Ya se transformó en una costumbre distintiva. En un rito sagrado que se respeta en los buenos y los malos tiempos. El banderazo rojinegro es una desenvuelta muestra de afecto que el hincha acerca sin condiciones antes de cada clásico. En la tarde noche de este jueves se cumplió con esta fiesta que caracteriza las prácticas de la feligresía leprosa y que volvió a dar su testimonio de apoyo a poco del desarrollo del partido, previsto para el domingo a las 19.45, en el estadio Marcelo Bielsa.
En esta ocasión sin familiares ni allegados, en claro contraste con la última edición, los fanáticos de Newell's pudieron expresar directamente su pasional mensaje de aliento al entrenador y los jugadores, quienes se mostraron sorprendidos por tremendo impacto visual y auditivo de esta ceremonia repleta de gestos folclóricos.
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En esta oportunidad, a diferencia de muchas otras, las puertas del estadio se abrieron 15 minutos antes de las 19, y los simpatizantes pudieron observar en vivo el tramo final de la práctica que el plantel superior estaba desarrollando en el Coloso. En esos pasajes estaban cumpliendo consignas de definición en el arco del hipódromo.
Esa instancia sirvió para ver que el hincha ovacionó y aplaudió a Ever Banega, en evidente exposición de perdón por la tarjeta roja que recibió ante Estudiantes y por la que no podrá disputar el clásico. Le brindó un “olé, olé, olé, Ever, Ever...”, mientras se terminaba el entrenamiento y el experimentado mediocampista agradecía con gestos estos cánticos.
El Marcelo Bielsa se llenó de banderas, carteles y emocionante expresiones de apoyo a un plantel que arriba al clásico con algunas dudas pero que se llevó una inolvidable y multitudinaria demostración acompañamiento.
Hasta hubo un trapo para recordar al recientemente fallecido ex jugador y técnico Gustavo Raggio con una frase suya en un clásico en la popular Maradona.
Luego vino el ritual de siempre, vueltas al campo de juego, eternas miradas de los futbolistas a las tribunas, abrazos, bailes y fotos desde todos los rincones. Y el punto de mayor emotividad se dio con las luces apagadas y un conmovedor show de fuegos artificiales que se apoderó de la atención de todos.
Así vivió Newell's un nuevo banderazo en el Parque, renovando expectativas en su propio templo.
“Muy emocionante”
Tras el banderazo, Juan Ignacio Ramírez contó las sensaciones que sintió en esta demostración de los hinchas. “La verdad es que fue muy emocionante. En Uruguay en algunos años se hizo algo parecido pero no de este tamaño. Es impresionante cómo lo vive la gente acá en Rosario”, remarcó el Colorado.
“Esto nos ayuda a enfocarnos en hacer nuestro trabajo que es el partido. Después de esta fiesta nos vamos muy contentos a preparar todo para el clásico. Sabemos que no es un partido más y estamos tranquilos. Sabemos que es algo muy especial en esta ciudad”, resaltó el goleador rojinegro.
Y confió: “Tenemos que seguir en la misma línea de lo que veníamos haciendo. Por ahi pasa la cuestión para este encuentro. Si bien perdimos estos dos últimos partidos, el equipo tiene una idea de juego clara. Siempre va al frente y eso se va a ver reflejado en el clásico”.
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