"Bienvenido Ruben" podrán decir gustosos muchos (por no decir todos) hinchas de Central. Aquel jugador importante, de aportes vitales en paradas bravas, parece ir encontrando la identidad que desde su vuelta a Arroyito lo había caracterizado. Y va más allá del gol convertido, que valió nada menos que un triunfo. En paralelo con esa conquista hubo un partido importante, con y sin pelota. Pero claro, apartarse de esa imagen del zapatazo goleador del segundo tiempo, cuando el equipo transitaba su momento más dubitativo en el partido es tarea difícil. Como no hace mucho tiempo, otra vez el capitán se calzó el traje de héroe.
Es tan difícil dejar de lado el gol como el enorme desahogo de la fecha pasada, cuando en medio de ese problema familiar que lo obligó a poner las neuronas en otra cosa que no sea una pelota de fútbol. Y quizá aquella exquisita definición ante Atlético Tucumán haya sido el prólogo de ese reencuentro con su mejor versión futbolística que hoy parece estar llevando a cabo.
Quizá las imágenes televisivas no hayan sido lo suficientemente claras para mostrar que más allá del gol hubo otro andar. Sólido y aguerrido. En la enorme mayoría de las divididas en las que le tocó entrar en acción ganó, batiéndose en un eterno duelo con Bojanich y Gastón Aguirre. No fueron pocas las veces que en un solo movimiento recibió, giró y ganó la posición. Algo que en las primeras fechas le costaba porque tal vez producto de aquella lesión que sufrió en la pretemporada no lo tenía al ciento por ciento desde lo físico.
Igual, como a todo nueve se lo mide por los goles. Por eso se hablaba de lo torcido que estaba mientras transcurrían los partidos, que no fueron pocos, y no convertía. De hecho hacía desde el choque ante Estudiantes (6ª fecha), que no marcaba (por Copa Argentina sí lo había hecho). Hasta que llegó aquel gol contra el Decano en el que sin dudas soltó lastre. Y más liviano ayer le metió continuidad a ese crecimiento.
Pudo haber convertido antes con una pelota que picó de zurda (en el primer tiempo) y se fue por arriba del travesaño, pero el premio igual llegó. En el momento en el que la vista del equipo estaba decididamente nublada, el capitán se encargó de echar luz. Como no hace mucho. "Bienvenido", insistirán quienes se habían acostumbrado a este Ruben.
Ahora sin Teo pero con Musto
Paolo Montero tendrá un problema de cara al partido del sábado ante Gimnasia. También una solución. La mala noticia es que no podrá contar con Teo Gutiérrez por acumulación de tarjetas amarillas. Mientras que la buena es que Damián Musto estará nuevamente a disposición tras haber cumplido con una fecha de suspensión. Resta determinar si el entrenador también podrá contar con José Fernández (ver página 6). Y una vez que tenga el panorama más claro, entonces sí deberá elegir a los once protagonistas que buscarán seguir sumando victorias en pos de clasificar a la Copa Sudamericana, un torneo casi impensado cuando a principio de temporada el equipo era dirigido por el Chacho Coudet.
Teo había llegado a este desafío al borde de la suspensión como Gustavo Colman y Cristian Villagra. Pero el colombiano ayer fue amonestado por Silvio Trucco y, por ende, tendrá que ver el partido contra Gimnasia La Plata desde algún lugar de las plateas el próximo sábado.
Lo lógico es que Germán Herrera sea su reemplazante. Pero el DT seguramente se tomará su tiempo para definir. A la vez que el DT le devolverá la titularidad a Musto, quien ante el Gasolero cumplió con la fecha de suspensión. El casildense debería entrar por Mauricio Martínez. El resto serían los mismos lo que salieron ante Temperley, pese a que Fernández terminó lastimado.