Diego con la Copa del Mundo I. Diego con la Copa del Mundo II. Un dibujo de Diego. El día que Diego fue un barrilete cósmico. El taco de Diego. Diego en Nápoli. Diego besando la camiseta argentina. Diego en un esténcil. El nombre de Diego. Nueve tatuajes en un cuerpo. En busca del Diez para hacer los diez.
La locura por Diego Maradona le pertenece a Luciano Arizaga, muy probablemente el único hombre del planeta que lleve tantas marcas en su piel ligadas al mejor jugador de todos los tiempos. En Villa Constitución, bien cerca de Rosario, Luciano le contó a Ovación cuál es el sueño que lo desvela desde que Diego asumió como DT de Gimnasia: "Quiero que me firme alguna parte del cuerpo. Y ese va a ser mi tatuaje Nº 10. Ahí termino”. Lo intentará hoy, cuando Maradona visite el Parque. O antes. Hincha de Boca, pero socio de Newell's y Gimnasia por Diego, Tato Arizaga resume en su cuerpo y en unas pocas palabras lo que el Diez es para el futbolero: "El es Argentina”, por eso en ninguno de sus tatuajes lo tiene con otra camiseta, a excepción de uno de Nápoli. Y describe lo que siente propio pero es de multitudes: "Diego es el amor eterno del loco futbolero, es la expresión máxima del fútbol”.
Tato Arizaga está un poco loco por el fútbol. Pero es un loco bien entendido. El mismo relata las mil historias vividas ligadas al fútbol. Si incluso lo intentó alguna vez jugando en las inferiores de Argentinos Juniors, justo donde debutó Diego. Hoy, a los 41 años, lleva una vida ligada al comercio de productos deportivos, pero en especial de camisetas de fútbol. "Culpa de Diego”, dice. A su hijo, le puso Diego Armando, aunque con la nena no lo dejaron. Quiso llamarla Mara Dona, pero su esposa lo frenó.
Este fanático se enamoró de Diego, como muchos de su generación, con el Mundial de Italia 90 y a partir de ahí comenzó un idilio que no distingue colores. Con ello, llegaron las primeras marcas en la piel, la inmortalidad en su cuerpo: "Una vez salí en televisión y quedó como que tenía 10 tatuajes de Maradona, "los 10 del Diez, pero no. Son nueve, el último me lo reservo para la firma de él”, cuenta Tato. Y los enumera: "El primero que me hice fue el de la Copa del Mundo (uno de ellos, tiene dos), después el que está en sombras... El tercero fue el del taco...”. Y así, no para. Como no para nunca el fenómeno Maradona que tendrá una fiesta inolvidable en el Coloso hoy mismo.
Los relatos de Tato, miembro de la Iglesia Maradoniana, también rozan un poco con lo bizarro. Y en este sentido es divertido escuchar la historia de las 16 horas que tardó el tatuador para hacer el rostro de Maradona que es un dibujo de la película italiana "¡Ho visto a Maradona!”. Ahí Tato cuenta que "el pelo de Diego quedó espectacular, mirá, los rulos están perfectos” y un rato después desanda el relato del hueso que le quedó inflamado en una de sus piernas, y el rostro del Diez algo deformado. "Tengo que retocarlo”, se acuerda.
Como tantos fanáticos, Arizaga sueña con tener su ocasión frente a Diego. Pero no lo imaginó como un guión de película: "Siempre dije que ojalá un día me dé vuelta y me lo encuentre, no sé... En una estación de servicio, o caminando". Pero bueno, "ahora estará en Rosario, haré todo lo posible”.
Como aquello no se dio, o como no se dio por ahora, es que ayer Tato Arizaga durmió en el mismo hotel donde se aloja Maradona y además irá a la cancha a recibirlo. Si tiene suerte, algún contacto amigo por ahí lo haga llegar a Diego. Para que le firme el cuerpo. Y ahí se hará el tatuaje 10 del Diez.
Arizaga es como una celebridad de los tatuajes. Dice que en Copacabana, durante el Mundial de Brasil 2014 una fotógrafa china lo siguió como una hora para, por supuesto, sacarle fotos. Dice también que estando en EEUU, un napolitano le vio la pierna, reconoció la tapa de la película y comenzó a abrazarlo. La propia Dalma Maradona lo trató de "loco” pero expuso fotos de sus tatuajes en la obra teatral "Hija de Dios”.
"Yo soy fanático de Argentina desde cuando lo veía a Diego cantar el himno, quiero a la bandera argentina como la quiere él. A mi vieja me la hizo querer Maradona, porque él amaba a su vieja, para él la Tota era lo más grande del mundo y lo sigue haciendo”, dice Tato, quien a la vez considera que por amarlo no tiene por qué avalar todo. "A Maradona lo defiendo por todo lo que hizo en la cancha, que es desde el lugar por el cual yo lo conozco”. Y explica el fenómeno que poco se puede explicar: "Son maravillas y hay que disfrutarlas, como a Leo Messi, encima tenemos la suerte de que los dos hayan salido de acá”. Y hace esta salvedad: "No estoy de acuerdo con eso de que por ser maradoneano hay que ser antimessi, son tipos tocados. Eso sí, la personalidad de Diego nunca la va a tener Messi, son distintos”.
Muchas veces estuvo cerca de Maradona pero nunca pudo hablarle ni pedirle que le firme la piel. Quizás lo logre hoy. Por lo pronto, algo permanece inalienable: "Diego es el amor eterno del loco futbolero, es la expresión máxima del fútbol”. Se lo lleve tatuado o simplemente en el corazón.