Una viveza de Guillermo May, quitándole la pelota al arquero Gonzalo Marinelli fuera de su área, le permitió a Newell’s decorar el triunfo por 2 a 0 sobre Tigre en Victoria el viernes pasado. La rapidez mental para resolver esa jugada es una de las condiciones del atacante, según indicó uno de sus principales formadores en las divisiones inferiores del club Nacional de Montevideo, Vicente “Rudy” Rodríguez. “Es un jugador muy profesional, combativo, oportuno, pícaro”, señaló su exentrenador en el Bolso, hoy retirado de la actividad, si bien continúa asesorando en las inferiores de Defensor Sporting, donde fue campeón como futbolista en 1976, quebrando la hegemonía que tenían hasta entonces Peñarol y Nacional.
May es un futbolista que el hincha de Newell’s comienza a conocer de a poco y la palabra de Rodríguez sirve para interiorizarse sobre esas condiciones que ya mostraba en inferiores y que fue desarrollando en primera, tras su último paso por Danubio y antes por Nacional, Cerro Largo y Deportivo Fabril, la filial de Deportivo La Coruña. Durante la charla con Ovación insistió sobre la “picardía” del atacante de 25 años para llegar al gol en el “juego aéreo”, si bien “no tiene una gran estatura”, algo que indefectiblemente hizo recordar el primer tanto que señaló el uruguayo en el club del Parque, de cabeza en la derrota frente a Racing por 2 a 1 en Avellaneda. Y hasta dio pie para hablar de la tarjeta roja que le sacaron contra Estudiantes.
¿Siguió estos primeros partidos de May en Newell’s?
No de la misma manera que cuando lo teníamos acá. Uruguay es muy chico y el campeonato se juega prácticamente en Montevideo, entonces tenemos mayores posibilidades de un seguimiento más cercano. Sabemos de la importancia que tiene el fútbol argentino y de la experiencia que lógicamente irá adquiriendo allá. Con su ingreso en el último partido aportó bastante. Para él eso es fundamental, para ir ganando en confianza y conocer un futbol con quizás mayor dinámica que el que se juega acá. Confío plenamente en sus condiciones y me alegro que haya aceptado este desafío. Creo que puede dar una respuesta positiva.
Alguna vez usted contó que en inferiores hizo un gol luego de que la pelota pegó en la rama de un árbol que penetraba a la cancha. Y el otro día, contra Tigre, se la robó al arquero y convirtió, ¿es un delantero muy atento, muy oportunista?
Es un jugador muy profesional, combativo, oportuno, pícaro. A pesar de que no tiene una gran estatura, es un futbolista que en base a la picardía en el terreno de juego llega al gol a partir del juego aéreo. El tiempo que pude contar con su aporte lo disfruté mucho. Lo tuve en primera instancia en sub-14 y luego en sub-19, donde participó en la obtención del título de la Copa América de 2018. Ahora, con otros compañeros, es lógico que influya, entre otras cosas, el conocimiento con cada uno de ellos y la parte táctica y estratégica. Pero es un jugador muy eficaz si se le da libertad de movimientos en todo el frente de ataque, porque es rápido, hábil, ocupa bien los espacios. Ojalá que a partir de esas virtudes se destaque, porque lo merece no solo por lo que es como jugador sino porque es una gran persona.
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Mencionó que una de sus virtudes es el juego aéreo, y su primer gol en Newell’s fue de cabeza contra Racing, superando en el salto a Gabriel Arias.
Es lo que decía del oportunismo para aparecer en ciertos lugares por sorpresa, y por una potencia física que ha sabido aprovechar a pesar de no ser alto. Es importante que tenga eficacia y logre esa racha goleadora que todo jugador quiere en ofensiva. En mi opinión, cuando recibe de espaldas al arco, le cuesta más. Pero siendo frontal, en una posición con más libertad, hace daño a cualquier defensa. Por algo lo observaron para llevarlo. Guille tenía ofertas, incluso para emigrar a otros países. Pienso que lo que él puede estar pretendiendo, el fútbol argentino lo va a ayudar a conseguirlo. Para él, es muy importante ese fútbol, por el estilo de juego y la gran dinámica con la que se juega allá. Lo puede aprovechar.
En Newell’s jugó por afuera, de centrodelantero, y también puede hacerlo acompañando a un nueve. ¿Cuál es la posición que le conviene?
Teniendo otro centrodelantero, que juegue más de punta, Guille es más eficaz con libertad de movimientos. En los años que lo tuvo llegó a jugar de externo, aprovechando su pierna zurda. En ese momento nos beneficiaba tener a alguien con ese perfil. Jugando con otro punta, es un atacante de suma importancia. Es inteligente para ocupar esos espacios que le genera su compañero de ataque.
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Rudy Rodríguez trabajo tres décadas en divisiones inferiores, en Nacional y Defensor Sporting.
En alguna oportunidad dijo que tenía que aprender a manejar su temperamento, y en el partido frente a Estudiantes se extralimitó, metió la pierna fuerte y se fue expulsado. ¿Se refería a esa clase de reacciones?
Exacto. Pero es uno de los aspectos que corrigió acá. En el último tiempo, que jugó en Danubio, donde hizo una muy buena temporada, no fue expulsado y ni creo que haya sido suspendido por haber llegado a las cinco amarillas. Sí en juveniles tuvo momentos en los que, por su temperamento y combatividad, le costó caro. El juego de hoy, con tanta dinámica y movilidad física, los duelos a veces pueden molestar, pero se requiere tranquilidad. Es un chico del que se puede esperar una evolución, si es que ha recaído en algo que acá en los últimos años había corregido.
En lo personal, ¿cómo se siente cuando un jugador que usted formó, tal es el caso de May, llega a primera, se mantiene y continúa su carrera en un fútbol como el argentino?
Dirigiendo 31 años en juveniles me permitió vivir de todo, estando en todas las categorías, desde la sub-12 hasta la sub-23, que sería la reserva. Estoy orgulloso de ver lo que Guille está realizando. Mi recuerdo es que siempre fue un chico abierto a escuchar, a intentar incorporar todo lo que uno procuraba darle a conocer. Con el tiempo me llena de alegría porque le aportamos un granito de arena. Soy un agradecido hacia él por su aporte, no sólo futbolístico sino también por lo el que hizo en cada uno de los grupos que integró, siendo muy solidario, respetuoso. El grupo contaba con él en todo momento. Cuando había una dificultad entre los jugadores, siempre buscaba una solución. En la Copa América que ganamos, más allá de que el capitán era otro, con un gran temperamento, en el momento del razonamiento recurría a Guillermo y Thiago Vecino, otro de sus compañeros. Disfruto lo que está viviendo alguien como Guille, al que lo traté como un hijo, como a todos los demás futbolistas que tuve, más allá de algún rezongo propio de este deporte. Siento un agradecimiento hacia él.