Argentina ganó. Clasificó. En un partido en el que Lionel Scaloni comenzó otra vez con una formación distinta. Cambiando nombres. Pero no rendimiento. Porque las individualidades hacen la diferencia. Como la hizo Messi ante Chile. De Paul con Uruguay. Y ahora Di María frente a Paraguay. Ratificando sistema ofensivo desde el comienzo, obteniendo dividendos y marcando distancia mínima. Pero también sin poder sostener ese predominio en el complemento. E introduciendo variantes sin poder modificar.
La selección nacional superó a Paraguay 1 a 0 y se metió en los cuartos de final. Con un Angel Di María intratable. Con un Messi que combinó con su viejo amigo pero que después pagó caro el trajín. Y desde el dominio inicial otra vez al aguante del segundo tiempo.
A los 10’ Di María con un toque sutil habilitó al Papu Gómez que entró a las espaldas de los defensores y definió con suficiencia. El partido recién transitaba el inicio y la selección argentina ya le ganaba a Paraguay. Una rápida consecuencia de la presión con la que empezó el equipo albiceleste en campo contrario y desnudó las debilidades del rival.
Di María se mostró muy activo desde el minuto inicial. Articuló con Molina por el costado derecho y se relevaron permanentemente, mientras que por izquierda Gómez y Tagliafico no lograban hacer lo propio, al tiempo que Paredes y Guido Rodríguez se organizaban para cubrir el medio y evitar quedar en línea.
Paraguay pugnaba por llegar al arco argentino saliendo de contragolpe vía Almirón y Angel Romero, y así lograron algunas situaciones aisladas, que si bien no fueron de riesgo pusieron al descubierto algunos cabildeos de la defensa nacional.
Argentina provocó varias ocasiones más en la etapa inicial, con Di María y Messi como artífices, y así enviando un mensaje claro: viejo es el viento y todavía sopla.
En ese tramo del partido el seleccionado tuvo chances de ampliar, porque el Papu rompió el orden y comenzó a meter diagonales para juntarse con Messi y Di María, y así provocaron otro gol, en contra de Junior Alonso, pero que fue anulado por posición adelantada del capitán argentino.
Ya en el complemento Paraguay estacionó a Almirón por izquierda y adelantó las líneas, avanzaron, equilibraron, pero sin inquietar a Martínez y haciendo destacable la tarea de Nahuel Molina.
Scaloni mandó a Joaquín Correa por Agüero, quien tuvo un partido discreto, pero la ecuación tampoco modificó el contexto. Después con otros cambios pobló el mediocampo, para resistir pero resignando profundidad.
Argentina otra vez exhibió sus dificultades para sostener el dominio, y también evidenció que Messi se agotó.
El final fue tratar de tener la pelota para que el partido se diluya y la victoria se termine de plasmar. Y así fue. Ganó Argentina. Clasificó y ahora tiene tiempo para revisar y corregir. Para darle mayor solidez y regularidad a su rendimiento.