º de Setiembre de 2002 – Hora: 15:30
Apertura 2002 – Fecha 6ª
Newell´s Old Boys 0 – Rosario Central 2
Newell´s: Oscar Passet; Luciano Vella (63’ Federico Lagorio), Cristian Grabinski, Fernando Crosa y Edgardo Adinolfi; Gastón Liendo, Leonardo Ponzio, Cristian Domizi y Damián Manso (57’ Guillermo Marino); Mauro Rosales y Lisandro Sacripanti (72’Gustavo Rodas). DT: Julio Zamora
Suplentes: Luciano Palos, Sebastián Domínguez.
Central: Hernán Castellano; Paulo Ferrari (72' Mariano Gonzáez), Leonardo Talamonti, Daniel Díaz y Germán Rivarola; Marcelo Nildo Quinteros, Daniel Quinteros, Luciano De Bruno (59' Gustavo Arriola) y Cristian Pino; Martín Mandra y Luciano Figueroa (75' César Delgado). DT: César Menotti
Suplentes: Claudio Manchado, Gustavo Barros Schelotto.
Goles: 40’ (cabeza) Figueroa (RC), 87’ Arriola (RC).
Expulsados: 45’ Liendo (NOB)
Incidencias: No hubo
Arbitro: Héctor Baldassi
Cancha: Newell´s
Crónica del clásico jugado el 1º de setiembre de 2002
"Pleno canalla: Ganó, cortó la racha y es el único líder", por Gustavo Conti
Ni el canalla más fanático hubiera hecho cálculos tan optimistas. Que su equipo no traicionara la filosofía de juego era posible, que la pudiera hacer efectiva en el resultado también. Que pudiera sacarse la pesada mochila de la sequía en el Parque era la ilusión de siempre y que en una de esas los resultados acompañasen para atrapar la punta, y encima en soledad, parecía una yapa exagerada.
Pero que cada una de esas expectativas se colmaran no podía menos que hacer desatar un verdadero carnaval auriazul, que copó no sólo la geografía del Coloso sino de la ciudad toda. No era para menos: 22 años quedaron atrás, Central se encaramó a lo más alto con la altivez de su idiosincrasia futbolera y Newell's se rindió a sus pies.
Sin dudas, Central llegó en la mejor forma de los últimos años. Y su logro se potencia porque también Newell's encaró el compromiso con una solidez a la que había desacostumbrado al hincha. Sin la paranoia del habitual temor a la derrota, porque había mucho más por ganar que por perder, los dos al final hicieron lo que se preveía de ellos y dejaron en claro desde el vamos que esta vez el empate no lo tomarían como negocio.
Así se planteó un espectáculo sin inhibiciones, en el que cada cual atendió su juego. Mientras Newell's no pudo, o no supo, aprovechar su momento para efectivizar en la red el suyo, Central llegó al festejo como lógica consecuencia de haber construido lo que más le convenía cuando las circunstancias se lo permitieron y se decidió a hacerlo. Si un costado flaco denuncia el estilo del equipo de Menotti es que le cuesta horrores aplicarlo desde el arranque, como los viejos autos gasoleros a los que había que esperarlos a que calentaran para obtener potencia.
Y así se expone demasiado cuando los rivales tienen la convicción y los argumentos para apurarlo. Y Newell's los tuvo al comienzo. Fue Domizi el que dio el primer aviso al minuto y enseguida Castellano evitó el grito leproso adivinando la intención de Sacripanti. A Central le vino bien en esos primeros minutos que Manso (como en toda la tarde) estuviera ausente sin aviso, porque por más que el rival jugaba a la medida de la inteligencia de Liendo para distribuir y el resto para jugarla siempre con precisión, no sufrió otra vez en las barbas de su arquero el acoso al que era sometido en toda la cancha. Se acomodó entonces Central a medida que la presión aflojaba y aunque recién apuró en los últimos 20' de la etapa con dos remates en el travesaño de los Quinteros, para entonces el volante central había hecho apropiación de pelota y, se sabe, con ella el equipo auriazul es otra cosa.
El gol de Figueroa antes de que muera el primer tiempo y la infantil expulsión por impotencia de Liendo cayeron así como fruto maduro. Allí se acabó el partido de la lógica y empezó el del corazón. Porque el panorama era inmejorable para Central, pero en cuentagotas pudo hacer valer su sello de pelota al pie y, cuando encontró espacios en los que se preveía sería letal, se quedó en el último toque. Y porque Newell's (después que salió Manso a los 12') trocó impotencia por vergüenza para vender cara su derrota y al final el banderín de Rattalino se interpuso en lo que hubiera sido un empate casi milagroso. Cuando Arriola bajó el telón, ya era cosa juzgada. Central había construido su tarde más feliz mucho antes y ni el empuje final de Newell's pudo empañarla. Y encima, dejó abierta la puerta a un festejo mayor. Al menos, ayer quedó el camino expedito.